«Aquellos que dispararon a Chico erraron el blanco, fallaron el tiro. Quienes piensan que lo mataron, en realidad lo hicieron inmortal» —Gumercindo Rodrigues

El 80º aniversario del natalicio de Chico Mendes nos abre las puertas a reflexionar sobre su lucha, sus sueños y su legado. Este gran líder ecosocial brasileño protagonizó una historia que es referencia para la ecología política global, y en particular para el ecosocialismo global. Fue uno de los primeros brasileños en asociar la lucha social a la responsabilidad ambiental, porque para él «la ecología sin lucha de clases es jardinería»[1]. Estaba convencido de que era necesario preservar la Amazonía para todos los pueblos y de que la autoemancipación de los caucheros debía construirse mediante su integración con los demás pueblos de la selva y con el propio ambiente amazónico.

Su principal herramienta política fue el diálogo, que utilizó como principio rector en sus empates. Esta forma de resistencia e intervención social en los casos de ataques de las milicias rurales a las comunidades de Acre implicó a toda la población. En estos actos, niños, ancianos y mujeres encabezaban la primera línea de acción, con la intención de evitar los tiroteos y la violencia de trabajadores contratados contra otros trabajadores, los caucheros y sus familias. La única arma que empuñó la población en los empates fue la fuerza convincente de las palabras y los sentimientos.

Chico Mendes procedía de una familia de recolectores de caucho, y su carrera estuvo marcada por las opresivas condiciones impuestas por los hacendados. Los caucheros entraron en la selva amazónica con la ilusión de una vida mejor que la dura rutina del sertão nordestino, pero la realidad fue otra. En la segunda mitad del siglo XIX, los trabajadores buscaron su supervivencia en las plantaciones de caucho del Amazonas. Pero lo que estos pueblos encontraron fue abandono y largas sequías, que junto a la gripe de 1877 causaron más de cien mil muertes (Martins, 1998, p. 13).

Sin embargo, en su búsqueda de mejores condiciones de vida, esta población se encontró con condiciones laborales análogas a la esclavitud, en un escenario detallado por Euclides da Cunha (2006) a principios del siglo XX. En esta crisis humanitaria, Chico Mendes supo sintetizar la sabiduría de los Pueblos de la Selva, apuntando a otra lógica de organización social y difundiéndola por el planeta.

Chico Mendes, el despertar a través de la educación

Chico Mendes nació el 15 de diciembre de 1944 en Xapuri, Acre. Hijo de Francisco Alves Mendes y Maria Rita Mendes, empezó a trabajar como cauchero a los nueve años y se alfabetizó a los 20 (Grzybowski, 1991, p. 10). Aprendió lecciones fundamentales para su carrera tanto de su maestro Távora como de su experiencia de éxitos y fracasos en los movimientos sociales.

Euclides Fernando Távora, exiliado político, cumplió un rol fundamental en la formación de Mendes. Euclides era oficial del ejército cuando participó en la Columna Prestes, y por esta militancia fue detenido y enviado a la prisión de la isla de Fernando de Noronha. Tras ser liberado por influencia de su tío Juárez Távora, marchó a Bolivia, donde se afilió al Partido Comunista Boliviano, colaborando con el movimiento obrero. Como consecuencia de su militancia, fue perseguido y obligado a volver a la clandestinidad. Acabó refugiándose en la selva, cerca de la frontera entre Brasil (Acre) y Bolivia y, para sobrevivir, aprendió a fabricar caucho con los caucheros (Martins, 1998, p. 87-88).

Las enseñanzas del «profesor» Távola enfatizaban la importancia de la militancia sindical y la posibilidad de la futura reestructuración de los sindicatos en Brasil, porque «a pesar de ser derrotados, humillados, masacrados, las raíces nunca se acaban, siempre germinan; por muy atacadas que sean, germinarán más tarde» (Grzybowski, 1991, p.64). Así, una lección que le dejó Távora fue que la militancia en el movimiento sindical era fundamental, incluso en el caso de los llamados sindicatos pelegos, porque el ingreso de militantes combativos sentaba las bases para esparcir las «semillas de la libertad» (Grzybowski, 1991, p. 64).

No hay mucha información sobre Euclides Távora, pues quemó todas sus anotaciones y, en julio de 1965, fue a la ciudad para comprobar si su pérdida de peso se debía a una úlcera y nunca regresó (Martins, 1998, p. 88). Sin embargo sus lecciones encontraron continuidad en la práctica de Chico Mendes. En una entrevista con la CUT en el III Congreso de 1988, Mendes recordó algunas enseñanzas de Euclides: «hoy los trabajadores están siendo rechazados, pero por grande que sea la masacre, siempre habrá una semilla que renacerá y entonces ahí habrá que estar, aunque sea de aquí a ocho, diez años» (Martins, 1998, p. 88).

Con los conocimientos adquiridos en sus clases, Mendes descubrió que su familia y los demás caucheros eran manipulados por los comerciantes de la hacienda: el valor de la mitad de la producción de caucho de un año pagaba la factura de la venta del comerciante y la otra mitad era pura ganancia. Sin embargo, en las cuentas del patrón, el trabajador siempre estaba endeudado (Martins, 1998, p. 89). La lección era que la eterna deuda del patrón en el mercado era una herramienta de opresión, y que la libertad debía construirse rompiendo el monopolio de las ventas a los propietarios de las plantaciones. La opción inicial era comerciar con los marreteiros (pequeños comerciantes) y comprar más barato pagando con caucho (Martins, 1998, p. 89).

Aprender en la militancia

El segundo hito en la formación de Chico Mendes fue su contacto con sindicalistas, especialmente con Wilson Pinheiro. Su valoración de los éxitos y la desmovilización del sindicato tras la muerte de Pinheiro estuvieron presentes en las acciones posteriores de Mendes. Wilson Pinheiro fue el primer dirigente en la dirección del sindicato de Brasiléia, Acre. Su mandato abarcó los años 1978 y 1979. Bajo su dirección, los empates se extendieron por toda la región (Grzybowski, 1991, p. 18-21).

El empate es una forma de manifestación a la vez pacífica y de fuerte impacto. Su acción está dirigida por la dirección del sindicato y la componen cientos de recolectores de caucho con sus mujeres, niños y ancianos. Los empates se movilizan a partir de una denuncia de deforestación. El primer paso es que las comunidades, sobre todo las afectadas, se reúnan en el bosque para definir el liderazgo y el grupo que estará al frente de las guadañas y las motosierras. Las mujeres y los niños suelen salir al frente con banderas para evitar que el grupo sea tiroteado por los «guardias de seguridad» y los policías que trabajan para los terratenientes. Las armas de los empates son discursos educativos que advierten sobre la importancia de mantener el bosque y las consecuencias de su deforestación para todos los peones encargados de cumplir las órdenes. El objetivo del método es sensibilizar al peão, responsable de la deforestación, porque para los caucheros —a pesar de ser el representante de la acción opresora— el peón es un ser humano «simple, indefenso e inconsciente» (Martins, 1998, p. 26). Esta táctica conducía a menudo a que los propios peones se sumaran a los empates (Grzybowski, 1991, p. 38).

La fama y notoriedad de Wilson Pinheiro se cimentaron en la movilización y el liderazgo de 300 recolectores de caucho que, solo con machetes y azadas, ahuyentaron a pistoleros armados con fusiles que amenazaban a los ocupantes ilegales de Boca do Acre. Sin embargo, esta victoria condujo a su juicio y condena a muerte por el «tribunal» de los terratenientes. El 21 de julio de 1980, Wilson Pinheiro fue asesinado por dos pistoleros en la sede del sindicato en Brasiléia. Su muerte agravó el conflicto en la región: descontentos por la falta de actuación de la justicia, los caucheros dispararon contra uno de los hacendados acusados de participar en la muerte de Wilson, Nilo Sérgio. Sin embargo, la acción de la «justicia» ante la reacción de los caucheros fue ágil, y arrestó y torturó a cientos de ellos. Con la muerte de Wilson Pinheiro y la represión del Estado, el movimiento de los caucheros de Brasiléia perdió fuerza (Grzybowski, 1991, p.19-20, 42).

El sindicato Xapuri asumió la dirección de los movimientos caucheros bajo la coordinación de Chico Mendes. Fundado en 1977 a partir de la experiencia de Brasiléia, buscó aumentar la participación de los trabajadores. El modelo de diálogo del sindicato aplicaba el aprendizaje que Chico Mendes había iniciado en 1973 con las comunidades de base católica (Grzybowski, 1991, p. 20-21). Influido por las propuestas liberadoras de los sacerdotes, Chico Mendes se incorporó a las Comunidades Eclesiásticas de Base, aprovechando el espacio de interacción y diálogo con religiosos y fieles comprometidos con la superación de la pobreza y la opresión. Esta relación permitió que el sindicato funcionara dentro de la Iglesia (Grzybowski, 1991, p. 20-21).

Para aumentar y mejorar la participación de todos en los debates y decisiones, el sindicato invirtió en la educación de la población trabajadora. La formación y estructuración de condiciones para la generación de nuevos líderes y la amplia participación de todos fueron preocupaciones importantes en la praxis de Chico Mendes. Esta educación era una acción de concienciación de la población oprimida. El apoyo del Centro Ecuménico de Documentación e Información (CEDI) y de diversos grupos universitarios fue crucial para la creación del folleto de Poronga, que se aplicó en los cursos impartidos por profesores elegidos por la propia comunidad. Para Mendes, el folleto era «la luz que usa el cauchero para iluminar su camino por la selva» (Martins, 1998, p. 85).

Además del apoyo de las ONG y del Ministerio de Educación, el rasgo distintivo del proyecto de construcción de escuelas fue la movilización de la población. Los agentes del Ministerio se asombraron de los resultados obtenidos con tan limitados recursos en comparación con la gran cantidad de fondos enviados a los municipios de Acre: los municipios habían entregado menos de un tercio del total de escuelas (Grzybowski, 1991, p. 47). En opinión de Chico Mendes, la educación era fundamental para la praxis transformadora, una convicción que estuvo presente hasta en el último consejo que dio a su hija Elenira: «Si tu padre muere, tienes que ser fuerte, tienes que estudiar para continuar su lucha» (Ventura, 2003, p. 19).

Chico Mendes comprendió que, para avanzar en sus conquistas, el movimiento debía estructurarse en sindicatos e involucrarse en la política partidaria. En 1977, Mendes participó activamente en la fundación del Sindicato de Trabajadores Rurales de Xapuri y fue elegido concejal por el MDB, partido de oposición a la dictadura militar (Martins, 1998, p.15). Posteriormente supo dialogar con las distintas organizaciones (PT, PCB, PC do B, PV, PDT y PSB) y, sin perder nunca aquella vocación dialoguista, finalmente se afilió al PT (Grzybowski, 1991, p. 49-50).

Con el objetivo de ampliar el diálogo y hacerlo más visible a la sociedad brasileña, el sindicato Xapuri bajo el liderazgo de Chico Mendes fundó el Consejo Nacional de los Caucheros. El Consejo se creó con la misión de buscar alternativas para la selva amazónica y enfrentar la deforestación (Martins, 1998, p 17) pero, sobre todo, para buscar el reconocimiento de los caucheros como clase (Grzybowski, 1991, p. 26). El paso inicial hacia la creación del Consejo fue el Primer Encuentro Nacional de Caucheros, celebrado en Brasilia en 1985. Se eligió la capital brasileña porque los dirigentes del encuentro la consideraban el centro de las decisiones de la nación, y era importante mostrar a las autoridades y a otros sectores de la sociedad brasileña que la Amazonía no era un bosque vacío: que había trabajadores que vivían en y de ella (Grzybowski, 1991, p. 22).

Aquel primer encuentro fue fundamental para la historia del movimiento de los pueblos de la selva. Además de los líderes de Xapuri, estuvieron presentes trabajadores de Brasiléia y representantes de casi todos los municipios de Acre, de los estados de Amazonia, Amapá y Pará (Grzybowski, 1991, p. 27). Entre sus principales resultados se cuenta la creación de la junta provisional del Consejo Nacional de los Caucheros y la propuesta de creación de una reserva extractiva en la Amazonia. El objetivo de esta última iniciativa era demostrar que existe una opción sostenible para la Amazonia, alternativa al crecimiento económico a expensas de la devastación forestal (Grzybowski, 1991, p. 23).

Otro punto clave en la autoemancipación de los caucheros fue la construcción de cooperativas para liberar a los trabajadores de las condiciones impuestas por el comercio dominado por los terratenientes. Mendes creía que «las cooperativas son nuestra forma de luchar por la libertad». Esta agenda se logró con cinco años de articulación, ya que anteriormente existían cooperativas controladas por el gobierno que habían fracasado, convirtiéndose en un patrón más para el cauchero. «Para nosotros, la cooperativa debe ser un instrumento del propio cauchero, una conquista suya» (Martins, 1998, p. 85). La construcción de cooperativas de producción y consumo se desarrolló como parte de la agenda económica del Consejo.

Además de los caucheros que organizaban y coordinaban la cooperativa, esta involucraba también a pequeños agricultores que inicialmente trabajaban en Acre. Pero la propuesta era integrar toda la Amazonia brasileña (Grzybowski, 1991, p. 41). La percepción de Chico Mendes sobre la experiencia cooperativa era rotunda: en su opinión, la cooperativa resolvía el «problema económico de los caucheros, que nadie ha resuelto a lo largo de los años» (Grzybowski, 1991, p. 55).

Chico Mendes, un cristiano de la liberación y de la selva

Una de los logros más positivos del Consejo Nacional de los Caucheros liderado por Chico Mendes fue erigirse en un espacio fundamental para el diálogo entre caucheros e indígenas en vistas a la creación de la Unión de los Pueblos de la Selva. El diálogo llevó al consenso entre caucheros e indígenas sobre el hecho de que ninguno de los dos era responsable del conflicto entre ellos; los verdaderos incitadores eran los hacendados y demás explotadores de las riquezas de la Amazonia (Grzybowski, 1991, p. 26). Para Chico Mendes, «no hay defensa de la selva sin gente de la selva» (Porto-Gonçalvez, 2009).

El método de divide y triunfarás fue muy utilizado por la clase dominante para mantener aislados y debilitados a los pueblos de la selva. En una entrevista, Chico Mendes afirmó que la creencia en las diferencias entre los caucheros y los pueblos originarios estaba presente en su educación: «el prejuicio y la hostilidad albergados hacia los indios de la Amazonia están vivos en mi memoria: traicioneros, primitivos y perezosos» (Martins, 1998, p. 14). Un relato muy interesante sobre la alianza de los Pueblos de la Selva se encuentra en la declaración de Osmarino Amâncio en el Encuentro de Río de 1992:

Al comienzo, dijo: «instigados por los poderosos, creíamos que los indios eran nuestros enemigos. A su vez, los indios, manipulados por los mismos poderosos, creían que nosotros éramos sus enemigos. Con el tiempo, descubrimos que nuestras diferencias nunca debían ser motivo para matarnos unos a otros en favor de los intereses de los poderosos. Descubrimos que todos éramos Pueblos del Bosque y que solo queríamos y queremos una cosa en torno a la cual unirnos: el bosque». Hoy, concluyó, «somos una unidad en nuestras diferencias». (Freire, 1992, p. 155 – 156).

La integración de los indígenas con los caucheros alcanzó el nivel de participación indígena en las reuniones municipales de los caucheros, en los comités organizadores del Consejo Nacional de Caucheros y en los empates (Grzybowski, 1991, p. 28).

La unión de los Pueblos del Bosque dio lugar al modelo de las Reservas Extractivas (Resex), inspirado en la dinámica existente en las Tierras Indígenas. Como sostienen Angélica y Ângela Mendes (2023, p. 19), el concepto de creación de reservas habitadas por comunidades tradicionales se utiliza en muchos países; son «unidades de conservación de uso sostenible que protegen tanto la biodiversidad como las formas de vida de las comunidades tradicionales en territorios federales y son disfrutadas por las personas que viven allí». Actualmente existen 92 unidades (incluyendo Resex y Reservas de Desarrollo Sostenible) en la Amazonia, que cubren un área de 24.925.910 hectáreas y benefician a 1.500.000 personas (Mendes y Mendes, 2023, 19).

Chico Mendes, ecosocialista

Chico Mendes tenía muy claro que la trampa del desarrollo económico solo genera riqueza para una pequeña oligarquía, ya sea en el campo o en los grandes centros urbanos. Para él, la Amazonía debía ser preservada pero también ser económicamente viable (Martins, 1998, p. 92). Además, Chico advirtió que el modelo de quema era insostenible: «El suelo se vuelve improductivo. Por ejemplo, en un paso donde deforestan 2 o 3 mil hectáreas, esa tierra no tiene fuerza para resistir, y en dos años la tierra se seca» (Martins, 1998, p. 94). La denuncia de Mendes sobre la creciente deforestación del bosque al gobierno del Estado demostró que la economía ambiental integrada era más rentable que la economía de explotación insostenible:

En esa zona deforestada, los caucheros cosecharon la temporada pasada 1400 latas de nueces, una producción enorme. Desafiamos al terrateniente de esa zona y al propio gobernador a calcular los ingresos anuales de 1 hectárea de tierra convertida en pasto con los ingresos de 1 hectárea de la misma zona virgen. Y no quisieron aceptar el reto porque íbamos a demostrar que el beneficio de 1 hectárea de bosque daría 20 veces más valor anual que los bueyes que había allí. (Grzybowski, 1991, p. 25)

El objetivo de la clase opresora, propietaria del capital, es la búsqueda del beneficio sin preocuparse por las consecuencias de la deforestación, la desertificación o el impacto social de las decisiones de inversión. En este sentido, el concepto de diferencia espacial de Bauman (1999, p. 16) lo ilustra muy bien: «quien es libre de huir de la localidad es libre de escapar de las consecuencias. Estas son el botín más importante de la guerra espacial victoriosa».

Un ejemplo de la insostenible lógica del beneficio inmediato fue la invasión de los hacendados del sur en la Amazonia a principios de los años setenta con apoyo fiscal de la Superintendência do Desenvolvimento da Amazônia (Sudam): las primeras acciones fueron desplegar centenares de jagunços y expulsar a los ocupantes e indios quemando sus tierras; la resistencia de algunos ocupantes costó la muerte de animales y personas, y las 10.000 familias expulsadas del campo pasaron a formar cinturones de miseria en las ciudades (Martins, 1998, p. 78, 94).

El proceso de deforestación provocado por los dueños del capital, como la ganadería de los años setenta, no tiene en cuenta el impacto social, no cumple la promesa de retorno social de la renta económica y no mantiene la productividad perenne del bosque. Las cifras presentadas por Chico Mendes ilustran la percepción y la necesidad de enfrentar la falta de compromiso socioambiental por parte de los hacendados: «el caucho, con todo el desgaste que ha sufrido, todavía era responsable del 45% de los ingresos del ICM, mientras que la ganadería representaba solo el 5%» (Martins, 1998, p. 94).

Chico Mendes advirtió que el discurso ecológico del gobierno no era un compromiso con propuestas sostenibles, sino un argumento para hacer viable la financiación de bancos internacionales y organismos multinacionales. El siguiente paso fue denunciar la contradicción entre el discurso y la práctica de los prestatarios amazónicos ante los responsables de aprobar los créditos, porque el argumento de la integración se transformaba en realidad en deforestación y degradación social. Su militancia política logró revertir la financiación de los organismos multilaterales a la carretera BR-364 (Transamazônica) con su participación en la reunión del BID en Miami, en marzo de 1987. Como consecuencia de la denuncia de Chico Mendes y de la presión de las organizaciones ambientalistas, el BID suspendió los fondos destinados a la pavimentación de la carretera en abril de 1987 (Martins, 1998, p. 81).

La construcción de la sociedad soñada por Chico Mendes tuvo poderosos opositores: terratenientes, madereros y agricultores. El crecimiento del movimiento obrero en Acre provocó la reacción de los opresores, especialmente con la entrada de la Unión Democrática Rural (UDR) en Acre. La prioridad de la UDR era luchar contra la organización de los caucheros de Xapuri, ya que consideraban al sindicato como el principal obstáculo para dominar la región de Acre (Grzybowski, 1991, p. 30).

El 22 de diciembre de 1988, Chico Mendes fue asesinado en su casa. El conflicto agrario provocó y sigue provocando la muerte de líderes rurales. Fue el 84º trabajador asesinado en 1988, y el total de ese año fue de 96. En el período de 1964 a 1985 hubo 1300 muertes de representantes de los oprimidos en el medio rural (Martins, 1998, p. 43). Las muertes en el campo por conflictos por la tierra y el agua continúan a un ritmo bárbaro: 136 muertes entre 2007 y 2011 (CPT, 2012, p. 15).

Sin embargo, la muerte de Chico Mendes y el posterior avance de la extrema derecha en Brasil (especialmente en la región amazónica) no detuvo las esperanzas y los avances de los oprimidos, de las mayorías. Como dijo Gumercindo Rodrigues, amigo de Chico Mendes: «Aquellos que dispararon a Chico erraron el blanco, erraron el tiro. Quienes piensan que lo mataron, en realidad lo hicieron inmortal».

El verdadero legado de Chico Mendes es el respeto y la relevancia de los Pueblos de la Selva, ya que su lucha por preservar la selva amazónica no es por la propia supervivencia sino por la de toda la humanidad. Chico Mendes nos enseñó la importancia de articular diferentes instituciones y fuerzas políticas para construir la autoemancipación de la clase trabajadora. El primer Encuentro Nacional de Caucheros, un hito en la historia de los pueblos de la Amazonia, contó con el apoyo de diversos agentes, como la Universidad Federal de Brasilia, las Comunidades Eclesiales de Base, el INESC, la OXFAM, la CONTAG, el Centro de Defensa de los Derechos Humanos y el asesoramiento de la antropóloga Mary Allegretti, muy importante para organizar el viaje de Chico Mendes a Estados Unidos para denunciar que las obras financiadas por organismos multilaterales estaban agravando la deforestación de la Amazonia.

Chico Mendes no se limitó a la intervención local, sino que llevó la voz de los pueblos de la selva a los grandes centros de Brasil y del mundo. Alertó a la sociedad global sobre la destrucción socioambiental de los proyectos de desarrollo del gobierno brasileño, además de presentar propuestas concretas para generar ingresos respetando y preservando la Selva Amazónica. La utopía ecosocialista soñada por Chico inspira a todo aquel que busca construir otra sociedad (Mendes, 2012):

Atención jóvenes del futuro. 6 de septiembre de 2120, aniversario del primer centenario de la revolución socialista mundial, que unió a todos los pueblos del planeta en un solo ideal y un solo pensamiento de unidad socialista, y que acabó con todos los enemigos de la nueva sociedad. Aquí solo quedan los recuerdos de un triste pasado de dolor, sufrimiento y muerte. Perdón. Estaba soñando cuando escribí estos acontecimientos que yo mismo nunca veré. Pero me alegro de haberlo soñado. (Mendes, 2012)

Para Ângela y Angélica Mendes (2023, p. 20), esta carta es un llamado a la sociedad, especialmente a los jóvenes, a continuar su lucha, que no era solo ecológica sino también social. Es un llamado ecosocialista. Las autoras destacan a Chico Mendes como un visionario: «viendo hoy el trabajo de los jóvenes en la agenda climática y el avance del debate social dentro de esta agenda, vemos lo adelantados que eran los planteos de Chico hace casi 35 años».

Su utopía es un faro que ilumina el camino de los ecosocialistas de todo el planeta. Como dijo el propio Chico Mendes, «al principio pensé que estaba luchando para salvar los árboles de caucho; luego pensé que estaba luchando para salvar la selva amazónica. Ahora me doy cuenta de que estoy luchando por la humanidad» (2023, p. 19). La opción política de Mendes era un movimiento ejemplar y continuará inspirando nuevas luchas, no solo en Brasil sino en otros países y continentes (Frei Betto, Löwy 2011). 

Referencias

BAUMAN, Zygmunt (1999). Globalização: As Consequências Humanas. Rio de Janeiro: Ed. Jorge Zahar.

BUZATTO, Cleber César (2014). A paralisação das demarcações como elemento indutor da violência. In: CIMI. Relatório Violência contra os Povos Indígenas no Brasil. Dados de 2013, 29 de junho de 2014, p. 11 – 14. Recuperado de http://cimi.org.br/pub/RelatorioViolencia_dados_2013.pdf [octubre del 2024].

CAPOBIANCO, João Paulo (1995). Perspectivas do Movimento Ambientalista Brasileiro. In: Fundação Francisco. Desafios e Perspectivas do Movimento Ambientalista no Brasil. Brasília: Prática Gráfica e Editora Ltda. Setembro de 1995, p. 21- 25.

CASTILHO, Alceu Luís (2012). Partido da Terra: Como os políticos conquistam o território brasileiro. São Paulo: Contexto.

CPT  (2012). Conflitos no Campo 2011. Goiânia: CPT Nacional. Recuperado de http://www.cptnacional.org.br/index.php/component/jdownloads/finish/43/274?Itemid=23 [octubre del 2024].

___    (2013). Conflitos no campo 2013. Goiânia: CPT Nacional. Recuperado de http://cptnacional.org.br/index.php/component/jdownloads/finish/43-conflitos-no-campo-brasil-publicacao/344-conflitos-no-campo-brasil-2013?Itemid=23 [octubre del 2024].

CUNHA, Euclides da (2006). A margem da história. São Paulo: Martin Claret.

FREI BETTO; LÖWY, Michael. 2011. Ecossocialismo: Espiritualidade e Sustentabilidade. 8 jul. 2011. Recuperado de https://blogdaboitempo.com.br/2011/07/08/ecossocialismo-espiritualidade-e-sustentabilidade-i/ [octubre del 2024].

FREIRE, Paulo (1992). Pedagogia da Esperança: Um encontro com a Pedagogia do oprimido. Rio de Janeiro: Paz e Terra.

GRZYBOWSKI, Cândido (org) (1991). Chico Mendes por ele mesmo: O testamento do homem da floresta. 3ª Edição. Rio de Janeiro: FASE.

INPE (2013).  Resultado consolidado do PRODES mostra redução de 29% no desmatamento na Amazônia em 2012. 5 jun. 2013. Recuperado de http://www.inpe.br/noticias/noticia.php?Cod_Noticia=3301 [octubre del 2024].

____ (2019). INPE consolida 7.536 km² de desmatamento na Amazônia em 2018. 25 jun. 2019. Recuperado de http://www.obt.inpe.br/OBT/noticias-obt-inpe/inpe-consolida-7-536-km2-de-desmatamento-na-amazonia-em-2018 [octubre del 2024].

LÖWY, Michael (2020). Ecologie et luttes sociales au Brésil. 18 nov. 2020. Recuperado de https://blogs.mediapart.fr/michael-lowy/blog/181110/ecologie-et-luttes-sociales-au-bresil [octubre del 2024].

MARTINS, Edilson (1998). Chico Mendes: um povo da floresta. Rio de Janeiro: Garamond.

MENDES, Chico (2012). Atenção Jovem do Futuro22 de dezembro de 2012. Recuperado de http://jptac.blogspot.com.br/2012/12/atencao-jovem-do-futuro.html [octubre del 2024].

MENDES, Angélica; MENDES, Ângela (2023). O legado de Chico Mendes: da aliança dos povos da floresta, aos jovens do futuro. In: Revista Diálogos Socioambientais – Racismo Ambiental, número 17, vol. 06, jul. 2023, p. 19 – 20.

PORTO-GONÇALVES, Carlos Walter (2009). Chico Mendes, um ecossocialista. In: OSAL (Buenos Aires: CLACSO) Año X, Nº 25, abr. 2009. Recuperado de https://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/osal/20110418070812/09porto.pdf [octubre del 2024].

RANGEL, Lúcia Helena; LIEBGOTT, Roberto Antônio (2014). O desfavorável panorama político reflete-se diretamente no aumento da violência nas aldeias. In: CIMI. Relatório Violência contra os Povos Indígenas no Brasil. Dados de 2013, 29 de junho de 2014, p. 15 – 19. Recuperado de http://cimi.org.br/pub/RelatorioViolencia_dados_2013.pdf [octubre del 2024].

RODRIGUES, Gomercindo (2020). Ecologia sem luta de classes é jardinagem. 22 dez. 2020. Recuperado de https://jacobin.com.br/2020/12/ecologia-sem-luta-de-classes-e-jardinagem/ [octubre del 2024].

VENTURA, Zuenir (2003). Chico Mendes: Crime e Castigo. São Paulo: Companhia das Letras.

[3] Esta afirmación se atribuye a Chico Mendes en varias publicaciones pero no hay constancia de que él la haya dicho. Sin embargo, ciertamente estaría de acuerdo con ello, ya que expresa su praxis.

Notas

Notas
1 Esta afirmación se atribuye a Chico Mendes en varias publicaciones pero no hay constancia de que él la haya dicho. Sin embargo, ciertamente estaría de acuerdo con ello, ya que expresa su praxis.