Por: Rafael Febles
La diferencia fundamental entre un revolucionario y quien no lo es, es precisamente la suerte de tener entre ceja y ceja el optimismo escudriñado de la realidad y la esperanza de que a través de sus luchas habrá tiempo de revolución. No puede haber espacio para la duda cuando se trata de halar hacia el mismo lado. La historia nos ha enseñado mucho y no podemos seguir ignorándola en nombre de lo que yo creo, debe hacerse y no.
Alguien dijo alguna vez que la revolución la hace el revolucionario, eso es verdad, lo que no, es que la hagan quienes no lo son. Ahora, quienes no lo son, volvemos a la historia, no voy a utilizar memorias históricas para justificarlo, lo creo no necesario, porque debemos comenzar a transitar nuestras propias circunstancias y verdades, precisamente es lo que estamos viviendo, sintiendo y experimentando; no lo son o dejan de serlo, cuando se pierde la perspectiva producto de la debilidad humana de ser considerado imprescindible, nadie lo es, hasta el propio comandante Eterno siempre lo dijo, entonces, partiendo de esta premisa, podemos afirmar, que es hora de ignorar a quien ignora la sindéresis de los hechos que está padeciendo en estos momentos la patria y en particular el gobierno revolucionario y el presidente Maduro, nadie dijo que es fácil, como dijo en una oportunidad Guillermo García Ponce, la revolución no está a la vuelta de la esquina, hay que lucharla, construirla y eso no se hace de un día a otro.
Para quienes tenemos vieja data en las luchas, el cacareado fin de la historia, se erigió para algunos en el abandono de la lucha y convirtió la esperanza perdida en traición, ejemplos hay bastantes, podemos decir que la esperanza tuvo un, permítanme la palabra, adormitamiento, hasta la aparición de Chávez, pero siempre estuvo en nuestros corazones y cerebros, nunca jamás se perdió.
Los hechos sociales como la historia, no son unilineales, es decir, los acontecimientos que rodean o han rodeado a unos y otros, tienen sus propias características, fuentes y objetivos, extraer por extraer no conduce a análisis objetivos y certeros, por ello, quien habla o pregunta si hay esperanza, no puede ser revolucionario, eso es lo que no se toca porque allí está la esencia de la lucha y en eso estamos, con las contradicciones de todo proceso social que involucra cambios radicales, todo en tiempo y espacio.
Ahora bien, hago un llamado a quienes en verdad se sienten revolucionarios a ignorar estas falacias de escritores llenos de resentimiento porque sus verdades, no son tomadas en cuenta, nadie absolutamente nadie puede estar en el pináculo señalando que es y que no es, cuando se habla de madurismo, entiendo, hay la intención de separar el legado de Chávez de la propia tarea encomendada, errores siempre los habrá, lo que no se puede aceptar es calificar las cosas por figuración, protagonismo letrado o simplemente para decir que se está luchando, eso no es verdad y conduce irremediablemente al auto engaño. La esperanza es la esencia de la lucha, la confianza es su aliado, de tal manera que enfilemos ataques contra quienes abogan por la profundización extemporánea del proceso bolivariano y socialista.
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