Goldman Sachs, uno de los mayores bancos de los EEUU, ayudó a “maquillar” 15.000 millones de euros de deuda externa como divisas y no como préstamo en 2001, para que el país cumpliese con los topes de la UE en materia de endeudamiento público. Goldman Sachs recibió 300 millones de euros como comisión de la operación y unos 735.000 millones de euros en la colocación de estos bonos a partir de 2002. En los últimos años, los gobiernos griegos venían manteniendo que el déficit público, reconocido en la actualidad en torno al 12,7% y creciendo, era tan sólo del 3,7%.
La entrada en la zona euro ha supuesto ventajas: tipos de interés bajos, infraestructuras .. Pero también inconvenientes: al liberalizar el comercio, Grecia ha sido invadida por productos de sus socios del centro y norte de Europa; de esta manera, ha financiado a estos países y, ante una política fiscal casi inexistente y la multibillonaria “ayuda” a los bancos a causa de la burbuja inmobiliaria, ha ido incrementando su deuda pública.
La financiación de las importaciones no venía, pues, de su política fiscal, sino de la banca extranjera, especialmente alemana. “El gobierno conservador anterior prefirió más conseguir dinero de los bancos extranjeros que aumentar los impuestos de la gente más pudiente y así corregir el fraude fiscal. El 95% del dinero que consiguió, vendiendo bonos, fue a bancos europeos. En otras palabras, el 95% de la deuda del estado griego la tienen los bancos europeos (y muy en especial los alemanes).” (Rebelión, Esp, Vicenç Navarro, Grecia no es la causa principal de la crisis del euro, 270410)
La fuga de capitales no cesa. En enero pasado han salido del país de 8 a 10.000 millones de euros, una cifra superior a la última emisión de bonos del Estado. Aparte de la fuga de capitales, un 30% de la economía del país sigue siendo sumergida y, como decimos, la evasión fiscal está a la orden del día (el 90% de los contribuyentes declara a Hacienda unos ingresos anuales de menos de 30.000 euros). “Grecia cuenta con mucha gente rica que no paga impuestos correctamente porque existe una excesiva evasión fiscal” (El Insurgente, Esp., 100210), tal y como reconocía recientemente Papaconstantinou. “El número de personas que declaran unos ingresos superiores a los 100.000 euros al año es 15.000, aproximadamente. No creo que haya nadie en este país que se crea que tan sólo hay 15.000 griegos que ganan más de 100.000 euros al año” (El Insurgente, Esp., 100210), indicó.
Otro problema fiscal de envergadura es que la iglesia, uno de los mayores propietarios del país, no paga impuestos. Aunque los socialdemócratas han manifestado que la iglesia debe pagar como todo el mundo, no se ve medida alguna en esta dirección.
A ello hay que añadir que los gobiernos griegos usan el sector público no como motor de la economía, sino como elemento clientelar. “PASOK y ND utilizan al Estado como núcleo de su sistema clientelar. Y para que esto se entienda bien, un ejemplo concluyente: Grecia debe ser uno de los pocos países del mundo donde un Gobierno de derecha, de orientación teóricamente neoliberal -como el gestionado por ND, entre 2004 y 2009- es capaz de aumentar, sin pestañear -¡ni sentirlo como contradictorio!- el tamaño del sector público y por ende, del gasto. En Grecia, PASOK y ND, no solo utilizan el Estado con fines clientelares sino que, a partir de este último, han alumbrado un sector privado parasitario de la Administración Pública, cuyos puntos de interconexión tienden a ser opacos.” (Rebelión, Esp., ¿Qué está pasando en Grecia?, Dimitris Pantoulas 06410)
EL déficit público forma parte del sistema. De hecho, nació con el capitalismo. Desde el siglo XVII, el capital financiero se apoya en gran medida el déficit público. “Un año sí y otro también, todos los estados contraen nueva deuda, a fin de poder devolver viejos préstamos, que llegan a su vencimiento”. (Granma, Cu., M.R.Krätke, 280310)
Lo que sucede ahora es que la deuda pública griega es el punto de atención de los capitales especulativos, que, con la ayuda de las “agencias calificadoras”, la UE y el gobierno griego, han disparado al alza el precio de los bonos del Estado. Las “agencias calificadoras”, que hacían la vista gorda en la crisis subprime de los EEUU, ahora emplean un desmedido (y sospechoso) rigor en lo que se refiere a las finanzas europeas. “Hace unos días, el Senado estadounidense acusó a las agencias calificadoras de haber fallado y actuado de forma indebida antes de la última gran crisis financiera. El informe de los senadores acusó a S&P y Moody’s de haber ayudado a los bancos a esconder los riesgos de las inversiones que promocionaban mientras las dos agencias cobraban comisiones de esos mismo bancos.”(Rebelión, Esp 050510 Gerardo Lissardy- BBC Mundo, calificadoras de riesgo, ¿un poder sin límites?)
Estamos de nuevo ante una operación especulativa de muy altos vuelos. Y las próximas víctimas en esta confabulación parece que serán Portugal y España, mientras que Irlanda e Italia parece que entrarán en consideración en una fase posterior. En total, están en juego muchos miles de millones de euros que, a unos intereses lo más alto posibles, darán buenos beneficios a los especuladores.
Grecia renegociará en 2010 un total de 53.000 millones de euros en intereses y créditos vencidos por deuda pública. Como comparación, Alemania, una economía 10 veces superior a la griega, “sólo” ha de renovar 100.000 millones de euros.
En los momentos actuales, el carecer de moneda propia es un serio inconveniente, porque Grecia no puede recurrir a la devaluación de su moneda para incrementar sus exportaciones y reactivar su economía. Lo que se evidencia con esta crisis es que no se puede tener una moneda como el euro sin “una política económica coordinada y un sistema de compensación financiera” (Granma, Cu., M.R.Krätke, 280310)
Frente a la crisis que estalló hace un par de años, nos han hecho creer que la intervención estatal en favor de las entidades financieras era suficiente. Ahora nos están haciendo creer que todos los problemas son de deuda pública. Y sólo se apuntan como alternativas las subidas de impuestos, las rebajas salariales y las privatizaciones.
El profesor Costas Lapavitsas, del Research on Money and Finance (RMF) dice que “la unión monetaria ha eliminado o limitado la libertad de establecer la política fiscal o monetaria forzando que la presión del ajuste se haya realizado sobre el mercado de trabajo” (El País, Esp., 040410) y que estos países “han comenzado una carrera cuesta abajo fomentando la flexibilidad laboral, la contención salarial y el empleo a tiempo parcial”. (El País, Esp., 040410). “Lapavitsas considera “arbitrario exigir el 3% de déficit y el 60% de deuda por igual a todos los países, porque se trata de situaciones muy distintas”. En su opinión, “la situación de Grecia dentro del euro es imposible y el recorte tan acelerado del déficit sólo provocará más recesión”.” (El País, Esp., 200310)
Alemania y la zona euro
Y es que es el euro es una buena moneda… para que Alemania tenga un mercado donde colocar sus productos. “Más del 50% de la riqueza de la Europa unida se genera en Alemania, Francia, el Reino Unido y las regiones industrializadas de Italia.” (Argenpress Vlad Grinkevich 070310). El resto somos, sobretodo, consumidores endeudados.
De esta forma, Alemania compensa la caída del consumo interno, consecuencia de las medidas impopulares tomadas por sus gobiernos en los últimos años, con un fuerte superávit comercial, a costa de sus socios de la zona euro. Alemania ha congelado sus salarios reales en los últimos 15 años, lo mismo que en España.
El superávit comercial alemán es el segundo del mundo, después de China en términos absolutos, pero el primero del mundo por habitante. De 1999 a 2007 el 70% de su PIB se debió a las exportaciones.
“La austeridad de gasto público (iniciada ya con las reformas Schroeder) en Alemania, junto con la falta de crecimiento de los salarios en aquel país, hace que la escasa demanda interna esté imposibilitando el estímulo económico necesario para salir de la crisis. De ahí que los círculos liberales y conservadores que gobiernan en Alemania intenten basar la recuperación económica en el crecimiento de las exportaciones.” (Rebelión, Esp, Vicenç Navarro, Grecia no es la causa principal de la crisis del euro, 270410).
“Al aplicar las políticas de la UE, los países de la zona euro han iniciado una carrera de apuesta a la baja fomentando la flexibilidad laboral, la contención salarial y el trabajo a tiempo parcial”. Según el estudio, la carrera la ha ganado Alemania, pero no a base de mejorar la tecnología e intensificar el capital, sino “a base de exprimir a sus trabajadores” y “mantener su superávit por cuenta corriente financiado con los déficits de las economías periféricas”. (El País, Esp., 200310). Un informe colectivo de varios economistas británicos, “coordinado por el profesor Costas Lapavitsas, señala que la Unión Monetaria ha eliminado o limitado las políticas fiscales, provocando que el ajuste haya recaído sobre el mercado de trabajo.” (El País, Esp., 200310). Así, como casos más extremos, Islandia tuvo que reducir un 30% sus prestaciones sociales; Letonia ha subido el IVA, bajado un 20% el salarios de los funcionarios y cerrado un centenar de escuelas; en Lituania, Estonia y Hungría también se ha bajado el suelo de los funcionarios y se han encarecido los gastos de las familias en educación y sanidad; Irlanda ha gastado el 30% de su PIB en el rescate de su sector financiero.
Grecia no es un caso “especial”
El capitalismo sufre una crisis generalizada, de la que creemos no tiene salida. Se nos quiere hacer creer que Grecia es un caso “especial”, cuando son todas las economías (en especial la norteamericana) las que van a la deriva.
La deuda pública griega, que tanto se demoniza, está prácticamente en la media de los países de la OCDE. La deuda pública japonesa es del 200% del PIB, la cifra más alta en los países capitalistas desarrollados y muy superior a la griega. En España el pago de la deuda pública es la tercera partida de los Presupuestos del Estado, detrás de las pensiones y las prestaciones por desempleo.
EEUU tiene un déficit público cercano al 12% del PIB. El déficit de Gran Bretaña es del 11,5% y el de España del 11,2%, algo inferiores al griego.
La deuda pública griega tan sólo está en un 30% en manos griegas, y el 59% está repartido por varios países europeos, sobretodo bancos franceses y alemanes. “Según datos del Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés), a finales de septiembre del año pasado la exposición de los bancos alemanes en la región rondaba los 330.800 millones de dólares, 306.800 millones en el caso de Francia y 156.300 en el de Reino Unido. En total, la exposición de los bancos europeos en la zona supera los dos billones.” (El País, Esp., 120210). El español BBVA es la sexta entidad del mundo que más deuda griega posee, unos 587 millones de euros.
A finales de 2010, se estima que el total de la deuda será de 290.000 millones de euros (125% del PIB)
Lo realmente “especial” de Grecia son sus movimientos de masas. Especialmente desde el asesinato por la policía del joven de 15 años Alexis Grigoropulos en diciembre de 2008, Grecia se distingue del resto de Europa por sus grandes movilizaciones y el grado de radicalidad de las mismas. El plan de ajuste a Grecia busca, sin duda alguna, “ajustar las cuentas” a los trabajadores más combativos de Europa.
Portugal y España
Cuando los especuladores consideren que ya no pueden exprimir más a la economía griega, pondrán su atención en Portugal y España. El hecho es que la deuda pública se negocia a través de bancos privados y a los precios que ellos fijan; entidades como Alpha Bank, Bank of America-Merrill Lynch, Banco Comercial, ING y Société Genérale tienen mucho que ver en este entramado especulativo.
El disparo de partida lo ha dado el FMI que, en un informe del 22 de abril 2010 señala que la economía portuguesa va de mal en peor: Portugal crecerá menos de lo previsto y tampoco conseguirá rebajar el déficit en las cifras presupuestadas; el déficit público será del 7,5% del PIB, frente al 6,6% previsto; el desempleo se mantendrá entre el 10 y el 11%.
Como consecuencia, los bonos portugueses a 10 años han pasado al 4,77% y Portugal ahora forma parte, junto con Grecia e Islandia, de los países con seguros al incumplimiento de la deuda pública. Y ello a pesar de que la deuda pública portuguesa es el de 86% del PIB., muy lejos de las cifras griegas.
Los especuladores también apuntan hacia España. El 4 abril 2010 rumores sobre la debilidad de la economía de España, curiosamente publicados a la vez en varios medios de difusión, provocan una de las mayores caídas de la bolsa que se recuerdan.
La tragedia griega
Acto primero. Victoria electoral de los socialistas, octubre 2009
A comienzos de octubre de 2009 tienen lugar las elecciones generales que dan la victoria a los socialistas de Papandreu. Es el fin de 5 años y medio de gobierno conservador. La mala gestión económica es el tema central de la campaña electoral. Grecia tiene una deuda pública que supera a su PIB, aunque reciba más ayudas comunitarias que ningún otro país europeo.
Los socialistas prometen puestos de trabajo y aumentos salariales y en las pensiones. Se incrementará la presión fiscal sobre los más ricos y la Iglesia, se controlará la evasión fiscal y se luchará contra la corrupción.
Pero nada de ello se cumple. Una vez el poder, los socialistas se limitan a aplicar simplemente el recetario neoliberal, con un guión que les dictan los especuladores, la UE y el FMI. Los socialistas han ganado las elecciones porque la nueva tragedia griega necesita nuevos actores; los anteriores ya no sirven.
Acto segundo. Preparando el terreno, octubre 2009-abril 2010
En octubre de 2009, al tiempo que los socialistas ganan las elecciones generales, se pone en marcha el mecanismo de atraco a la economía y al pueblo griego: las agencias calificadoras Fitch y Moody’s rebajan la calificación de solvencia de las finanzas griegas. A continuación, le llega el turno en esta tragedia griega al socialdemócrata Joaquín Almunia, comisario europeo de economía, quien declara que “Grecia es una amenaza para toda la zona euro” (El País, Esp., 091209). Unos días más tarde, cuando el gobierno griego apunta las primeras medidas antisociales, Almunia dice que son “un paso en la buena dirección” (El País, Esp., 161209), pero insiste en que se han de precisar más (o sea, que son insuficientes) cara a una reunión que tendrá lugar en enero próximo entre la UE y Grecia. En marzo pasado el señor Almunia muestra la peor cara de las políticas neoliberales advirtiendo que el crecimiento de la deuda pública en la zona euro en los últimos tres años tardará al menos 10 años en ser absorbida y que este incremento es de alrededor del 20% del PIB. «Durante al menos 10 años» habrá que seguir controlando el déficit para reducir el nivel de deuda pública” (El Periódico, Esp., 230310).
Como exige el guión, el primer ministro, el también socialdemócrata Papandreu, pinta un panorama apocalíptico para su país: el déficit público de 2009 será el triple de lo que había anunciado el anterior gobierno conservador y llegará al 12,7% del PIB, mientras que la deuda pública será más del 120% del PIB en 2010 y del 135% en 2011. Sólo en 2009 la deuda pública había aumentado en 80.000 millones de euros o un 30% del PIB y la deuda externa sube ya al 125% del PIB o 297.000 millones de euros.
A comienzos de diciembre, es Standard & Poor’s la que rebaja a calificación de la deuda griega a largo plazo. La Fitch sitúa a esta deuda a un paso de los bonos basura.
Con todo este esfuerzo mediático, la tragedia griega llega al punto a que sus autores querían: la Bolsas de Atenas cae un 6,04% en 8 de diciembre y los bonos del Estado a 10 años se disparan hasta el 5,34% (como referencia, la deuda pública alemana a 10 años está en el 3,13%): los mercados de renta fija y renta variable griegos se han desplomado como un castillo de naipes. Destacan las caídas del Banco Nacional de Grecia con un 9,95%; el Banco de Pireo, con un 8%, y EFG Eurobank, con un 6,5%.
Además, el entorno internacional no es muy favorable, pues los EEUU amanecen con datos empresariales negativos que arrastran a todas las bolsas. Moddy’s echa más leña al fuego avisando del deterioro de las finanzas públicas de EEUU y Gran Bretaña. Como respuesta a la crisis griega, las deudas públicas de Portugal, España, Italia, Irlanda y Polonia se distancian más de la alemana, que está haciendo de refugio de los inversores que huyen de las deudas públicas de estos países.
Para acabarlo de arreglar, Papandreu declara que «por primera vez desde 1974 (cuando se instauró la democracia), la situación de las finanzas públicas amenaza nuestra soberanía nacional». (El Periódico, Esp., 101209).
La labor de las “agencia “calificadoras” ha sido incesante rebajando continuamente la calificación de los bonos del Estado griegos para forzar que suban de precio. El 18 de diciembre, la agencia de calificación Standard & Poor’s pone bajo vigilancia negativa a 4 bancos griegos, y sitúa su deuda a largo plazo a un paso de los bonos basura, después de que rebajara aún más la calificación de la deuda del país. Los bancos sonn EFG, Alpha, Banco Nacional de Grecia y Piraeus. Con estas medidas, Standard & Poor’s daba a entender que las medidas del gobierno griego eran insuficientes: “Esperamos una recesión económica más prolongada y más profunda de lo que en un principio habíamos anticipado” (El País, Esp., 191209).
El 09 abril 2010 la agencia Fitch Ratings califica la deuda pública griega a un paso del bono basura. El 22 de abril 2010 la agencia Moody’s rebaja aún más la calificación de la deuda griega. Los bonos a 10 años ya están en el 8,74% y los bonos a 2 años están en más del 10%, una cifra nunca alcanza por ningún país de la zona euro. Standard & Poor’s rebaja de nuevo la calificación de la deuda griega al nivel de los bonos basura y el bono griego a 10 años llega al 10% el 27 de abril.
Por su parte, el 22 de abril 2010 el euro alcanza los niveles más bajos del año, a 1,326 dólares. Desde diciembre pasado, el euro se ha depreciado un 11% respecto al dólar, lo cual viene muy bien (¡oh casualidad!) a las exportaciones alemanas.
Aunque Papandreu no haya hecho nada (más bien lo contrario) por evitar la que se le viene encima al pueblo griego, la cosa es tan evidente que no tiene más remedio que reconocer que “la amenaza de la especulación y los mal regulados mercados financieros no son una amenaza para Grecia sino para toda la economía mundial”. “Las mimas instituciones financieras que fueron rescatadas con el dinero de los contribuyentes están haciendo ahora su fortuna con la desgracia de Grecia, mientras aquellos mismos contribuyentes están pagando el precio de profundas reducciones salariales y servicios sociales” (El País, Esp., 150310)
Acto tercero. Esto es un atraco, mayo 2010
A comienzos de este mes se daba a conocer el plan que la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el FMI han establecido para Grecia. “El plan es sencillo: Grecia obtendrá 110.000 millones de euros de la UE y el FMI en forma de créditos blandos -una cifra “sin precedentes a nivel mundial”, según ha dicho Papandreu a sus ministros-. A cambio, Atenas ha de acometer un drástico plan de ajuste de sus cuentas, a través de subidas de impuestos y recorte de gastos. El plan de austeridad pretende recortar el déficit público en 30.000 millones de euros en tres años, según ha anunciado el ministro de Finanzas griego, Yorgos Papaconstantinou. Así, en 2014, Grecia espera que el déficit se sitúe por debajo del 3% del PIB. Éstas son las principales medidas:
– Incremento de IVA hasta el 23%. Este impuesto ya había sufrido recientemente, en marzo, un incremento del 19% hasta el 21%.
– Un 10% de aumento de los impuestos de los carburantes y del alcohol.
– Recorte del 16% de los salarios públicos, mediante la eliminación de dos pagas extraordinarias
– Bajada de las pensiones” (Kaos en la Red, Esp., 030510)
Y aún cabe añadir que se privatizarán empresas públicas, y se señalan ya las de energía y transporte.
¿Qué son los capitales especulativos?
Uno de los rasgos más característicos del “neoliberalismo” (fase del capitalismo que va desde la crisis de los años 70 del siglo pasado a la crisis de 2007) es la aparición de capitales especulativos.
Los capitales especulativos del neoliberalismo son una forma de capital ficticio (es decir, valores que no tienen respaldo en proceso productivo alguno, formados al calor de la actividad económica) pero que añaden un rasgo nuevo: debido a la disminución de la tasa de ganancia, grandes masas de capital salen del proceso productivo y se dedican simplemente a la especulación, para favorecer, en definitiva, el trasvase de renta desde los trabajadores a los capitalistas, aumentando con ello, pues, el grado de explotación de los primeros.
Los beneficios del capital especulativo se hacen a costa del proceso productivo y forman parte de la plusvalía general que se extrae a la masa de trabajadores. Nestor Kohan, hablando del interés, aporta un razonamiento que podemos extrapolar al tema que estamos tratando. “El capital bajo la forma de dinero que devenga interés está vivo, es completamente autónomo frente al trabajo. La explicación que da Marx -dicho muy rápidamente- es que en realidad ese ‘plus’ es simplemente una alícuota, una fracción, una parte del plusvalor que el capital industrial extrae de la explotación de sus obreros, de su fuerza de trabajo. (…) Por eso la fuente de ese ‘plus’ que aparentemente crece solo en el banco, en realidad proviene de la producción, proviene de la explotación de los obreros, proviene del plusvalor que circula entre los diferentes capitalistas.” (El Capital -Historia y método, Néstor Kohan, ed. Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo, 2001)
Marx ya indica en El Capital la génesis de los capitales especulativos, cuando señala que la caída de la tasa de ganancia provoca la huída de capitales del proceso productivo hacia la simple especulación. “Al disminuir la cuota de ganancia, aumenta el mínimo de capital que cada capitalista necesita manejar para poder dar un empleo a su trabajo; es decir, tanto para su explotación en general como para que el tiempo de trabajo empleado sea precisamente el tiempo de trabajo necesario para la producción de las mercancías, para que no exceda de la media del tiempo de trabajo socialmente necesario para su producción. Y, al mismo tiempo, un capital grande con una cuota de ganancia pequeña acumula más rápidamente que un capital pequeño con una cuota de ganancia grande. Y esta creciente concentración provoca, a su vez, al llegar a un cierto nivel, un nuevo descenso de la cuota de ganancia. La masa de los pequeños capitales desperdigados se ve empujada de este modo a los caminos de la aventura: especulación, combinaciones turbias a base de crédito, manejos especulativos con acciones, crisis. La llamada plétora de capital se refiere siempre, esencialmente, a la plétora del capital en el que la baja de la cuota de ganancia no se ve compensada por su masa -y éstos son siempre los exponentes del capital recientes, de nueva creación- o a la plétora que estos capitales incapaces de desarrollar una acción propia ponen, en forma de crédito, a disposición de los dirigentes de las grandes ramas comerciales. Esta plétora de capital responde a las mismas causas que provocan una superpoblación relativa y constituye, por tanto, un fenómeno complementario de ésta, aunque se mueven en polos contrarios: uno, el del capital ocioso y otro el de la población obrera desocupada.” (Karl Marx, El Capital vol.3)
Asimismo, el capital especulativo lleva a límites más extremos la contradicción entre valor y valor de uso. “Su lógica es la apropiación desenfrenada de plusvalía o, mejor, de ganancia (la ganancia especulativa); realiza así, o por lo menos intenta hacerlo, los deseos derivados de la propia naturaleza íntima del capital: el no compromiso con el valor de uso y, a pesar de ello, la autovalorización. Conduce o pretende conducir la contradicción valor / valor de uso al extremo de su desarrollo, es decir, teóricamente, a la destrucción del valor de uso”. (Capital especulativo parasitario versus capital financiero, R.A.Carcanholo y otro, Internet)
Veamos algunos datos de los años 1980-1996. El Producto Mundial Bruto (PMB) creció a 2,5% de promedio anual; el comercio, a un 5% (dos veces más que el PMB); los préstamos, a un 10% (dos veces más que el comercio); el intercambio de monedas, a 23,75% (más de cuatro veces que el comercio); y, el de acciones, a 25% (cinco veces más que el comercio o diez veces más que el PMB). Desde entonces, la tendencia no ha hecho más que acentuarse y hemos asistido a un desplazamiento, desde la explosión burbuja bursátil de la “nueva economía”, hasta la reciente explosión de la burbuja inmobiliaria y todo el entramado financiero que ella conllevaba.
A nivel mundial, “la relación entre activos financieros y la producción la dan los siguientes datos:
año %
1980 109%
2005 316%
2006 405%
Es decir, en la actualidad el 75% de los valores financieros no tienen relación con proceso productivo alguno, son pura especulación.
En la zona euro el porcentaje entre los activos financieros y la producción en 2006 fue del 303%.
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