Por: Franck Richard
Una movilización ciudadana sin precedentes en las redes sociales y que se trasladará a las calles a partir del 9 de marzo ha puesto en jaque la reforma laboral que prepara el Gobierno de François Hollande.
Una movilización inédita se está produciendo en Francia en los últimos días contra el proyecto de reforma de la ley del trabajo o “ley El Khomri”. En tan sólo dos semanas, una petición lanzada a través de Change.org contra la reforma, impulsada por la ministra de Trabajo Myriam El Khomri, ha superado el millón de firmas, un vídeo de denuncia se ha convertido en viral y el 9 de marzo se perfila como un día de movilizaciones convocadas en primer lugar a través de las redes sociales y por más de una veintena de organizaciones juveniles, y a las que se han sumado varios sindicatos.La reacción popular sorprende por su intensidad y su modo de organización, desbordando tanto a los los sindicatos como al gobierno.
Todo comenzó con la publicación en Le Parisien de los principales ejes de la reforma de la ley del trabajo, el pasado 17 de febrero. La militante feminista Caroline De Haas alertó sus compañeros del sindicato CGT: “Este proyecto es Chernobil. ¡Hay que hacer algo!”. El texto prevé, en efecto, aplicar la mayoría de las reivindicaciones de la patronal: aumento de la jornada laboral legal, reducción de las indemnizaciones por despido improcedente, posibilidad de que las empresas realicen ERE incluso sin tener pérdidas, reducción de los sueldos y del complemento de las horas extraordinarias, la posibilidad de trabajar hasta 12 horas al día o el aumento de la jornada de los aprendices menores de edad hasta las 40 horas semanales.
Al día siguiente, De Haas y sus amigos crearon una web para proponer la petición “Loi travail: non merci! (“ley del trabajo: ¡no, gracias!”) contra el proyecto de ley.
La petición tuvo rápidamente un gran éxito, con 750.000 firmas en Change la primera semana. “En menos de una semana, la petición francesa fue la que más firmas recogió desde el lanzamiento de Change.org en 2012. Es enorme, pero, al mismo tiempo, no es tan asombroso si leemos el proyecto de ley,” apunta Caroline de Haas. “Después de la privación de la nacionalidad [que se prevé incluir en la Constitución], este proyecto marca la segunda fractura entre los ciudadanos y el gobierno. Pero en este caso es más profunda porque pone en peligro la vida cotidiana de los franceses”, añade De Haas.
Los comentarios en la página de la petición ilustran la ira de los firmantes: “Es un retorno a hace cien años”, “es la Francia de La taberna y de Germinal (obras de Émile Zola)”.
Otra petición contraria vía internet organizada por Dominique Reynié, candidato de Les Républicains (el partido conservador, cercano a la patronal), no recibió más de 7.000 firmas, entre ellas la de Pierre Gattaz, el patrón de los empresarios.
Al mismo tiempo, una decena de videoartistas, a través de un vídeo corto difundido a través de las redes sociales y que se ha vuelto viral, incita a los internautas a hablar en Twitter del proyecto de ley con el hashtag #OnVautMieuxQueCa (valemos más que eso). “Vamos a mostrarles nuestras vidas, nuestros sueños y que no nos dejamos engañar por las consecuencias de sus decisiones”, dicen en el vídeo.
Pero estas iniciativas pretenden ir mucho más allá. El objetivo es utilizar la red para invitar al casi millón de firmantes a manifestarse en las calles. Por ello, se ha convocado a una primera movilización y más de 200 manifestaciones el 9 de marzo, día previsto inicialmente para la presentación del proyecto ante el Consejo de Ministros. En el evento creado en Facebook para las movilizaciones se llama también a manifestaciones el día 10 convocadas por los jubilados, y se añade que “habrá que seguir movilizados y continuar los siguientes días al menos hasta la retirada del proyecto de ley”. Ante el estallido de denuncia social, el primer ministro, Manuel Valls, ha pospuesto la presentación ante el Consejo de Ministros al 24 de marzo para “volver a trabajar” sobre el texto.
Este llamamiento “ciudadano y militante” propone también una huelga general “por una convergencia de la lucha de los asalariados, precarios, parados, jubilados, de todas las personas que sobreviven con el mínimo”, y denuncia la timidez de los sindicatos. Cinco centrales sindicales sólo piden la modificación de los puntos más polémicos, y han convocado a concentraciones el día 12. Otros siete sindicatos, tras el impulso de autoorganización popular a través de las redes, han hecho un llamamiento a la participación en las decenas de movilizaciones ciudadanas convocadas para el 9 de marzo y han convocado a una huelga y manifestaciones el 31 de marzo si el texto no se retira íntegramente.
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