Por: Carlos Lopez
El próximo 19 de diciembre, Chile deberá salir de la encrucijada en que se encuentra: sea retroceder varios decenios atrás, con un gobierno autoritario, o bien avanzar por el camino de la consolidación de la democracia, creando una nueva constitución y echando andar una sociedad con una verdadera justicia social.
El terremoto político del triunfo del candidato Kast que se puso a la cabeza del escrutinio, con un 27,91% de los votos, relegando a Boric en segundo lugar con un 25,83%, en la primera vuelta de las elecciones presidenciales, dejando así al país tambaleándose, en un estado de shock.
De Kast se podría decir, sin exagerar, que es un « hijo de tigre », su padre fue un oficial del ejército de Adolfo Hitler y que militó y fue miembro del partido Nazi ; su hermano Miguel fue un ministro de Pinochet y un economista de la escuela de los Chicagos Boys, el cual jugó un rol preponderante y de primera plana en el desarrollo del modelo ultraliberal, que se impuso por la fuerza de las armas en nuestro país.
La familia Kast que se estableció en Chile, a través de la « ruta de las ratas », un vasto plan organizado por el Vaticano y la Cruz Roja, en 1950. Esta familia alemana se adaptó bien y echaron raíces en el país de adopción. Para el golpe de Estado se implicaron con cuerpo y alma en la brutal represión que golpeó al pueblo chileno.
El libro publicado en 2015, del escritor e investigador Javier Rebolledo: « A la sombra de los cuervos » y que habla de civiles que fueron « los cómplices de la dictadura », nos describe con muchos detalles, la participación del padre y otros miembros de la familia, del candidato José Antonio Kast, en la sangrienta represión. La región de Paine cuenta con un total de 70 víctimas, entre fusilados y desaparecidos. Masacre en la cual el clan Kast participó, prestando vehículos y ayuda logística. En la región de Paine, donde vivía: « Michael Kast facilitó alimentos a los Carabineros, además de un camión rojo con chofer… Su hijo Christián compartió asados con civiles y uniformados… en el mismo lugar donde los detenidos eran torturados… y donde luego desaparecieron ».
Según Rebolledo: « Los Kast odiaban el comunismo y una vez instalados en Chile, ya seguros, los Kast harían lo posible por combatir el marxismo ; esta determinación le sería luego heredada a su descendencia ». No es un secreto para nadie que el candidato Kast es un ferviente admirador del dictador, según él, « si Pinochet estuviera vivo votaría por él ».
El escritor Ariel Dorfman, en un artículo que se titula: « La larga sombra de Pinochet » (El Mostrador, 10 diciembre 2021) resume bien la coyuntura que se definirá en la segunda vuelta, de este domingo 19 de diciembre. Diciendo « Del lado de Boric no solo está la esperanza de que millones de chilenos decidan en las próximas elecciones no retroceder a un pasado autoritario, sino también de que los muertos intervengan desde el más allá de la muerte y de las conciencias, instando a sus compatriotas vivos a que no traicionen su memoria »…
Para tratar de comprender el fenómeno Kast, hay que ponerlo en el contexto de la situación internacional reciente, donde el populismo y el neo-fascismo, ya han ganado espacios, imponiendo gobiernos autoritarios. ¿Quién habría imaginado o pensado que Trump y Bolsonaro iban a triunfar, en Estados Unidos y Brasil respectivamente ?
Lamentablemente esta ola y corriente populista que banaliza las ideas de extrema derecha, se imponen hasta en Europa; ahí está España con el partido Vox que bruscamente se alza con mucha fuerza, en el paisaje político español. Hay un cierto paralelismo entre Chile y España, ambos países después del final del periodo dictatorial, vivieron hechos similares: una transición política y una gran deuda moral y política respecto a las víctimas desaparecidas que sigue pesando mucho, pese al transcurso del tiempo. Reveladora es la última película de Pedro Almodóvar « Madres paralelas » que cuenta el drama de los desaparecidos españoles, asesinados por el franquismo y que todavía están en las fosas comunes, pese al inmenso trabajo de la « Asociación Memoria Histórica ».
Y qué decir de la Francia, cuna de los « Derechos Humanos », donde el espectro político se oscurece, para las próximas elecciones presidenciales de abril 2022. Aquí también se puede constatar que la extrema derecha se fortalece. Y se da incluso el lujo de presentar dos candidatos para las presidenciales galas. Por un lado Marine Le Pen del partido « Rassemblement National » (RN), que en 2017, ya disputó en la segunda vuelta con Macron, el mando supremo. Y por otro lado, un nuevo y recién llegado, Eric Zemmour del partido « Reconquête », un periodista y polemista, con ideas más descabelladas que Marine Le Pen. El candidato Zemmour, va más lejos que Marine Le Pen, puesto que rehabilita al Mariscal Pétain, el mismo que colaboró con los nazis que invadieron y ocuparon el territorio de Francia, durante la segunda Guerra Mundial. Zemmour el revisionista afirma que Pétain « habría salvado muchos judíos franceses » de ser enviados a los campos de concentración y exterminio alemanes. Una gran aberración histórica que pone bien nauseabunda la atmósfera política de Francia.
Zemmour ha declarado, oficialmente, hace muy poco su candidatura a las elecciones presidenciales francesas. Este candidato propone una lucha acérrima contra los migrantes, ya sean estos legales o ilegales (con papeles o sin ellos), expulsándolos « mano militare » a sus respectivos países de origen. Respecto a los 6 millones de ciudadanos franceses con origen árabe y de religión musulmana, les propone que cambien sus nombres por nombres a connotación “francesa”” ; para que se “asimilen” de “mejor manera” en la sociedad gala.
Comparando el extremismo de Kast con el del candidato Zemmour, el candidato Kast con su proyecto de construcción de una zanja, en la frontera norte de Chile, para detener la invasión de los extranjeros, queda casi como un aprendiz, al lado del candidato neo-fascista, racista y homofóbico que es Zemmour.
Carlos LOPEZ (Collectif Droits de l’Homme au Chili – Francia)
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