Por: Raul Bracho
Quienes acabamos de vivir meses de oraciones y ruego por la vida de Chávez, esta vez sabemos que pronto cerraras tu ciclo, que partirás a la leyenda, allá, a donde están nuestros padres y héroes, más allá de la vida.
El cielo se llena de gigantes y la tierra volverá a llorar de nuevo.
Te estás despidiendo lentamente, aquellos que seguiremos en la lucha debemos rendirte la más solidaria despedida.
27 años en las cárceles del aparhait, luchando para que los humanos de color fueran iguales, 27 años en los que desde el confinamiento estudiaste derecho en la Universidad de Londres por correspondencia para defender y liberar a tu continente.
Fuiste el prisionero número 466/64, esto es el preso número 466 en 1964 en la isla de Robben, durante 17 años en precarias condiciones. Posteriormente pasarías otros 10 años más en otras dos prisiones diferentes, sumando una pena total de 27 años. El gobierno de Sudáfrica rechazó todas las peticiones de que fuera puesto en libertad.
Mandela se convirtió en un símbolo de la lucha contra el apartheid dentro y fuera del país, una figura legendaria que representaba la falta de libertad de todos los hombres negros sudafricanos.
A lo largo del encarcelamiento de Mandela, las presiones locales e internacionales sobre el gobierno de Sudáfrica para dejar a Mandela en libertad, eran notorias y en 1989, Sudáfrica llegó a una encrucijada cuando el Presidente Botha sufrió un derrame cerebral y fue sustituido por Frederik Willem de Klerk. De Klerk anunció la liberación de Mandela en febrero de 1990.
Primer Presidente de color en África, en pleno siglo 20, para terminar con una fase de la dominación milenaria que como castigo infernal nos tocó a los tercer mundistas.
Hasta siempre Madiba, Mandela. África. Fuego.
Tus camisas tropicales anuncian la libertad plena, tu sonrisa anciana de paz lleva la luz de la humanidad al más allá, anunciando en los cielos que cada día estamos más cerca del fin de la dominación con la que la ambición de los adinerados han castigado a nuestra especie y al planeta.
¡Seguiremos adelante, Che, Chavez, Madiba, Mandela!
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