Fuente: Al Manar
El Ejército sirio ha llevado a cabo amplios avances contra los terroristas del EI en el noreste del país.
Respaldados por las Fuerzas de Defensa Nacional, que están formada por voluntarios que cooperan con las Fuerzas Armadas, las tropas del Ejército han llevado a cabo ganancias en la provincia de Hasaka, donde ellos tomaron las localidades de Tal al Barud y Shadadi al Hul, que estaban en poder del EI, en las regiones situadas al oeste y suroeste de la capital provincial, también llamada Hasaka.
Los terroristas del EI en los pasados meses han continuado atacando esta estratégica provincia, que sirve de corredor con el vecino Iraq.
El miércoles, la agencia de noticias SANA informó que el Ejército, en cooperación con las Fuerzas de Defensa Nacional había tomado el pueblo de Al Shula, al oeste de la provincia.
Por su parte milicianos de las Unidades de Protección Popular (milicias kurdas) han tomado el Monte Abdul Aziz, un reducto del EI al oeste de la provincia de Hasaka. Allí los terroristas del EI disponían de campos de entrenamiento y almacenes. Las unidades kurdas colocaron su bandera dentro de la ciudad arqueológica de Sakra, en el corazón del Monte Abdul Aziz.
El Ejército sirio ha actuado también en esta zona y controla ahora una franja de 10 kms a partir de las laderas del Monte Abdul Aziz y ha expandido su control hasta la carretera entre Hasaka y Raqqa, incluyendo sitios como Tel Barud y Nufaliya.
Quneitra
También se reportaron operaciones en la zona de Tal Mashara y en las aldeas de Al Samadaniyeh y Al Garbiyah, en la provincia de Quneitra, a 67 kilómetros al suroeste de Damasco.
El Ejército sirio se mantiene combatiendo en 448 frentes de batalla contra más de 1.000 grupos extremistas armados diseminados por todo el territorio nacional.
La mayor parte de estas bandas antigubernamentales forman parte del EI y del Frente al Nusra, y una buena parte de ellas reciben financiamiento y abastecimiento logístico de EEUU, Israel y países occidentales.
También son ayudados por Arabia Saudí, Qatar, Turquía y Jordania. Estos dos últimos constituyen vías de infiltración para el ingreso de terroristas en territorio sirio, según fuentes gubernamentales en Damasco.
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