Por: Liao Siwei y Luis Alberto Sierra G.
La también presidenta de la Asociación de Familiares y Amigos de los Caídos del 20 de diciembre apuntó, sin embargo, que por lo menos hay una treintena de familias que siguen con la búsqueda de los restos de familiares desaparecidos durante la operación militar.
La invasión estadounidense a Panamá dejó alrededor de 500 civiles muertos, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), aunque la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos calcula que fueron entre 2.500 y 3.000 los fallecidos.
Si bien la conmemoración por primera vez en Panamá el pasado 20 de diciembre del Día de Duelo Nacional marcó un hito para el país de América Central, al recordar la invasión estadounidense de 1989, la fecha también ha dejado un trauma aún no superado en muchos panameños.
Es el caso de Trinidad Ayola, quien perdió a su esposo durante la intervención militar de Estados Unidos, lo que para ella significa una herida difícil de sanar.
En entrevista con Xinhua, Ayola refirió respecto a su esposo, quien era teniente de la Fuerza Aérea panameña, que le costó mucho sacar el cuerpo del hospital donde estaba para que fuera sepultado, ya que a los fallecidos en el lugar los querían enterrar en una fosa común.
“Pareciera que ahora como que los astros se han alineado”, expresó Ayola, al valorar el reconocimiento de la fecha a través de una ley publicada en marzo de 2022, en la Gaceta Oficial de Panamá, el órgano de difusión del Estado, tras décadas de lucha del pueblo panameño para lograrlo.
La también presidenta de la Asociación de Familiares y Amigos de los Caídos del 20 de diciembre apuntó, sin embargo, que por lo menos hay una treintena de familias que siguen con la búsqueda de los restos de familiares desaparecidos durante la operación militar.
La Asociación de Familiares y Amigos de los Caídos tiene entre sus metas que se cuente con un monumento que haga referencia al hecho histórico para llamar a la paz y comprender el sufrimiento por lo sucedido, además de que nunca más se pida al extranjero la intervención militar para el país.
La invasión estadounidense a Panamá dejó alrededor de 500 civiles muertos, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), aunque la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos calcula que fueron entre 2.500 y 3.000 los fallecidos.
Tras la invasión al país de América Central fue detenido y llevado a Estados Unidos el conocido entonces como “hombre fuerte de Panamá”, Manuel Antonio Noriega.
“No era necesario matar a tanta gente y llegar a una invasión para rescatar lo que ellos llamaban una democracia”, dijo Ayola.
La entrevistada compartió con Xinhua que tras lo sucedido, durante siete años se despertó por la madrugada asustada debido a la tensión que tenía, lo que le hacía creer que iba a pasar algo inesperado.
La también activista habló sobre su hija, quien era pequeña al momento de la invasión, al señalar que resultó muy afectada en su salud emocional, por lo que pasó un trauma “que lleva por dentro”.
La panameña piensa que se trató de una gran injusticia la fuerza desproporcionada con la que llegó la potencia a humillar a un país tan pequeño, “con una capacidad extrema que cuadruplicaba o quintuplicaba en soldados y en tecnología”.
La invasión de Estados Unidos a Panamá dejó también mucha pobreza en el país, además de muchas viviendas y negocios destruidos, así como saqueo en diferentes establecimientos.
Se calcula que la pérdida para el Estado panameño fue de 1.500 millones de dólares, sólo en armamentos, “porque ellos se llevaron nuestras armas, se llevaron todo lo que era de Defensa, cuando estábamos preparándonos los panameños para la defensa del Canal de Panamá”, sostuvo Ayola.
La presencia militar estadounidense a orillas de la vía interoceánica terminó a fines de 1999, en cumplimiento de los Tratados Torrijos Carter de 1977, por lo que la administración pasó de manos estadounidenses a manos panameñas.
Para Ayola, la invasión al país denominada por el Gobierno de Estados Unidos como “Operación Causa Justa”, sólo tuvo como única causa la defensa de los intereses estadounidenses.
La entrevistada criticó también al país norteamericano por “bloquear a otras naciones para doblegarlas, llevarlas a sufrir hambre, a sufrir la falta de salud, a la miseria”.
La activista valoró además el trabajo que hace el Ministerio de Educación de Panamá para incluir la invasión como una historia que debe conocerse, a partir de la ley que le dio el estatus de Día de Duelo Nacional.
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