El anuncio, que apareció en un documento sobre la Iniciativa de Seguridad Global (GSI) de Pekín publicado esta semana, detalla que las autoridades chinas buscan construir plataformas internacionales para abordar el terrorismo, la ciberseguridad, la bioseguridad y la tecnología emergente con sus pares de otros países, con miras a mejorar la capacidad de gobernanza en la seguridad no tradicional.
Según el documento oficial, el país asiático también se enfocará en llevar adelante más intercambios y lanzar programas de cooperación entre las academias militares y policiales de países en vías de desarrollo.
“[China] solía entrenar a oficiales y policías antiterroristas en países como Afganistán y Pakistán, y ahora ampliará el alcance de esta cooperación. La capacitación y los intercambios tienen como objetivo fortalecer la eficiencia en la cooperación bilateral y multilateral, como en el campo antiterrorista”, dijo al periódico Li Wei, experto en antiterrorismo de los Institutos de Relaciones Internacionales Contemporáneas de China.
En los últimos años, Pekin ha profundizado sus programas de capacitación en zonas como Asia Central, Islas del Pacífico y Medio Oriente. Desde enero del 2022, la Policía en las Islas Salomón recibe entrenamiento por parte de autoridades chinas para mejorar sus capacidades antidisturbios.
El pasado diciembre, China también ofreció capacitar a 1.500 policías y funcionarios de seguridad cibernética de países árabes.
El pasado septiembre, el presidente chino, Xi Jinping, anunció que China formaría a 2.000 miembros de las fuerzas de seguridad de los países miembros de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS) en los próximos cinco años y crearía una base de formación centrada en la lucha antiterrorista. El mandatario hizo estos comentarios en una cumbre de la agrupación de seguridad liderada por China y Rusia.
Los países occidentales han seguido de cerca estas maniobras, que han despertado inquietud sobre las prácticas policiales chinas y se consideran un intento de Pekín de ganar influencia desmesurada en estas regiones. El experto en antiterrorismo argumentó que las actividades de adiestramiento eran “normales” y pretendían contrarrestar amenazas comunes a las que se enfrentaban varios países y que no podían ser resueltas por un solo país.
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