Por: Cristóbal León Campos
Los estragos económico-sociales tras un año de pandemia de Covid-19 en el mundo y la agudización de la crisis capitalista, que, entre otras cosas, ha incrementado la pobreza-explotación y las variadas formas de violencia sistémica, hacen necesario el análisis profundo de la realidad que afrontamos, esto, aunado a la fuerza de las reivindicaciones feministas que nos empujan-permiten acercarnos a las ideas de revolucionarias marxistas como Rosa Luxemburgo, en busca de luz ante tanta oscuridad.
Rosa Luxemburgo cumple 150 años de haber nacido el 5 de marzo de 1871 en Zamość, Polonia, su legado revolucionario de gran valor ejemplifica la praxis organizativa de la lucha proletaria y de masas, y, a la vez, contiene aportaciones teóricas en un sinfín de documentos de variada índole, en los que pueden encontrarse propuestas y discusiones sobre el camino a seguir de las diferentes organizaciones en las que militó, así como debates, controversias y planteamientos interpretativos que reimpulsaron el pensamiento marxista en su época, recuérdese que es suya la frase “Socialismo o barbarie”.
Entre sus acciones organizativas destacan su participación en el Partido Socialdemócrata del Reino de Polonia y en el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), en 1914 se alejó de las posiciones guerreristas y oportunistas del revisionismo y en pleno desarrollo del “enfrentamiento entre imperialistas” tal y como llamó a la Primera Guerra Mundial, se encaminó a la integración de la Liga Espartaquista fundada en 1916 y que posteriormente daría origen en 1918 al Partido Comunista de Alemania (KPD). Al finalizar de la guerra imperialista, fundó con Karl Liebknecht, el periódico Die Rote Fahne (“La bandera roja”), convertido en el órgano del Comité Central del Partido Comunista de Alemania, y cuya aparición contribuyó al impulso del movimiento obrero revolucionario, reforzando la perspectiva comunista de los reclamos proletarios.
La obra de Luxemburgo plasmada en sus escritos, refiere a temas como las reivindicaciones de la mujer en el seno de la sociedad capitalista, la organización proletaria para la revolución socialista, el combate ante el revisionismo y la posiciones conservadoras al interior de las organizaciones revolucionarias, la importancia de la huelga como derecho y estrategia de lucha obrera, el partido como eje conductor del movimiento y el papel de los sindicatos, además, propuso interpretaciones sobre la cuestión nacional y la acumulación originaria de capital, sus libros más divulgados son Reforma o Revolución (1900), Huelga de masas, partido y sindicato (1906), La acumulación del capital (1913) y La revolución rusa (1918), junto a ellos, los artículos, panfletos y discursos que a lo largo de su actividad revolucionaria elaboró, son muestra de su pensamiento con aportaciones para el presente.
Rosa Luxemburgo fue asesinada el 15 de enero de 1919, en Berlín, Alemania, junto a Karl Liebknecht y otros comunistas, por militares en contubernio con sus opositores políticos del ala socialdemócrata. La fuerza de su pensamiento la ubican entre las más importantes revolucionarias del siglo XX, cuya idea de emancipación de la mujer formaba parte de la liberación de toda la clase trabajadora ligada al fin de la sociedad capitalista y la instauración del socialismo en el mundo, un planteamiento que perdura, ya que aún estamos lejos de ese mundo mejor que tanto hemos soñamos, así que como dijera la propia Luxemburgo (ya convertida en la rosa más roja): “luchemos por un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres”.
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