Por: ARA
El proceso de paz en Colombia avanza de acuerdo a los medios de comunicación, lento pero firme, en pos del esperado acuerdo entre el gobierno de Bogotá y las FARC, siendo más de la mitad de los puntos a tratar ya aprobados[1]. No obstante, las consecuencias de poner fin al conflicto en el ámbito político y militar regional, conectadas con la geopolítica mundial, apenas se van esbozando. Los hechos apuntan a futuras situaciones mucho más intrincadas de lo que se piensa, si tenemos en cuenta la acentuada política militar dependiente colombiana. Veamos.
Colombia y el Pentágono. El papel asignado a Colombia por los estrategas de la guerra de EE.UU. desde el punto de vista militar es sustancial en América Latina a sus designios. Hacia 1999 dicha nación se eleva hasta el primer lugar de la ayuda militar de EU.UU. en el mundo, por encima de tensionantes puntos estratégicos para el Pentágono en el planeta, como Turquía e Israel, lo cual es muy diciente. Con ello es evidente que se agrava aún más la situación de violencia en la historia de una nación muy bien ubicada, rica y a la vez castigada desde hace más de 60 años con un peculiar conflicto interno, especie de intrincada y ciclotímica guerra civil de baja intensidad, no vista en el continente.
En los últimos quince años los desplazados internos han llegado prácticamente a ser una décima parte de la toda la población, fundamentalmente campesinos, indígenas, afrocolombianos de particulares zonas del país. Esto ha sido un aspecto de lo que es más o menos conocido en Colombia como el más reciente proceso de expulsión de aquellos, con miras a implantar modelos de agricultura y explotación minera favorecedores del capital foráneo, principalmente. En otras palabras, dicho desplazamiento no es consecuencia de la guerra, sino el objetivo de la misma.
La actividad de las fuerzas en conflicto ocasiona a su vez la expulsión de miles de colombianos hacia países limítrofes generando situaciones de gran complejidad. La militarización de las fronteras, fundamentalmente las de Venezuela y Ecuador, bajo el pretexto del gobierno de Bogotá de ser refugio seguro de los movimientos insurgentes, no se ha detenido, ni tiene previsiblemente un futuro desmonte.
En este aspecto, por lo menos, el conflicto colombiano es un asunto involucrante de todos y cada uno de los vecinos, ante los cuales el gobierno de Bogotá ha tenido la tendencia increíble a verles como fuentes de su propia crisis interna (recordemos la incursión de fuerzas militares colombiana a Sucumbíos Ecuador de 2008); una cuestión conveniente a los intereses imperiales de amenazar, al menos, procesos nacionalistas. Funcional a ello es la presencia del estado en las fronteras limitándose al accionar agresivo de las fuerzas armadas, lo cual dice mucho de la forma de trato del gobierno para con sus conciudadanos.
En circunstancias así, las atrocidades en el conflicto colombiano se afianzaron inauditamente en los últimos 20 años. Es Colombia de lejos donde se producen las mayores violaciones a los derechos humanos del hemisferio occidental, coincidiendo con el crecimiento de la ayuda de Washington, cuestión que merece ser tenida muy en cuenta. Incluso se ha llegado hasta utilizar contra la población guerra química (con la anuencia expresa y constante de los gobernantes vasallos de Bogotá), en el caso de las fumigaciones contra ‘cultivos ilícitos’.
Una nación en circunstancias como las relatadas consecuencialmente mantiene su sociedad militarizada, a unos niveles asfixiantes con la paramilitarización más o menos oculta de acuerdo a las regiones (aún luego de la supuesta entrega al gobierno afín a este tipo control social violento de Álvaro Uribe Vélez). No existe analogía de algo así en Nuestramérica, sino con el caso de México y Centroamérica, empero Colombia padece esto hace prácticamente tres décadas, pasando por diferentes fases.
De su parte, el presupuesto colombiano de guerra ha alcanzado niveles altísimos para la región. A la sazón, en el año 2001 el gasto en defensa y seguridad fue el 3,2% del PIB, no obstante, al sumarle el 80% de los recursos norteamericanos en ayuda militar, el gasto total resultante fue un notable 4,4% del PIB”[2]; teniendo un promedio de 4.7% de 2001 a 2007[3]. Para dar una idea de la proporción de esta cifra en el mundo, vemos que el promedio del PIB de los miembros de la belicosa OTAN era en 2013 de 2.9%[4]. En el mismo sentido como un ejemplo del crecimiento de las fuerzas armadas colombianas en armas a instancias, naturalmente del Pentágono, este las había dotado en el año 2005 de la quinta flota de helicópteros del mundo[5], lo cual no es poca cosa.
Del lado de la trasmisión del saber de la violencia, militares colombianos (esto incluye a policías, pues son también militarizados) instruyen a homólogos mexicanos, en lo que sea dado en llamar a esa represión general legitimada como ‘la guerra contra el narco’[6]; miembros de fuerzas especiales retirados de aquella nacionalidad ‘entrenan’ a miembros de carteles de traficantes ilegales en México[7], y vaya paradoja, a un militarizado cuerpo de gendarmería del país azteca (el pretexto del tráfico ilegal sirve para todo), junto con países de brutalidad policial reconocida y relacionados en este campo con EE.UU. como España y Chile[8]
Agudizando más el empleo de servicios militares al exterior, es decir los mercenarios, militares activos y en retiro colombianos han pasado a formar parte de las fuerzas armadas, de un estado tan poco democrático como Emiratos Árabes Unidos de manera oficial, de gobierno a gobierno, en una cantidad que forma ya más de un batallón[9]; a su vez un número indeterminado de ex integrantes de cuerpos armados colombianos trabaja también como mercenarios para compañías de este tipo en lugares de agresión colonial como Afganistán, Irak[10]. Instruye Colombia a militares paraguayos con el pretexto de estos tiempos: el combate al terrorismo y al narcotráfico[11], los gastos corren por cuenta del gobierno de Bogotá pero todo el mundo sabe que realmente el US Army paga.Están en primera fila de ejercicios militares bajo mando pentagonal por doquier en el continente; por estos días el SOUTHCOM realiza en Colombia maniobras con fuerzas especiales en varios países[12].Se habla con marcado absurdo, que estos militares son una especie de ‘producto de exportación’[13]. Las relaciones de dependencia de Colombia frente a EE.UU. en muchos aspectos pero especialmente en el campo militar, dan inclusive para que Colombia actúe como, delegado pentagonal frente a otros estados subordinados y sus FF.AA. como es el caso de Panamá[14].
Lo peor de todo es la situación de que el entrenamiento de tropas por parte de los gringos, en muchos casos aumenta el número homicidios en la nación huésped[15], así como es evidente la existencia de una profunda correlación entre ayuda exterior militar de EE.UU. y la tortura[16].
Los cuerpos irregulares son así mismo exportados, claro ilegalmente. Denuncias sobre acciones de paramilitares colombianos (como cuerpos auxiliares militares que son) procurando generar violencia en Venezuela, Honduras y Paraguay, han sido realizadas en el marco de la militarización enunciada[17]; procurando subvertir al gobierno en el caso del primero y apoyándolo en las segundas.
Cada vez son más estrechos y numerosos pactos de dependencia militar de Colombia, denominados de ‘seguridad’, y anunciados mediáticamente como ‘alianzas’ como con la OTAN (el cual ya se aplica sin permiso legal); los manidos pretextos de lucha contra la delincuencia transnacional, y lucha contra las drogas son de utilidad sin igual (el tema del terrorismo mediáticamente ha sido dejado de lado desde los diálogos de La Habana con las FARC)[18].
En el conjunto de la situación planteada es ostensible un manejo antidemocrático de todo lo relacionado con la defensa, evidenciándose una estructura jerarquizada irradiada desde el exterior, en cuanto a políticas, definiciones y estrategias militares, acorde plenamente con lo actuado por el gobierno de Colombia en el ámbito de las relaciones internacionales, donde carece de absoluta autonomía. Lo anterior guarda sintonía con el hecho incontrastable de ser esta nación, el único país latinoamericano con una interminable cadena de gobiernos indefectiblemente sometida a Washington, desde hace ya un siglo, siendo además Colombia para el estado de Israel, el mejor aliado en Latinoamérica[19]; asimismo análogamente como Israel se erige el medio oriente como actor con fuerzas armadas agresivas, la nación gobernada por Juan Manuel Santos hace lo propio para las restantes naciones suramericanas.
Internamente en Colombia se presenta afanosamente la creación de una especie de ambiente social militarista, con operaciones psicológicas, en las cuales son intensamente desarrolladas doctrinas castrenses de guerra ofensiva, las cuales se remontan a la era Uribe Vélez, un notorio delegado de los intereses de la Casa Blanca, persistiendo glamorosamente hasta nuestros días, con todo y proceso de paz con las FARC.
-Armas en Latinoamérica. De acuerdo a informaciones publicitadas ampliamente, Venezuela era en 2013 el mayor importador de armas en el subcontinente[20]. No obstante, luego de Brasil, Colombia es en quien más malgasta en guerra en Suramérica[21], y con respecto a su producto interno bruto, es el campeón del belicismo en el subcontinente[22]; siendo en el 2008 el segundo país más derrochador en el gasto militar como tal de la región[23].
De acuerdo al Anuario Latinoamericano de Defensa, en el 2012 Colombia doblaba en el presupuesto de defensa (guerra) a Venezuela, más que triplicaba a Ecuador, cuadruplicaba tranquilamente a Perú, se encontraba significativamente por encima del de México, superaba holgadamente a Argentina en casi el doble, siendo un poco menos que la cuarta parte en la materia del gigante Brasil[24]. Es por estos tiempos el tercer receptor de recursos destinados para la guerra del gobierno de Estados Unidos, luego de nada menos que los importantísimos Israel y Egipto[25] en una región en plenas convulsiones de guerra.
Hay en Colombia unas quinientas mil personas vinculadas de una u otra forma al sector defensa, proporcionalmente más gente armada que en Brasil, como ya se mencionó, sobre estrictos parámetros pentagonales; una cifra muy superior a la indispensable para llevar a cabo los fines propuestos en una guerra contrainsurgente.
Como Rusia, China o Irán, se encuentran cercadas de bases militares pentagonales con toda esa correspondiente panoplia, en Latinoamérica, proporcionalmente Brasil, Venezuela, Argentina Bolivia, Ecuador o Nicaragua (a quienes se les endilga en manuales y otros documentos oficiales gringos un extraño mal denominado ‘nacionalismo fanático latinoamericano’), lo están. Siendo la costa pacífica de Nuestramérica plenamente cercada por dichos enclaves; empero el atlántico también es sitiado mediante la Cuarta Flota, los radares, aviones y drones desde la copada Colombia, islas de las Antillas, más las bases de Centroamérica.
En Chile elementos pentagonales o a fines, entrenan abiertamente militares y policías, en la represión de protestas urbanas, en el Fuerte Aguayo en Concón (con financiación de EE.UU.), bajo la mampara de instruir ‘Cascos Azules’; el temor es la creación de una especie de Escuela de las Américas en miniatura[26]. Pero si esta explicación falla, la excusa mediática puede ser mutada a otras actividades castrenses de ‘paz’, ‘rescate en catástrofes’ etc., que es como recientemente son justificados tales enclaves coloniales.
El estólido pretexto de militares invadiendo con pequeños contingentes, países que se oponen a ser tomados como bases de injerencia, bajo lemas, pues eso apenas son, de ‘ayuda humanitaria’, etc., se cierne sobre Perú; cada vez son presentadas más pruebas de la existencia de una real base secreta gringa allí, más exactamente en el valle de Vrae[27], aunque hay indicios para estimar que existen por lo menos tres más[28]. Ha sido mencionada la existencia de varias bases gringas en su territorio, de naturaleza francamente inconstitucional, lo cual las convierte en ilegales y secretas (Chincha, Ayacucho, Pucallpa)[29]. Es apreciable a pesar de que se desea por parte del gobierno Umala, mimetizarlo, una militarización de varios departamentos peruanos.
Más al sur, insistentes informaciones describen que en la Base aérea en Paraguay Mariscal Estigarribia, a pocos kilómetros de la Triple Frontera, existen destacamentos no bien identificados pero presumiblemente, gringos e israelíes, con una pista de aterrizaje con capacidad para grandes aviones. Se encuentra a 250 kilómetros de la frontera con Bolivia, en las proximidades de esa zona se encuentra la mayor reserva de gas del mundo. Incluso se ha descubierto que si las máquinas excavan a mayor profundidad, hay importantes pozos petrolíferos que aún no han sido explotados. Se encuentra a pocos kilómetros de la Triple Frontera, punto clave de unión entre Paraguay, Argentina y Brasil, donde actualmente reside una comunidad árabe que cuenta con varios miles de palestinos; de ahí surge el especial interés de Israel en esta zona. Finalmente, la base se ubica también en las cercanías del Acuífero Guaraní, una de las mayores reservas de agua dulce del planeta. Estigarribia, sería el complemento adecuado de la base aérea de Palanquero en Colombia cinco mil kilómetros al norte de jurisdicción de EE.UU. Todo esto ha sido enfáticamente y oficialmente desmentido por el gobierno de la Casa Blanca[30] y el gobierno de Asunción[31], no obstante si tenemos en cuenta la tradición de ‘negaciones plausibles’ de todo el aparato de espionaje gringo respecto de acciones que más tarde resultan hechos probados, es pertinente describir a la citada base paraguaya como una posibilidad de injerencia gringa real.
La ‘alianza’ de militares gringos y criollos. La ‘ayuda’ militar de del Pentágono con militares homólogos al sur del Río Bravo de por sí ominosa en sus resultados, va infaliblemente acompañada por una capa de retórica de compañerismo y amistad entre aquellos, la cual a pesar de los lazos castrenses tradicionales, es bastante discutible históricamente. Los conceptos racistas se encuentran en la esencia del expansionismo gringo con punta de lanza en sus militares.
Para tan sólo hablar del siglo XX, en 1914 el presidente de los EE.UU. William Howard Taft, mencionó sin empacho alguno que “no está lejano el día (en que) el hemisferio será nuestro de hecho, tan como en virtud de nuestra superioridad de raza, ya lo es moralmente.” En la siguiente administración, la de Wodrow Wilson, los latinoamericanos fueron estimados como “niños traviesos que ejercen todos los privilegios y derechos de los adultos”, empero, que requieren “una mano firme, una mano autoritaria”[32].
Recodar lo que significa en realidad estos enunciados nos lleva a poner de presente como que quienes hablamos español (castellano), somos Spich, los franceses equivalentes a Frogs, o los italianos a Wops, epítetos nada exaltantes usados dentro de los cuerpos armados del imperio. Un militar renombrado como Douglas McCarthur decía de los japoneses: “Juzgados por las pautas de la civilización moderna serían como un niño de doce años en comparación con nuestro desarrollo de cuarenta y cinco años”[33]. Que podremos esperar el resto de los mortales.
Ya avanzado el siglo XX, el asunto tuvo que ser tratado con menos obviedad y más hipocresía. Para aquellos militares y civiles orgullosos de las prebendas y cordialidad de funcionarios pentagonales y afines, además de lo anterior, es indispensable recordar que desde hace más de sesenta años el US Government instituyó “aquello que darles unas palmaditas y hacerle creer que les tienes cariño”, para aquellos agentes del poder imperial, de acuerdo al consejo del Secretario de Estado John Foster Dulles, al presidente Eisenhower respecto de los de Latino América[34].
A pesar de que lo sabemos de memoria, no sobra repetir a los amnésicos un auténtico axioma, en palabras del mejicano Alfredo Jalife-Rahme: ¿Algunas vez ustedes han visto a EE.UU. regalar algo? El imperio no da regalos, obsequios magnánimos, hace inversiones las cuales deben con el tiempo, largo o corto, ser revertidas con creces, en este caso concreto, beneficios geopolíticos. “Estados Unidos no tiene amistades permanentes, sino intereses permanentes”. (John Quincy Adams, sexto presidente de Estados Unidos)
De acuerdo con el actual Secretario de Estado John Kerry, ha sido derogada la Doctrina Monroe, claro sin aportar pruebas de esta decisión; lo diciente del asunto es la concordancia con el notorio acercamiento comercial y político ruso y chino a Latinoamérica, haciendo parecer dicho enunciado como un párrafo más de la retórica vacua, que va al lado de las ‘palmaditas cariñosas’.
Pos conflicto en Colombia.En términos reales ninguna nación en Latinoamérica, dados los nexos históricos, culturales, sociales y políticos, significa una amenaza de uso de la fuerza para otra, a pesar de clamorosas injusticias (como la forzada mediterraneidad de Bolivia a manos de Chile). Las rivalidades y conflictos bélicos actuales históricamente han sido creados a partir de intereses extra continentales o de los EE. UU.
En este contexto es de elemental conclusión de que si en Colombia ya no llegan a existir las situaciones bélicas bajo las cuales el aparato militar ha llegado a poseer las gigantescas dimensiones actuales ha llegado, esbozadas en este escrito, a casusa de la firma y acatamiento de los acuerdos de paz con el principal grupo alzado en armas FARC (el 90% de la insurgencia), aquella estructura debería ser colocada en unas condiciones marcadamente diferentes (como en el caso de acuerdos de paz con fuerzas insurgentes en El Salvador y Guatemala). No obstante, y es un tema que ha sido ocultado por la prensa colombiana acostumbradamente contraria a la verdad y la profundidad, los condicionamiento sine cua non puestos por el gobierno ultra neoliberal de Juan Manuel Santos en las negociaciones, son la inamovilidad del modelo económico y la estructura militar existente. Aquí la mano de Washington se hace sentir.
Esta permanencia del hipertrofiado aparato bélico colombiano le viene como anillo al dedo, a las perspectivas a la vista de lo que se ha dado en llamar el ‘pos conflicto’, en las cuales de acuerdo a centros de investigación renombrados en Colombia, una red de intrincadas y peligrosas asociaciones criminales fundamentalmente ‘descendientes’ de los paramilitares, teóricamente ‘desmovilizados’ en 2006, constituyendo organizaciones de tan peligrosa entidad[35], que justifican la continuidad del esquema militar imperante desde la implantación forzosa del Plan Colombia en el gobierno de Andrés Pastrana.
Bajo unos esquemas de tales características, Colombia con acuerdos de paz con las Farc (y es de esperarse con el ELN el 10% de la insurgencia) y todo, estaría abocada a seguir un decurso similar a los denominados pos conflictos (como dicen los expertos) justamente en El Salvador, Guatemala y todos sabemos lo que hoy trasiegan tan castigadas sociedades, una vez finalizadas formalmente guerras civiles.
A partir de ello la persistencia en la militarización colombiana resulta una amenaza latente a vecinos nada obedientes de los dictados de Washington, en ejecución del empleo de cuerpos castrenses nativos, como estrategia que evita en el exterior comprometer en el exterior destacamentos numerosos del Pentágono. Los pretextos de nuevos agentes de criminalidad, como bandas delincuenciales de sospechosa mutabilidad y poder armado desmesurado, o los consabidos traficantes de psicoactivos que se disuelven para volver a aparecer, fundirse con otros, heredarse, etc., etc., fenómenos presentes en el pos conflicto en Centroamérica, parecieran ser la legitimación futura de una estructura de guerra en Colombia que va mucho más allá de sus necesidades.
Las amenazas a la práctica de la fuerza en la solución de conflictos internacionales en los que interviene Washington, en un continente que a pesar de la última retórica estima de su propiedad, se va configurando en América Latina con naciones ‘cabeza de playa’, como Colombia o México.
Así, el estado colombiano no interviene para mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos, y no obstante, a través de farragosas motivaciones, se erige como una parte de una absurda máquina de guerra al servicio de la primera potencia militar mundial. Es muy posible por tanto, que los resultados de los posibles acuerdos de paz, como culminación de las negociaciones de en La Habana, no cambien la vida cotidiana militarizada de aquella nación con un largo historial de violencia, sino que marquen otra etapa de la misma. Esto equivale a la continuación del drama colombiano.
Notas
[1] Los puntos de la agenda de paz son participación política, desarrollo rural integral, drogas ilícitas, víctimas y condiciones de terminación de conflicto armado. En este momento (septiembre 5) se discute el tema de víctimas.
[2] Libardo Sarmiento Anzola. El Plan Colombia y la Economía Política de la Guerra Civil.http://www.derechos.org/nizkor/colombia/doc/plan/sarmiento.html
[3]Para gasto militar, Colombia dedicó en promedio 4,7% de su PIB durante 7 años. Portafolio.com. 14 de abril de 2008.http://www.portafolio.co/archivo/documento/CMS-4099044
[4] Sam Jones. Financial Times. Agosto 31 de 2014.
[5]Miguel Suarez. Colombiano, uno de los ejércitos más grandes del mundo. 20 de abril de 2008 porCEPRIDhttp://www.nodo50.org/ceprid/spip.php?article92
[6] Cyril Mychalejko. Comandos colombianos entrenan a policías y a miembros del ejército mexicanos. Los derechos humanos es lo último que importa. Rebelión. http://www.rebelion.org/noticia.php?id=122895
[7] Antiguos militares colombianos entrenan a Los Zetas en México. Octubre 16 de 2011.http://www.vanguardia.com/actualidad/mundo/127137-antiguos-militares-colombianos-entrenan-a-los-zetas-en-mexico
[8] México presenta nuevo cuerpo policial. Fuerza de 5.000 efectivos recibió capacitación de fuerzas de Colombia, Chile, España, Francia y Estados Unidos. VOA. 24 de agosto de 2014.http://www.voanoticias.com/content/gendarmeria-mexico-policia-federal/2425450.html
[9] Rafael P. Unquiles 1.500 militares colombianos, al servicio del Ejército de Emiratos Árabes. Agosto 28 de 2013.http://www.abc.es/internacional/20130808/abci-militares-colombianos-emiratos-201308071643.html
[10] Unos 40 ex militares colombianos son mercenarios en Afganistán. El Universal. Marzo 14 de 2010.http://www.eluniversal.com/2010/03/14/int_ava_unos-40-ex-militares_14A3581851
[11] Militares paraguayos serán entrenados en Colombia. Sur1810. Abril 28 de 2014.http://sur1810.com/nota/9717/militares_paraguayos_seran_entrenados_en_colombia/
[12] Manlio Dinucci. OTAN, ofensiva mundial. Redlvoltaire. Julio 30 de 2014.http://www.voltairenet.org/article184934.html
[13]Hernando Salazar. Mercenarios colombianos, producto de exportación. BBC. Mayo 27 de 2011.http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2011/05/110526_colombia_mercenarios_ao.shtml
[14] Marco A. Gandásegui, h. Panamá, Colombia y la OTAN. ALAI. Agosto 14 de 2014.http://www.alainet.org/active/7620
[15]Bill Conroy.El entrenamiento de tropas mexicanas por los EEUU ha aumentado al mismo ritmo que la tasa de homicidios. Narconews. Febrero 18 de 2013.http://www.narconews.com/Issue67/articulo4648.html
[16] Investigación de Edward Herman economista de la Wharton School de la Universidad de Pensilvania. Citada por Noam Chomsky en Poder y Terror. Reflexiones Posteriores al 11/09/2001. RBA Libros S.A. Pág. 47[17] Paramilitares colombianos actuaron en Honduras, Paraguay y Venezuela. Contrainjerencia. Agosto 19 de 2014.http://www.contrainjerencia.com/?p=92047&utm_source=feedburner&utm_medium=email&utm_campaign=Feed%3A+contrainjerencia%2FjvtA+%28CONTRAINJERENCIA%29
[18] EE.UU. Reafirma alianza estratégica con Colombia. VOA Agosto 19 de 2014.http://www.voanoticias.com/content/eeuu-reafirma-alianza-colombia/2419143.html
[19] Hugo Mario Cárdenas. Colombia es el mejor aliado de Israel en Latinoamérica. ElPaís.com.co. Abril 30 de 2013.http://www.elpais.com.co/elpais/colombia/noticias/colombia-mejor-aliado-israel-latinoamerica-embajador-yoed-magen
[20] Venezuela, primer importador de armas de Latinoamérica. RT.com. Marzo 19 de 2013.http://actualidad.rt.com/actualidad/view/89427-venezuela-armas-sipri
[21] Wagner Ríos. SIPRI: Gasto militar en América Latina aumentó 4.2% en 2012. Diálogo –Americas. Junio de 27 2013. http://dialogo-americas.com/es/articles/rmisa/features/regional_news/2013/06/17/defense-spending
[22] Raúl Sánchez. Ajedrez Internacional. Rearme en Latinoamérica. Alcalorpolítico.com Enero 24 de 2014.http://www.alcalorpolitico.com/informacion/columnas.php?idcolumna=7041&c=82#.U-bO3-N5OSo
[23] SIPRI Yearbook 2009. Armaments, Disarmaments and International Security. Stockhlm International Peace Research Institute. Oxford University Press 2009. Pag. 201, 202[24] Red de Seguridad y Defensa de América Latina. Atlas comparativo de la defensa en América Latina y el Caribe. Edición 2012.http://www.resdal.org/ebook/AtlasRESDAL2012/print/atlas-completo.pdf
[25] Colombiano uno de los ejércitos más grandes del mundo.http://www.nodo50.org/ceprid/spip.php?article92
[26] Base militar de los EE.UU. en Chile. https://www.youtube.com/watch?v=2iiutwGiJWc
[27]Cedrip. Perú atrapado entre los intereses militares de dominación neocolonial del imperio. Nodo50. Julio 8 de 2012.http://www.nodo50.org/ceprid/spip.php/IMG/spip.php?article1461
[28] http://www.nodo50.org/ceprid/spip.php/IMG/spip.php?article1461
[29] http://www.nodo50.org/ceprid/spip.php/IMG/spip.php?article1461
[30] Embajada de los Estados Unidos. Asunción Paraguay.http://spanish.paraguay.usembassy.gov/rumores_y_desinformacin.html
[31]P. Schwarze. Tras enojo de Brasil, Paraguay descarta base militar de EE.UU. La Tercera. Julio 11 de 2012.
http://diario.latercera.com/2012/07/11/01/contenido/mundo/8-113520-9-tras-enojo-de-brasil-paraguay-descarta-base-militar-de-eeuu.shtml
[32] Noam Chomsky en Hegemonía o Supervivencia. Grupo Editorial Norma. Bogotá 2008. Pág. 92
[33] Por el Bien del Imperio. Una Historia del Mundo Desde 1945. Josep Fontana. Pasado y Presente. Barcelona 2011. Pág. 166
[34] Jenny Pearce. Wilson: Gordon Cornell-Smith. Dulles: Stephen G. Rabe. Citada por Noam Chomsky en Hegemonía … Pág. 92
[35] Centro Nacional de Memoria Histórica. Nuevos Escenarios de Conflicto Armado y Violencia Panorama de Desmovilización de las AUC. https://www.youtube.com/watch?v=yphiHq64Sfc&list=UU-J8xqzoV5ceuoYdFunLEhQ
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