Fue presentado por Rafael Velasco, rector de la Universidad Católica de Córdoba (UCC) y designado visitante ilustre por el gobierno de la ciudad. En primera fila se ubicaron el viceintendente Carlos Vicente, la rectora de la UNC Carolina Scotto, autoridades de la UCC, Miguel Rodríguez Villafañe y José Cepeda quienes lo acompañaron durante el debate posterior a la conferencia.
El encuentro estuvo auspiciado por la Asociación Iberoamericana de Derecho de la Información y de la Comunicación (AIDIC), y Radio Nederland (RN). Además contó con la adhesión de la UCC y de la Universidad Nacional de Córdoba.
La conferencia
“Mi ambición hoy es relativamente modesta. Quisiera consagrar este tiempo a hablarles de la síntesis que significa este título y simplemente tratar de responder a la pregunta: ¿Qué está pasando en el mundo de hoy? ¿Cómo está funcionando el mundo hoy?
Hoy día, estamos enfrentados a una especie de enigma. Esto ocurre en todas las sociedades; no sabemos muy bien, cuáles son los paradigmas que nos permitirían entender, anticipar lo que está ocurriendo; de manera de poder situarnos como ciudadanos frente a lo que pasa en el mundo.
El mundo ha dejado de ser fácilmente legible. Hoy día tiene una lectura oscura y nos resulta difícil entender qué está pasando. Quisiera proponerles mi propia lectura de lo que está ocurriendo en el mundo y cómo respondería yo a esa pregunta de cómo funciona el mundo hoy. Es una pregunta indispensable porque si no entendemos eso no podemos tomar conciencia de nuestro propio rol, de nuestro papel como ciudadanos ante la dinámica política, económica, social, cultural, de nuestra sociedad.
Evidentemente, es una síntesis, una proposición. No les estoy dando una receta dogmática, imperativa, que ustedes estén obligados a aceptar. Es una propuesta de lectura del mundo de las principales líneas que permitan entender el mundo.
Si el mundo fuera un mapa: qué tipo de coordenadas debo instalar para permitir distinguir las cosas más importantes de las menos, de las que más incidencia tienen de las que menos.
Pienso que no es posible proponer una parrilla única. O, en todo caso, a mí no me es posible. Imaginemos lo que pasa en el mundo como si fueran una serie de partidas de ajedrez que se estuvieran jugando en varios tableros y, el conjunto de movimientos de esos tableros, nos permiten distinguir las líneas, las dinámicas más importantes.
Si logramos identificar en esos cuatro tableros, cuales son estas dinámicas, los actores, los desafíos, y las consecuencias principales empezamos a tener una visión más clara dentro de esta nebulosa enigmática que es la realidad contemporánea.
Los tableros de Ajedrez
Primero es el tablero de la economía; segundo, la geopolítica; tercero, las sociedades y cuarto la ecología. Ustedes dirán que hay un quinto. Evidentemente, son los medios de comunicación y de información. Diríamos que es la argamasa que une y permite la articulación entre ellos. Porque la percepción que cada uno de nosotros tiene de lo que se juega en estos tableros, en general, está definida, dibujada, e inspirada por los mensajes que han sido emitidos por los medios de comunicación y que yo, y cada uno de nosotros, hemos interpretado.
En el debate, abordaremos este tema que ya fue analizado por el rector de Universidad Católica de manera muy lúcida y precisa.
En tablero de la economía
Aquí vemos lo que yo he llamado la crisis del siglo; una crisis sistémica que ahora ha estallado y que muchos analistas críticos hemos venido anunciando desde hace tiempo. La economía no podía seguir funcionado así, sin que el sistema llegase a explosionar y esto ocurrió el 15 de septiembre de 2008.
Cuando la banca de inversiones Lehmann Brothers se hundió y a partir de allí todo lo que estaba en espera de consolidación, de destrucción, recibió este golpe y se produjo esta crisis sistémica de la que no hemos salido. Contrariamente a lo que podíamos pensar, en los primeros meses que siguieron a la crisis, no se han sacado las lecciones indispensables.
En ese tablero, vemos que todos los elementos del edificio económico y financiero, están en crisis. Todos, han revelado sus fallas, como si se hubiese producido un terremoto. Ustedes recuerdan que la crisis empieza por el sector inmobiliario en los Estados Unidos y, consiguientemente, lo primero que se hunde son los bancos hipotecarios. Sigue con las cajas de ahorro, pero no voy a hablar de esto que ya he analizado en los libros La catástrofe Perfecta y en El Origen de la Crisis.
Lo que quiero decir, es que es una crisis sistémica. Muchos analistas habían anunciado que el capitalismo ya había pasado por ello en el ‘30 y que iba a conocer su fase neoliberal. Estamos en una crisis sistémica porque los bancos hipotecarios, de inversiones, de cajas de ahorro, de depósito, las bolsas, las autoridades de regulación, las agencias de locación de los estados, las agencias contables internacionales tampoco funcionaron.
Por consiguiente, se produjo la crisis del sector financiero que dirigía a este capitalismo, en su fase neoliberal, entraron en crisis y que en los años setenta comenzara con la revolución conservadora universalizada por Margaret Thatcher y Ronald Reagan y tal vez antes en Chile con los Chicago boys. En 1980, con la elección de Ronald Reagan este carácter un poco particular se impone como norma.
Ustedes recuerdan que la frase que resume este espíritu es la que Reagan dijo: el estado no es la solución, el estado es el problema y desde ahí comienzan una serie de medidas económicas que comienzan a desmantelar el estado y a transferir el patrimonio al sector privado por medio de las privatizaciones. Antes no existía esta palabra.
Eso se impuso como una norma, esta idea de que el mercado es la solución a cualquier problema, y que la ley de la oferta y la demanda es el alfa y el omega del funcionamiento de las sociedades que tienen que funcionar como una empresa.
El propio estado debe funcionar como una empresa, con la idea de que su objetivo prioritario es producir beneficios cualquiera que sea el costo. También, en la economía en general, impuso la idea de que al mercado hay que hacerle confianza ciega porque es capaz de autorregularse. Un partido que debe jugarse sin árbitro; el estado, ni árbitro debe ser. Y si tiene excesos, el propio mercado los va a reducir y si tiene carencias las va a colmar.
De esta manera, el mercado poco a poco fue ganado por una especulación irracional conducida por una codicia sin límites, y este periodo va a producir la crisis que en cierta medida ha seguido agravándose porque hasta ahora habíamos visto una serie de elementos, y eslabones, y hoy nos damos cuenta que los propios estados entran en quiebra y lo sabían.
En este libro, La Catástrofe Perfecta, yo decía que quizá si se prolongaba la crisis podríamos llegar a verlo. Y vemos países como Islandia, Grecia -virtualmente en quiebra-, y podrían seguir Portugal, Irlanda, España, Italia etc. países importantes con dificultades.
Vemos, además, el desconcierto de la sociedad política internacional que no sabe como acudir al rescate de países golpeados por este sistema. Cuando en los años s ‘70 muchos países de África y América Latina que estaban en quiebra, caían en el FMI que les imponía condiciones muy férreas. Significaba que el país se convertía radicalmente a la tesis del neoliberalismo y tenía que admitir estas ideas como buenas.
En este tablero, digamos que la visión es relativamente pesimista. Muchos observadores en el primer tiempo de ocurrida la crisis pudimos ver cómo regresaba el estado. Los EE.UU., habían hecho del principio de reducción del estado una tesis fundamental y vimos cómo se lanzó en una serie espectacular de nacionalizaciones.
Estados Unidos, tanto al final de la presidencia de (George) Bush y el principio de (Barak) Obama tuvo una política de nacionalización de la banca, de sectores industriales como los automóviles, como los estados socialistas en el mundo la han tenido. Decíamos, era el regreso del estado. No era una medida de avance hacia el socialismo pero sí para un neo keynesianismo.
En la larga historia de la economía moderna, nunca ha habido un periodo en la economía donde el sector privado haya querido excluir al estado de la economía. Nunca. La norma histórica era la cohabitación del sector estatal y del privado. El mercado hasta donde sea necesario y el estado hasta donde es indispensable. Este tipo de ajuste, ha funcionado y en el periodo neoliberal se llegó a concebir la idea de que -el mercado- podría eliminar radicalmente o reducirlo a una especie de embrión sin importancia o arrinconarlo.
Entonces, pensábamos: la balanza regresa y vamos a entrar en un periodo de capitalismo neokeynesiano. Pero, pienso en este momento, ni siquiera esa lección se ha aprendido. Porque las medidas de corrección han sido multimillonarias y los estados han gastado centenares de miles de millones de dólares para salvar al sector bancario. Hoy vemos que ese sector, sin ningún tipo de remordimientos de mala conciencia, está atacando a los propios estados, reprochándole en cierta medida de haberlos ayudado y por consiguiente hay una especie de cinismo. (…)
El tablero de la Geopolítica
Observamos que el actor principal sigue siendo Estados Unidos y que en particular desde 1989 desde la caída del muro de Berlín y la desaparición de la Unión Soviética lo que antes era un mundo bipolar, ahora es unipolar.
La dominación militar, en particular, es efectivamente no discutible por lo menos en teoría. La hegemonía de la hiperpotencia norteamericana es real y esta constatación es lo que condujo al gobierno del presidente Bush a querer traducirla desde lo geopolítico con la guerra de Irak y de Afganistán.
Pero, en realidad, nos damos cuenta de que esta hegemonía no se traduce en una dominación real del mundo por los Estados Unidos. Teóricamente si. Pero, no en la realidad. En los últimos diez años han demostrado que el unilateralismo hoy es imposible. Fue como un sueño norteamericano de querer desembarazarse de la Unión Soviética para salir del bilateralismo durante la guerra fría.
Pero este sueño de dominar al mundo solo, en esta especie de soledad arrogante, no va a durar mucho tiempo. Porque la realidad de la guerras de Irak y de Afganistán, o simplemente la realidad del desorden que se mantiene en el oriente próximo, por más importantes que sean sus recursos militares no es capaz de llevar a cabo en el terreno su supremacía.
EE.UU. no ha ganado ninguna guerra. No consigue pacificar el oriente próximo ni redefinir el mapa como se proponían los estrategas norteamericanos. Y el tiempo en cierta medida se ha agotado. En el mundo de hoy los conflictos siguen estando localizados en un solo lugar del planeta.
Vivimos un mundo pacificado desde el punto de vista militar. Nunca ha habido un mundo con tan pocas guerras como hoy, contrariamente a las imágenes que nos dan los medios de comunicación. Podemos decir, que no hay conflictos militares tradicionales. En este momento, en el mundo, no hay una guerra entre dos estados y fuera de lo que yo llamo el “foco perturbador” hay muy pocos conflictos.
El conflicto colombiano lleva 50 años. Muy pocos en Asia, la guerra de Sri Lanka que ya terminó, en Filipinas quedan algunos elementos, en África ningún conflicto inter estado, y todos los conflictos del mundo son de un estado contra una organización no estatal armada.
El símbolo del conflicto dominante de nuestra época, el conflicto ejemplar, representativo de los conflictos del mundo es el que opone Estados Unidos con el adversario principal Al Qaeda. Y Al Qaeda es una organización no estatal, que no tiene territorio, un grupo muy difícil de identificar, invisible, y que puede aparecer en cualquier momento con una capacidad de destrucción importante etc.
Y los demás conflictos están en ese foco perturbador, de esa región que va del este de Pakistán, en la frontera entre la India y Paquistán, en el norte pasa por Cachemira o el Cáucaso ruso, el Kurdistán turco. En el este termina en Somalia y en el sur Yemen y Somalia. En el seno de ese círculo se sitúan el 90 por ciento de los conflictos.
Cachemira e India en Pakistán; el conflicto de Pakistán una potencia nuclear, la guerra de Afganistán, la guerra de Irak, las tensiones creadas en torno a Irán -sobre la perspectiva si tendrá o no armas nucleares-, los conflictos israelo-árabe, israelo-palestino, israelo-milanés. Los conflictos en torno al Yurdistán ruso, el Cáucaso -hemos visto unas consecuencias dramáticas en Rusia- y está Somalia efectivamente una zona de anomia, quizás Kangasur. Pero fuera de esa área no hay conflictos.
Pero en el seno de esa área, no solo está Estados Unidos muy presente con centenares de miles de hombres, sino que está la principal organización de la alianza militar en el mundo es decir la OTAN. Ninguna guerra se gana. Ni Israel ha ganado su guerra, evidentemente ha ganado muchas batallas, es una superpotencia militar, pero el conflicto sigue.
Por otra parte, EE.UU. no ha podido evitar que el área de inestabilidad se extienda. En el curso estos años, por ejemplo, Corea del Norte se ha dotado del arma nuclear, no la tenía, la tiene ahora.
América Latina
Por otra parte, en América Latina, EE.UU. se ha visto obligado a prestarle menos atención en la medida en que estaba concentrado masivamente en el oriente próximo después de los atentados del 11 de septiembre de 2001.
En América latina, hay estados muy críticos y que además han establecido una serie de alianzas horizontales con los países árabes, con el mundo africano, con China; Rusia, es un actor importante cuando antes no estaba presente.
Curiosamente, durante la guerra fría, había un solo aliado de la US, Cuba. Hoy, hay muchos aliados de China y de Rusia en A.L. Es decir, que la influencia real de Estados Unidos, ha retrocedido. No quiere decir esto que no la tenga, sigue teniendo influencia y además trata de recuperarla con la cuarta flota etc.
También los países latinoamericanos multiplican las alianzas entre ellos: Unasur, el Alba, etc., uniones económicas que se han desarrollado. Y por consiguiente a escala internacional los EE.UU. a pesar de ser la única superpotencia, hoy día vemos que se ven obligados a compartir el liderazgo.
Y por ejemplo han hecho todo por evitar que Naciones Unidas que tiene cada vez menos la posibilidad de controlar la actividad de Estados Unidos ha conseguido crear un grupo que se ha autodesignado como piloto de tormenta lo que llamamos el G8. Pero, cuando estalló la crisis económica en el primer tablero se vio que no era suficiente para pilotear las dificultades del mundo y Washington ha tenido que aceptar que se amplíe al G20 donde están representados una serie de países de AL, entre ellos, Argentina.
Por otra parte, China se ha transformado en una de las primeras potencias comerciales del mundo y hoy hay alianzas con Brasil, Rusia, África del Sur, India y China que constituyen una perspectiva que le crea un contrapeso importante a los EE.UU. En este segundo tablero las cosas no son lo que parecen, si no lo observamos en detalle.
El tablero de la vida de las sociedades
El tablero tres, es extremadamente importante porque significa las vidas de las sociedades.
Quisiera recordarles algunas cifras que todos conocen pero que conviene tener memoria. Cuando termine de hablar durante 45 minutos: habrán muerto 45 mujeres en el mundo durante el parto; 90 niños habrán muerto solo en África por malaria, porque mueren dos por minuto, constantemente; 450 niños van a morir porque han bebido agua de mala calidad. (10 por minuto, de cada día, semana, de cada mes, de cada año); 945 niños de menos de cinco años habrán muerto por enfermedades fácilmente curables porque mueren 21 niños por minuto por falta de medicamentos.
Es decir, todas estas personas que van a morir mientras estamos hablando; y de lo cual los medios de comunicación no hablarán porque no tiene nada de excepcional, no habrán muerto por fatalidad, sino porque son pobres. Lo que mata a estas personas es la pobreza.
Y ustedes saben que los pobres abundan en esta tierra, porque el 40 por ciento de la humanidad vive con menos de 2 dólares al día -somos 6500 millones de habitantes-, piensen, que una vaca europea recibe una subvención diaria de 5 dólares al día. En este mundo vale más ser una vaca europea que una persona pobre del mundo. Es absolutamente trágico.
A pesar de los esfuerzos que se están haciendo en materia de educación sigue habiendo más de 800 millones de analfabetos en el mundo de los cuales 70 por ciento son mujeres o niños. Casi un poco más de un tercio de la humanidad no dispone de alcantarillas, y de baños, y hace sus necesidades en la naturaleza contaminando y difundiendo enfermedades. Y una persona de cada tres no tiene electricidad.
Por consiguiente, las cuestiones de desarrollo siguen siendo cuestiones prioritarias en el mundo, cuando lo que sobra es el dinero. Sobra dinero para dar hasta una renta personal, de por vida, a cada ciudadano del mundo por eso varias asociaciones de ciudadanos piden que se cree esta renta de subsistencia, porque existen los medios para hacerlo.
Durante el periodo neoliberal, todas las ayudas al desarrollo y estatales han sido disminuidas y al contrario se ha transferida la responsabilidad al sector privado. Se llama sector humanitario y ahora asume esta función exigiendo y culpabilizando a la sociedad que tiene que dar dinero para ayudar a los damnificados de Haití, a los niños pobres de África, cuando los estados han dejado de hacerlo.
En los noventa, la ayuda al desarrollo de los países ricos contribuía con el 0,33 por ciento del PIB y se pide el 0,7 por ciento. Hoy, los países ricos consagran el 0,25 mucho menos que en los noventa. En este tercer tablero vemos que la sociedad pide mayor justicia social, mayor igualdad, y mayor esfuerzo al desarrollo.
Y las relaciones de riqueza y pobreza no han cambiado. Recuerden que si dividimos la población mundial en cinco grupos de acuerdo a sus recursos, el primer grupo 20 por ciento de la población mundial posee el 80 por ciento de los recursos y el último grupo, el más pobre, posee menos del 0, 5 por ciento de la riqueza.
Este es un mundo desigual, y es absolutamente excepcional que los 3 mil millones de habitantes no se subleven. Es un milagro; que no protesten más, que no reclamen más, que no griten más fuerte, con este desorden establecido.
La crisis climática
Y quisiera terminar con el cuarto tablero que obviamente se ha transformado en los últimos tiempos en el más importante. A pesar de que cada uno de los otros es capital. Porque ahora sentimos que la principal amenaza, para todos nosotros, en tanto género humano, es la crisis climática que no va hacer distinciones entre los países desarrollados y no desarrollados, entre las familias acaudaladas y las desheredadas. La crisis climática es para todos.
Es decir, que el modelo mismo de desarrollo que hemos adoptado, tan desigual, este modelo de explotación de la naturaleza y de producción, está creando un efecto invernadero que provoca un recalentamiento con miles de desórdenes climáticos que empezamos a ver. Se están derritiendo los glaciares, los polos, se está calentando el agua de mar, está aumentando el nivel del mar y pone en peligro la existencia de países en particular archipiélagos.
Está aumentando la desertificación en muchas regiones del mundo y si esto aumenta se producirán las guerras climáticas. Ustedes han oído hablar de la guerra de Sudán: es la primera guerra climática; porque la zona desértica se ha extendido hacia el norte y ha empujado a las poblaciones nómadas que ahí podían subsistir, hasta las zonas donde están los campesinos establecidos y esto ha producido un choque que ha causado centenares de miles de muertos.
Pero, se estima que, si seguimos degradando el clima, y no cambiamos el modelo energético, son centenares de millones de personas las que se pondrán en movimiento para huir de las zonas inundadas o desérticas. Ayer comentábamos con el doctor Cepeda en San Juan -una provincia hermosa, excepcional, un oasis gracias a las aguas del Río San Juan que vienen de un glaciar-, que el día que ese glaciar desaparezca, desaparecerá San Juan, y los habitantes se irán a otras partes y tendremos guerras climáticas al interior de los países.
Es dramático, que en la conferencia de Copenhague -estaba presente ahí- no haya tenido resultados por la ceguera, el egoísmo, la miopía que tienen muchos dirigentes – no todos- afortunadamente los dirigentes latinoamericanos han sido absolutamente coherentes, especialmente el presidente boliviano Evo Morales, el venezolano Hugo Chávez y el ecuatoriano Rafael Correa.
Los cinco desafíos
Si vemos estos tableros, enfrentamos cinco grandes desafíos. Primero: el cambio climático. Cada uno de nosotros debe estar conciente que este es el peligro inminente para la especie humana. Segundo, la bomba de la pobreza. Pasa el tiempo y el número de pobres aumenta. Aunque, en algunos países de América Latina disminuye gracias a las políticas progresistas de muchos gobiernos. Tercero, el fin del petróleo, la necesidad de un cambio de la energía dominante. Cuarto, una amenaza que no se puede excluir de guerra nuclear, o por lo menos de proliferación nuclear. Quinto, una amenaza de quiebre de estados y de hiperinflación para borrar los efectos de la crisis sistémica y que se traduce en más pobreza para los pueblos.
Cinco medidas urgentes que convendría tomar:
1-Instaurar una tasa internacional de redistribución solidaria sobre los beneficios financieros, bursátiles y del mercado de cambio. Es indispensable, necesario, urgente. Muchos países capitalistas lo están diciendo.
2- Suprimir los paraísos fiscales, es más urgente que nunca. Los han suprimido administrativamente pero existen.
3- Instaurar una tasa carbono internacional. Si hay una producción con alto consumo de CO2 que produce el efecto invernadero debe estar tasada más altamente para incitar a producir productos con menos carbono.
4- Producir la desnuclearización del mundo
5- Suprimir definitivamente, sin que se vuelva a discutir, la deuda externa a los países pobres.
Muchas gracias”.
[Transcripción y edición Katy García
Fuente: http://www.prensared.com.ar]
* Le Monde Diplomatique
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“El problema no es la desobediencia civil, sino la obediencia civil”.
Howard Zinn
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