Por: Ignacio Ramonet
Ignacio Ramonet volvió a Venezuela en septiembre, seis meses después de la muerte del protagonista de su último libro, “Hugo Chávez. Mi primera vida”, fruto de más de cien horas de entrevistas con el líder bolivariano a lo largo de cinco años.
Su impresión, la de un observador lúcido, fue la siguiente tras aterrizar en Caracas: “Hay una situación que recuerda a la que había en Chile en vísperas del golpe de Estado de 1973 que derrocó a Salvador Allende”.
“Un golpe de Estado en cámara lenta”, insiste en entrevista con dpa Ignacio Ramonet (1943), periodista y catedrático de origen español, afincado en Francia, y actualmente director de la versión en español de periódico “Le Monde diplomatique”.
El objetivo, mantiene, es “desorganizar la administración” venezolana “y crear un malestar social” de cara a las elecciones municipales del próximo 8 de diciembre, llamadas a convertise en termómetro político y social del país.
“Es una situación de gran tensión. Si se lee la prensa de los meses que precedieron al golpe de Estado de Chile, la idea era la misma, la de un gobierno que no sabe gobernar. Hoy sabemos que era un lento golpe de Estado que esperaba la intervención del ejército”, afirma.
Ramonet ha sido siempre un fiel defensor del Chávez democrático y la Venezuela progresista y de ello deja constancia en su último libro, publicado el 17 de octubre en España y Latinoamérica (enVenezuela hace ya tres meses), a pesar de las críticas de la comunidad internacional y de algunos sectores del país.
“Hace apenas un año, Chávez ganaba su última elección con diez puntos de ventaja sobre el siguiente. Su victoria es indiscutible, ni siquiera la oposición lo pone en duda”, defiende.
Sin embargo, su referéndum para reformar la Constitución en 2007 fue tremendamente polémico. “Sí, y lo perdió”, matiza. “Perdió y reconoció que había perdido. Se le calificó de tirano, de autócrata, pero él reconoció su derrota y no modificó la Constitución”.
Buceando en la historia más reciente de Latinoamérica, Ramonet rescata una máxima: “Entre Allende y Chávez no hay ningún gobernante que haya conseguido conciliar un programa progresista y democrático”.
Chávez fue, en su opinión, el germen de un movimiento que rescató a la población más humilde y que se extendió a lo largo de una década por países como Brasil, Argentina, Bolivia, Ecuador o Uruguay.
“Algunos han sido derrocados, lo que demuestra que es difícil gobernar siendo progresista y democrático y que son las fuerzas conservadoras las que lo impiden”, asegura.
¿Cree de verdad que ha habido un complot de “los de arriba” contra Chávez y el chavismo? “No sé si existe un complot, pero es una curiosa coincidencia que desde Allende nadie haya podido llegar al poder en América Latina con un programa progresista. Chávez surgió en medio del apogeo del neoliberalismo, fue a contracorriente de los grandes intereses financieros”, responde.
Los orígenes de uno de los presidentes más populares y polémicos de América Latina están en las casi 700 páginas de la obra de Ramonet. En ellas, el propio líder va revelando lo que el autor denomina “la fábrica de Chávez”: su infancia, su familia, su formación, sus raíces culturales, sus preocupaciones.
“No he querido hacer un libro sobre el Chávez gobernante,sino sobre el Chávez que la gente desconoce”,asegura el periodista.
Nunca pensó que la obra se quedaría coja, sin esa esperada segunda parte.
“Tendremos que completar el recorrido de su otra media vida”, le recuerda el periodista a Chávez en la última página, a lo que éste responde, cerrando el libro: “Si la ocasión se presenta, si usted mantiene su interés, si mis actividades lo permiten y si Dios me da vida, le prometo que conversaremos de nuevo”.
No pudo ser. Pero tras su muerte, esta “primera vida de Chávez” se convierte en “una contribución modesta” de uno de los personajes que ya han pasado a la historia. “Hay decenas de testimonios del Chávez presidente, pero gran parte de lo que me narró durante nuestras conversaciones sólo lo sabía él”, razona Ramonet.
Describir a un hombre universalmente conocido no es fácil, pero el autor destaca su “extremada humanidad, su contacto directo con la gente, su gran franqueza y su sofisticación intelectual”.
Al mismo tiempo, asegura, “era un jefe: un hombre extremadamente exigente, capaz de enfadarse seriamente con sus colaboradores. Sabía lo que quería y hacia dónde iba. Por eso fue un líder tan carismático”.
Por la pluma de Ramonet han pasado ya los grandes bastiones de la izquierda revolucionaria de Latinoamérica: el subcomandante Marcos, Fidel Castro, Hugo Chávez… ¿A quién tiene ahora en su punto de mira? “Ya no hay personalidades de este nivel. No. Por el momento no tengo intención de escribir otro libro”, sentencia.
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