Por Eduardo Andrade Bone
Desde que en Chile a sangre y fuego se impusiera el esquema económico neoliberal de la Escuela de Chicago, por la dictadura cívico militar encabezada por el dictador Pinochet, los medios de prensa ligados a las oligarquías de lo más diversos países, a través de sus secciones económicas de su prensa, se han dedicado a ensalzar los presuntos logros de la economía chilena y que al fragor de la rebelión popular del 18 octubre de 1919 y la actual pandemia del corona virus 19, sus carencias han quedado completamente al descubierto.
En este sentido cabe destacar que los gobiernos de la ex Concertación (socialdemocracia neoliberal+DC) y que gobernaron el país durante 20 años, juntos con el pinochetismo contribuyeron a consolidar la herencia dejada por la dictadura en materia económica, cuyo eje central ha sido la privatización de todos los bienes del estado, para usufructo de los grandes empresarios y del poder del dinero, dejando además todo en manos del mercado. Cuyo resultado ha sido la creación de una gran brecha entre la riqueza que poseen unas cuantas familias ricas (1%) y la gran mayoría que vive con salarios de sobrevivencias y altamente endeudados, para así poder acceder a mejores condiciones de vida y de acuerdo con lo que ofrece el mercado salvaje de la falacia neoliberal en el país del cono sur latinoamericano, que ayer prometieron que “la alegría ya viene” (ex Concertación) y luego “tiempos mejores” (Chile Vamos).
Y ahora después de casi 30 años de gobiernos socialdemócratas y pinochetistas que abrazaron la causa neoliberal, junto a la Democracia Cristiana, tienen al país con pensiones de hambre, salarios miserables, carencias en los servicios de salud, una pésima educación, más de 100.000 chilenos que no tienen donde vivir y la gran mayoría que vive en los sectores populares y con viviendas muy deterioradas por el paso de los años, además con un desempleo según cifras oficiales de alrededor de un 11%, que son el resultado de la falacia neoliberal y que comenzó con los gobiernos post dictadura.
Hoy ante la situación de crisis económica social, pandémica y política que vive el país, entidades de estudios económicos como Cenda, la Fundación Sol y recientemente la encuestadora internacional IPSOS, señalan que el 75% de los chilenos estima que las grandes desigualdades sociales existente en el país esta marcado por la gran diferencia existente en los ingresos de los chilenos. Para luego destacar que la brecha entre ricos y pobres que es del 64%, están asociadas a la desigualdad existente en la atención de los servicios de salud y la baja en la esperanza de vida, todo producto de la falacia neoliberal.
El sistema capitalista y su expresión neoliberal a ultranza aplicado en Chile, señala que con respecto del estudio por género a nivel mundial, en general en este ámbito las mujeres aparecen como más preocupadas por la desigualdad de género que los hombres (36% contra 26%), y con cierto énfasis en los temas de la salud y esperanza de vida.
Otro de los logros de la falacia neoliberal, que es el reflejo de todas las falencias y desigualdad existente en el país, tiene sus raíces en el modelo económico neoliberal, del cual poco se habla en la prensa nacional, es el crecimiento de la actividad delictual, criminal y en particular de las actividades del narcotráfico, además de la corrupción de los altos empresarios y un sector de la elite política pinochetista y los socialdemócratas neoliberales de la ex Concertación.
De allí que Chile se encuentra desde hace un tiempo como el quinto país a escala mundial, con más menciones en desigualdad de ingresos. El salario mínimo en Chile para el 2021 es de 326.500 pesos (457 dólares) por mes, para una familia promedio de 4 personas, que es el reflejo fiel de la gran desigualdad existente en el país, que han generado las economías manejadas por los gobiernos de la ex Concertación y el pinochetismo y su actual presidente, Sebastián Piñera.
De allí que con respecto a la falacia neoliberal del cono sur latinoamericano, al respecto IPSOS (06.04.2021) expresa que “las tres principales fuentes de desigualdad mencionadas por las personas consultadas en Chile son absolutamente coherentes con las preocupaciones que tiene en el país y las demandas con las que están interpelando a los líderes políticos para discutir el proceso constituyente: ingresos, salud y educación. Los estudios de Ipsos indican que la base de todas estas demandas está en eliminar las profundas causas de las desigualdades en las condiciones de vida de las personas de este país y refundar las condiciones de acceso a servicios desde la noción de la dignidad”, enfatizan desde la consultora.
Lo cierto es que la revuelta social del 18 de octubre de 2019 y la pandemia han profundizado la gran brecha existente con el perjuicio económico que ha impactado principalmente a los hogares de ingresos medios y bajos, así como en el retroceso de la incorporación de la mujer al mercado laboral”, dejando al descubierto la falacia del neoliberalismo a ultranza aplicado en Chile, cuyos únicos responsables han sido la ex Concertación y Chile Vamos, que juntos consolidaron el modelo económico neoliberal, de la dictadura, en beneficio del 3% más rico del país.
Eduardo Andrade Bone
Comunicador social
Corresponsal de Prensa
MP/AIP
07/04/2021
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