Hace unas semanas el sociólogo norteamericano, James Petras, publicó un artículo sobre Bolivia denominado “Radicalismo al servicio de la ortodoxia neoliberal”. La vaguedad de la publicación mueve al asombro, no por la posición política que James Petras expresa, lo que resulta inaceptable son los datos deliberadamente falsos que utiliza.
Un primer argumento del autor, es que el discurso radical del Presidente Evo Morales, no coincide con las medidas ortodoxas y neoliberales que habría tomado el gobierno.
Según la definición del propio Petras, el neoliberalismo es el “promotor de la privatización de empresas públicas (en realidad, su venta a monopolios privados) y la eliminación del salario mínimo para bajar los gastos laborales de los capitalistas”.
El señor Petras, declara que el gobierno boliviano habría seguido las medidas económicas que sugiere el manual de las organizaciones financieras internacionales como el BM y FMI.
El Movimiento al Socialismo (MAS), ha nacionalizado siete empresas estratégicas privatizadas por anteriores gobiernos: YPFB, (Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos) ENTEL (Empresa Nacional de Telecomunicaciones), ENDE (Empresa Nacional de Electricidad), TDE (empresa Transportadora de Electricidad), nacionalización de Huanuni (La mina de estaño más grande del país), nacionalización de Vinto (empresa de fundición), expropiación de tierras a hacendados, nacionalización de cuatro empresas eléctricas.
¿Puede calificarse de ortodoxo y neoliberal a un gobierno que nacionaliza sus empresas estratégicas?
El señor Petras expresa que “el MAS, ejerce una influencia decisiva sobre los dirigentes de la COB y los movimientos indígenas”
Los movimientos indígenas y la COB, no son entidades carentes de crítica y autocrítica, hacia el interior de su organización, hacia el gobierno y la sociedad en general. Las organizaciones sociales, no están integradas ni conducidas por rebaños de ovejas, a los que se puede fácilmente influir, todo lo contrario. Son los sujetos históricos y políticos de este proceso.
Petras, sin respaldarse en ninguna fuente señala, “una tercera parte de los niños esta desescolarizada y realiza trabajos esclavos”. Antes de remitirnos a recientes datos de UNICEF al respecto, es necesario aclarar que Bolivia, es heredera de una pobreza endémica, es decir, desde siempre. La larga lista de demandas postergadas 180 años, no se puede borrar en un abrir y cerrar de ojos.
Sin embargo, se están realizando grandes esfuerzos para avanzar en el acceso a la salud a la educación y en la democratización de los derechos para todos y todas.
El representante del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) para Bolivia, Marco Luigi Corsi, destacó la ampliación del pago del bono Juancito Pinto. En los últimos siete años, la deserción escolar en el país disminuyó de 7 % a 1,4 % entre otros factores, debido al pago del Bono Juancito Pinto, que incentiva la permanencia en los establecimientos educativos.
Según el informe de la entidad, Bolivia disminuyó la tasa de mortalidad infantil en menores de cinco años. En 1990, 120 niños morían por cada 1.000 nacidos vivos, para 2011, la cifra bajó a 51, gracias a las medidas del gobierno, el país más pobre de América del Sur ha reducido su mortalidad infantil en más de la mitad.
El artículo señala que el presidente Evo, tiene “un estilo populista”, utilizando la palabra populista de manera peyorativa, como un insulto, como si fuera una “mala” palabra.
La política progresista de inclusión social, los bonos y en general todas las medidas económicas de este gobierno han sido recurrentemente tildadas de populistas, de demagógicas.
Algunos analistas que aparentan pasar como objetivos y rigurosos, arremeten sistemáticamente contra lo popular, contra el populismo, obteniendo el beneplácito y la adulación de poderosos canales de televisión, diarios y emisoras de radios que representan los intereses más antipopulares y antinacionales.
El señor Petras, expresa en su artículo que “la mayoría de los trabajadores, especialmente en el sector rural, viven en el límite de la pobreza o por debajo de éste” sin embargo, un informe del Banco Mundial revela que en Bolivia, un 50% de la población está en camino de pasar a ser clase media. “1 millón de personas que pasaron de ser “vulnerables” y ya son clase media”.
El sociólogo señala que en Bolivia existe una alianza de clases, entre “terratenientes e indígenas, dueños de minas y mineros”, una armonía entre clases. Una armonía irracional, el sector de la oligarquía y los movimientos sociales, jamás podrán convivir en concordia.
El aparente debilitamiento y subordinación de la oligarquía, se debe a la reciente derrota de la corriente separatista. Naturalmente, luego del ascenso vino el declive de la actividad política de los movimientos sociales que se enfrentaron a las oligarquías en escenarios políticos brutales y definitivos.
Sin embargo, la peor oligarquía del continente no olvida. Ya se sabe, todas las oligarquías del mundo son sustancialmente antinacionales, pero ninguna más anti nacional que la oligarquía en Bolivia que ante el avance del pueblo organizado prefirió dividir el país. Ni en los momentos de mayor apogeo de la UP en chile o los de la Argentina, jamás estas oligarquías se propusieron dividir chile o Argentina, la oligarquía boliviana sí.
¿Esto significa que está todo bien y que nos podemos quedar tranquilos? No, de ninguna manera. Nos queda mucho por hacer y lo haremos señor Petras.
Solía decir Joseph Goebbels que “es más fácil que la gente se trague una mentira enorme que una pequeña” La más preciada cualidad del revolucionario es la precisión de la información, objeto bastante exiguo en nuestros días.
El 95% de los medios de comunicación (canales de televisión radios y diarios) en Bolivia, son privados.
Es comprensible que algunos “analistas” dando rienda suelta a sus prejuicios de casta y clase, hagan uso de toda índole de bajezas y frivolidades, pero no se puede admitir en un escritor y militante como James Petras quien escribió decenas de artículos referidos a la manipulación mediática, los mismos medios que hoy reproducen el artículo del sociólogo estadounidense.
Bolivia es un país donde los medios de comunicación, una y otra vez han reinventado la realidad a su conveniencia y capricho, donde “el racismo mediático es pariente cercano del racismo político”
El artículo de James Petras, menciona en 18 oportunidades el nombre “Evo Morales” unida a frases como “el régimen de Evo Morales”, “el gobierno de Evo Morales”, etc. Ignorando que los cambios sociales no los realizan los hombres sino los pueblos es un error enorme suponer que la revolución es solamente Evo Morales. La historia la realizan los pueblos.
El artículo 14 de la primera constitución de Bolivia, señala que “son ciudadanos bolivianos aquellos que sepan leer y escribir y tengan algún empleo” la mayoría de las bolivianas y bolivianos no sabían ni tenían. El que nacía en la basura no salía de ella, moría en ella. Así se fundó el país, en la exclusión brutal y definitiva, de donde no había retorno.
Quieren que profundicemos el proceso. Nosotros también. Pero al ritmo del pueblo, no delante del pueblo ni detrás del pueblo, al lado del pueblo. No desde el balcón sino en las calles y carreteras junto al pueblo.
Las apreciaciones de James Petras exigen un análisis y una impugnación, no sólo porque sus opiniones son ampliamente leídas e influyen en miles de militantes sino también porque todos nos debemos responsabilidad social con la verdad, con los datos de la realidad de un país al que cada día le cuesta llegar al final después de haber sorteado infinidad de amenazas de toda índole. “Esto no es la revolución” dicen los cómodos intelectuales “lo está diciendo james petras”, repiten mientras la empleada doméstica les prepara otro sándwich de mortadela Argentina y queso francés.
En una entrevista sobre el secuestro del avión en que viajaba Evo Morales, el sociólogo consideró: “Bolivia está respondiendo muy bien a este acto de pirateo que trató de matar a Evo Morales. Hablo de asesinato porque si no se permite a un avión aterrizar, pueden provocar su caída, un accidente. Entonces, la complicidad de Francia, Italia, Portugal y España, han desprestigiado a estos países y en cambio, han prestigiado a Bolivia por su resistencia a las agresiones”
Señor Petras, las agresiones del imperio no han cesado ni un solo día en Bolivia ni cesarán.
Por eso señor Petras en su artículo hay mala información o hay mala fe o ambas.
Comentario