Por: Carlos Luna Arvelo
Hay que seguir denunciando el despojo a Venezuela por parte de EE UU, el cual comenzó a perfilarse desde diciembre de 2014 con la aprobación por parte del Senado de ese país de la Ley Pública 113-278, llamada cínicamente “Ley de Defensa de los Derechos Humanos y la sociedad Civil en Venezuela”.
Fracasaron en sus intentos del 2013 con el plan de “derrocamiento exprés”, llamado eufemísticamente “La Salida”, con Leopoldo López a la cabeza y comenzó la activación de viejos mecanismos imperiales que dieron frutos en el derrocamiento de Allende en el Chile de los 70, pero Venezuela ha demostrado tener una capacidad de resistencia contra el imperio de otras dimensiones.
A las pocas semanas, ya cerca del fin de su segundo mandato, en marzo del 2015, Obama amparado en la Ley 113-278 firma la Orden Ejecutiva 13692 en la cual declara a Venezuela como una amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad nacional de los Estados Unidos.
Allí comenzó a estructurarse la estrategia que ha conducido a lo que aquí llamamos la política imperial del saqueo y despojo de la República, como un medio de asfixiar un gobierno, a una nación y a todo un pueblo que se niega a someterse a los designios imperiales.
Después de seis años de esta política de acoso y hostigamiento imperial a Venezuela, ya se contabilizan siete Órdenes Ejecutivas de la Casa Blanca contra el país. Contraviniendo las más elementales normas y leyes de derecho Internacional, Estados Unidos contando con el apoyo de sus aliados, tanto europeos como latinoamericanos, ha impuesto sanciones económicas y financieras que pretenden llevar a Venezuela al colapso económico.
Pero peor que todas las sanciones, como dice Britto García, que hay que denunciar a los cuatro vientos el robo sistemático a los bienes de nuestro país en el exterior. Me permito una extensa cita de la opinión de este autor, al respecto:
“…yo he señalado repetidas veces, hay la Convención de la Organización de Naciones Unidas sobre bienes de los Estados en el exterior, en esa Convención suscrita por la mayoría de los integrantes de Naciones Unidas, se pauta que los bienes de los Estados en el exterior no pueden ser objeto de medidas ejecutivas, después de una sentencia, ni de medidas cautelares, ¿por qué?; porque se los presupone bienes destinados a objetivos y finalidades de interés público. Esa Ley de la Organización de Naciones Unidas que representa a la mayoría de los países de la Tierra.
Hay que aplicar esa legalidad, ahora no sé por qué no se ha aplicado, bueno uno podría decir que sí sabe porque; porque a veces, Naciones unidas corresponde mucho a las orientaciones de las potencias hegemónicas, pero fíjate ya ese texto prohíbe la serie de latrocinios, de agresiones criminales, nunca hay que llamarlas sanciones, las agresiones criminales de los Estados Unidos, por lo menos las de apoderamiento de bienes de Venezuela en el exterior, están fuera de la Ley de Convención de la Naciones Unidas”1.
Recién nos enteramos de que él informó de la venta de petróleo que se dirigía de Irán a Venezuela y el cual fue “incautado” a buques iraníes que se dirigían a Venezuela. La mercancía estaba valorada en 40 millones de dólares, según la versión del fiscal Michel Sherwin, quien lleva el caso, según la información aportada por el Departamento de Justicia.
Aunque parece un poco confusa esta información, ya que inicialmente se supo que habían “decomisado” eran barcos cargados de combustible (gasolina) que Venezuela había comprado a Irán, ahora informan de la venta de petróleo.
De cualquier manera, quien pretender fungir de policía del mundo, se está “robando”, a punta de cañón, bienes que han sido legítimamente adquiridos por la República Bolivariana de Venezuela parar paliar la crisis que se vive, en un escenario de conflictividad económica, agudizado por la pandemia de Covid -19.
La política de entrega de Venezuela a los intereses del imperio de Estados Unidos fracasó estruendosamente, una de las evidencias irrebatibles al respecto es la reciente huida de Leopoldo López a España.
Que nadie guarde silencio en el mundo entero contra la política de sanciones criminales contra Venezuela, pero que todos sepan que EE UU está saqueando las riquezas de un país que decidió, hace mucho, romper las amarras de la dependencia y el sometimiento en que lo mantuvo el imperio durante las últimas décadas.
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