Cuantos años de bronca e impotencia contenida por tantísimos hombres y mujeres de nuestro pueblo que sufrieron en carne propia la saña asesina del orejudo (mas criminal y orejudo que el recordado Santos Godino) y los efectos perdurables de su política económica destinada a arrasar todo cuanto de soberanía política, independencia económica y justicia social se había concretado para nuestro país.
Desde entonces, casi talmúdicamente, perseguimos justicia contra este esbirro y sus cómplices prebendarios del sistema económico por él pergeñado.
Fue tan inmenso el autoprivilegio que se concedió, que fue uno de los pocos símbolos que se mantuvo impune durante tres décadas largas.
Joe, el orejudo, el nieto del exterminador patagónico, el fideputa inigualable, el amigo de Grondona, el numen de la Sociedad Rural, la de Miguens y Biolcatti, siempre zafó.
Quien no recuerda la frustración de su procesamiento en la década del ochenta, gracias a las garantías procesales -en las que él siempre se cagó- cuando un allanamiento mal realizado nulificó las copiosas pruebas colectadas en su contra. Después, como en el tango de Manzi, el silencio oficial y el indulto.
Tuvieron que pasar tres décadas, para que el grito de miles de mártires de su accionar criminal y millones de víctimas de su política económica, pudieran alcanzar un largo sueño de justicia.
Ahora este sueño es su pesadilla.
El octogenario abogado de “hóldings” extranjeros, el patricio del neocolonialismo, ha perdido su carta fundamental en la que basaba su impunidad: el indulto menemista.
Con el final de su oprobiosa vigencia, queda allanado el camino de la justicia.
Ahora, dispondrá de ese enorme sistema de garantías legales acuñado en occidente desde 1789, al que tanto desdeñó para sus víctimas y que consagran su condición de inocente hasta que se demuestre lo contrario, y lo que es igual de importante, en pie de igualdad con los otros mortales.
Esta protección al individuo, tan distinta a la impunidad que gozaba, le dará ocasión de mostrar sus conocimientos jurídicos, esos que otrora utilizó solamente para idear subterfugios legales que cubrían sus negociados, sus trampas, sus entregas de todo lo nacional.
Ahora recordará las pocas o muchas lecturas de Juan B. Alberdi, que seguramente habrá estudiado en su lejano pasado de estudiante de abogacía.
Cómo el comulgante diario y devoto de la santa curia que tanto lo respaldó, podrá nutrirse de los conceptos de justicia también predicados por el evangelio que solo utilizó, hasta ahora, para santificar sus aberraciones.
Ahora, bajo la mirada atenta y expectante de toda esta sociedad contemporánea que no olvidó, seguramente será requerido por los jueces para responder a los cargos criminales que se le formulan.
Para quienes no tenemos dudas sobre la veracidad de los mismos, nos queda la satisfacción de haber bregado todos los días de estos largos años para que este momento se hiciera realidad.
Un último mensaje. Joe: no tengas miedo. Nadie te va a torturar, ni arrojarte vivo al mar. Tampoco te sacarán tus hijos, ni nietos. Mucho menos te tocaran tu patrimonio como vos hiciste con tus supliciados. Solamente te van a juzgar. Y si todo lo que sostienen sobre vos es cierto, irás en cana y procuraremos, como lo sostienen tus amigos tan adeptos a las consignas de seguridad tronantes en estos días, no entrarás por una puerta y saldrás por la otra.
Dada la magnitud e imprescriptibilidad de tus crímenes, pasarás los años que la naturaleza te brinde, en el único lugar posible para esos delitos de lesa humanidad, es decir la cárcel.
Tampoco estarás solo. Seguramente te harán compañía, Videla, Etchecolatz, Bussi, Menéndez y tantos otros y teniendo en cuenta tu afinidad con ellos, hasta te sentirás a gusto.
Para matar el tiempo (lo único que podrán matar de aquí en más) pueden organizar un torneo de truco, y mentirse entre ustedes. Eso si, al pueblo Argentino, ya no le mentís mas.
Buenos Aires, 28 de abril de 2010. http://www.surysur.net/?q=node/13520
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Los indultos a Videla y Martínez de Hoz declarados inconstitucionales
La Suprema Corte de Justicia de Argentina declaró inconstitucionales los indultos dictados en 1990 en favor del ministro de Economía de la dictadura, José Martínez de Hoz, y del ex dictador Jorge Rafael Videla, en una causa por “secuestro extorsivo” del empresario Federico Gutheim y su hijo Miguel.
En un fallo considerado muy importante porque abre la posibilidad de juzgar a civiles comprometidos con la dictadura (1976-1983), la Corte rechazó un recurso extraordinario interpuesto por la defensa de Videla y ratificó la inconstitucionalidad que ya había dictado anteriormente respecto a su indulto.
La segunda sala de la cámara de apelaciones en lo criminal y correccional federal había confirmado un fallo de primera instancia que declaraba la inconstitucionalidad del decreto de indulto que beneficiaba al ex ministro de Economía.
El 14 de julio de 2008 la cámara nacional de apelaciones en lo criminal y correccional federal de la Capital Federal confirmó la prisión preventiva dictada contra Jorge Rafael Videla y Albano Eduardo Harguindguy, por el delito “de secuestro extorsivo reiterado en las detenciones y puesta a disposición del Poder Ejecutivo del empresario Gutheim y de su hijo Miguel Ernesto con el fin de extorsionarlos en el caso de un negocio que se intentaba hacer con otros países.
La investigación sobre Videla se extendió a Martínez de Hoz.
La causa se había dado por terminada cuando el ex presidente Carlos Menem no sólo indultó a Videla y Harguindeguy sino también a Martínez de Hoz.
El 20 de junio 2006 la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos y la Liga Argentina por los Derechos del Hombre solicitaron la declaración de inconstitucionalidad de los decretos de indulto.
Stella Calloni
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