Fuente: Pagina 12
El mandatario saliente, Iván Duque, aseguró que será garante de una transición “pacífica” y “transparente”, mientras que el Ejercito de Liberación Nacional expresó este lunes “su plena disposición para avanzar en un proceso de paz”.
Gustavo Petro convenció a la mitad de los colombianos con sus promesas de cambio. Pero ahora el primer presidente electo de izquierda tendrá que armar mayorías y vencer la resistencia de militares y empresarios para gobernar un país dividido en torno a su mandato. Para vencer al outsider millonario Rodolfo Hernández, el exguerrillero y senador de 62 años moderó muchas de sus posiciones más radicales. Luego de ganar con el 50,4 por ciento de los votos frente al 47,3 por ciento de Hernández, sobre sus hombros recae la responsabilidad de hacerse cargo de un país atravesado por la polarización luego de una campaña agresiva.
El presidente saliente de Colombia, Iván Duque, aseguró que será garante de una transición “pacífica” y “transparente”, mientras que el Ejercito de Liberación Nacional (ELN) manifestó este lunes “su plena disposición para avanzar en un proceso de paz”. A partir del siete de agosto, Petro deberá responder a los desafíos de un país en crisis, con un 39 por ciento de pobreza, la mayor producción de cocaína del mundo y castigado por un rebrote de la violencia que siguió al acuerdo de paz firmado en 2016 con la exguerrilla de las FARC.
Formar mayorías
Una bancada importante, pero no mayoritaria, acompañará las iniciativas del inédito gobierno de izquierda en el Parlamento. “Ahora el problema es la gobernabilidad en el Congreso. Petro debe tratar de proponer lo que llamó un gran acuerdo nacional porque claramente el país está bien fragmentado en dos sectores”, asegura al respecto Alejo Vargas, profesor de derecho de la estatal Universidad Nacional.
En el mismo sentido opina Sergio Guzmán, de la consultora Colombia Risk Analysis: “Este resultado no le da un mandato claro para ejecutar sus políticas sin al menos tratar de calmar los cuestionamientos de sus opositores”. Durante su paso por la alcaldía de Bogotá (2012-2015), Petro chocó con el Concejo de la ciudad, que hundió muchas de sus iniciativas. Ahora llega rodeado de políticos tradicionales que podrían servirle de puente con el Congreso.
Apaciguar a los mercados
En su primera intervención como presidente electo, Petro envió un mensaje tranquilizador al empresariado que en campaña lo acusó de promover un socialismo fallido. “Fue una campaña de mentiras y miedo, que íbamos a expropiar a los colombianos, que íbamos a destruir la propiedad privada (…) nosotros vamos a desarrollar el capitalismo en Colombia. No porque lo adoremos, sino porque tenemos primero que superar la premodernidad”, expresó Petro el domingo ante una multitud que festejaba su triunfo.
Para Felipe Botero, profesor de ciencia política de la Universidad de Los Andes, ese fue “un mensaje clarísimo a la derecha, diciendo ‘yo soy de izquierda, pero eso no quiere decir que voy a transformar radicalmente el modelo económico'”. Pero el economista Jorge Restrepo advierte que el exguerrillero y senador aún debe construir “confianza” con el sector productivo, algo “muy difícil porque no hay antecedentes de un gobierno de izquierda a nivel nacional”.
Por lo pronto el empresario Mario Hernández, activo opositor de Petro durante la campaña, se mostró abierto a escucharlo. “Le llegó la oportunidad a Gustavo Petro de demostrarle al 50 por ciento de los colombianos y a mí de que estábamos equivocados”, disparó en Twitter el magnate de la confección.
La pelea en los cuarteles
Tras la toma de posesión de Petro, los militares tendrán que jurar lealtad a un exmiembro de las guerrillas de izquierda que han combatido durante seis décadas de conflicto. A finales de abril, Petro acusó a miembros de la cúpula militar de estar aliados con el Clan del Golfo, la mayor banda narco del país.
En respuesta el comandante del Ejército, el general Eduardo Zapateiro, lo acusó de “politiquería”, en una inusual intervención política en un país donde la Constitución prohíbe a la fuerza pública participar en el debate político y votar.
“La desconfianza entre el presidente y los militares es significativa”, afirma Guzmán, agregando que el izquierdista “deberá seleccionar a un ministro de Defensa que tenga el respeto y la confianza de los miembros de las Fuerzas Militares”. De lo contrario, subraya, la transición será un “desastre”. Hasta el momento, el presidente electo solo ha revelado que le entregará esa cartera a una mujer especializada en derechos humanos.
En una entrevista con El País la semana pasada, Petro confirmó que cambiará la cúpula del Ejército y la policía para “acabar con la política construida sobre el enemigo interno que ha llevado a unas violaciones tremendas de derechos humanos, como el asesinato de 6.402 jóvenes para hacerlos pasar como bajas guerrilleras”, una tragedia que popularmente se conoce como los “falsos positivos”.
El ELN dispuesto a buscar la paz
El ELN se pronunció este lunes sobre la victoria de Petro en las elecciones del domingo asegurando que mantienen su “lucha y resistencia política y militar”, pero también están dispuestos a buscar la paz. En un comunicado, la guerrilla también le advierte al mandatario electo que si no implementa “cambios que nos encaminen a superar el clientelismo y sacar la violencia de la política, avanzar en planes de inclusión social que contemplen empleo y emprendimientos para las mayorías”, entre otros, no tendrá el respaldo del “movimiento popular”.
En diálogo con la agencia Efe en mayo, Petro aseguró que quería retomar el plan de paz del expresidente Juan Manuel Santos (2010-2018), desde implementar totalmente el acuerdo de paz firmado con las FARC hasta retomar las negociaciones con el ELN. Las conversaciones iniciadas por Santos quedaron en suspenso por la exigencia del gobierno del actual presidente, Iván Duque, al ELN de que libere a todos los secuestrados que tiene en su poder y renuncie a esa y todas sus actividades criminales.
Duque y la transición
En su primer discurso como presidente, Petro también le dirigió un mensaje a la oposición, al asegurar que “será siempre bienvenida” en la Casa de Nariño. El domingo por la noche se mostró cordial con su oponente Rodolfo Hernández, en particular, y sus diez millones de votantes, en general, en una postura coherente con su objetivo de lograr lo que llama un “gran acuerdo nacional” donde exista “el máximo de consensos”.
También quedó confirmada una pronta conversación entre Petro y el presidente Iván Duque, uno de los primeros en llamar para felicitarlo. “Acordamos reunirnos en los próximos días para iniciar una transición armónica, institucional y transparente”, dijo Duque este lunes en una intervención virtual en el XV Foro Atlántico, que se desarrolla en España en la Casa América de Madrid.
“Lo primero que hay que reconocer para defender la democracia es cuando hay un pronunciamiento popular. Claramente ayer los colombianos eligieron un nuevo presidente”, agregó Duque en una charla virtual con el escritor Mario Vargas Llosa. El premio Nobel de Literatura de 86 años había interrogado al mandatario saliente sobre el triunfo de Petro, tras expresar su deseo de que esta elección sea “simplemente un accidente enmendable y corregible”.
Petro alcanzó la presidencia de Colombia con un discurso que se asentó en un programa de redistribución para “el buen vivir”. Propone un cambio en lo económico que incluya el cuidado del medioambiente junto a su vice, la activista Francia Márquez, la primera mujer afrodescendiente que ocupará ese lugar en la historia del país.
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