Por: jaime Giménez
El ciberactivista australiano Julian Assange, que cumple cuatro años encerrado en la embajada ecuatoriana en Londres, considera que la derecha británica vive una guerra civil para decidir el rumbo que tomará el país tras su decisión de abandonar la Unión Europea
Mientras la población del Reino Unido votaba la salida del país de la Unión Europea, el fundador de Wikileaks Julian Assange se quejaba de no poder elegir abandonar o no la embajada de Ecuador en Londres.
El conocido periodista australiano se dirigió por vídeo-conferencia a un abarrotado auditorio en Quito, la capital del país que le otorga asilo político desde el 19 de junio de 2012.
Con un tupido cabello blanco y un traje impoluto, Assange apareció en una gran pantalla para contar cómo es su situación en la ciudad del Támesis y comentar asuntos de actualidad como el Brexit o los Papeles de Panamá.
“El Reino Unido vive hoy una especia de guerra civil dentro del partido conservador”, expresó Assange. “La derecha está dividida, una parte quiere quedarse en la Unión Europea, mientras que la otra derecha, la del antiguo imperio, quiere salir”, continuó el ciberactivista, que no aclaró cómo afectará a su caso la decisión de los británicos.
“Se trata de una batalla en la derecha transatlántica y la derecha bancaria, que aspira a que sus bancos manejen el mundo y que el Reino Unido se convierta en un Hong Kong del norte”, reveló Assange, quien añadió que “el Reino Unido no es ni siquiera un país, es una ciudad-estado porque todo se concentra en Londres”.
Con el logo de Wikileaks a su espalda, el rostro de Assange reflejaba el cansancio de alguien que lleva cuatro años sin poder pisar la calle.
A pesar de que en febrero de este año el Grupo de Expertos de la ONU sobre Detención Arbitraria solicitó al Reino Unido que dejara en libertad a Assange, el activista continúa recluido en la legación del país andino.
“La ONU ha prohibido que los prisioneros no puedan salir a la calle, yo llevo encarcelado cuatro años y no he podido hacerlo”
El organismo internacional también pidió a Suecia que retirara la petición de extradición en su contra. “Para mí es un problema muy serio”, dijo Assange al público quiteño, quejándose del trato que le da Londres. “La ONU ha prohibido que los prisioneros no puedan salir a la calle, yo llevo encarcelado cuatro años y no he podido hacerlo”, declaró con gesto amargo.
Desde la cuenta de Twitter de Wikileaks se aseguró el viernes que la desconexión del Reino Unido con Bruselas facilitará la libertad del australiano. “El Brexit dejará libre a Julian Assange, ya que la orden de arresto de la Unión Europea, usada como excusa para mantenerlo preso sin cargos, va a ser desechada en el Reino Unido”.
Preocupación por su salud
Pocos días después de que Assange cumpliera cuatro años encerrado en la embajada, el ministro de Relaciones Exteriores de Ecuador, Guillaume Long, mostró su preocupación por la salud del asilado. “No tiene acceso a una buena atención médica. Estamos muy preocupados. Después de cuatro años se puede ver un claro deterioro”, aseguró el diplomático a la BBC.
“Ecuador se está cansando de esto. La embajada está bajo asedio”, continuó el ministro ecuatoriano nacido en París. “Ésta es probablemente la embajada más espiada del mundo”, añadió Long.
El mismo Assange, a punto de cumplir 45 años, se quejó de que la legación donde se refugia “continúa rodeada con robots de vigilancia”.
El juez español Baltasar Garzón, encargado de la defensa de Assange, también viajó a la capital ecuatoriana para expresar su visión del caso. “Es inaceptable cómo las autoridades políticas no permiten salir a Julian Assange para recibir atención médica”, destacó el jurista. “Existe un impacto psicológico sobre él”, manifestó el magistrado que se ganó una reputación internacional por su papel en el caso Pinochet.
En los cuatro años que lleva recluido, Assange ha escrito varios libros y ha participado en piezas musicales como la canción Multi-Viral del conocido grupo puertorriqueño Calle 13.
En uno de sus libros, el periodista australiano acusó a Google de ceder toda la información de sus usuarios al aparato de seguridad de Estados Unidos, algo que en parte corroboró la filtración de Edward Snowden en 2013.
Para el director de Le Monde Diplomatique, Ignacio Ramonet, son empresas privadas como Google, Facebook o Apple las principales responsables de la vigilancia en Internet, más que los estados. Según el periodista gallego, presente en Quito, “Assange es un gurú, es el inventor de una forma de periodismo que se opone a los medios dominantes”.
Assange también comentó su opinión acerca de los Papeles de Panamá. Para él, “están diseñados para ser un ataque ideológico contra Wikileaks”.
Assange considera que los documentos de los Papeles de Panamá fueron seleccionados para no afectar los intereses de algunos empresarios
El ciberactivista considera que los documentos que formaron parte de los Papeles de Panamá fueron seleccionados para no afectar los intereses de algunos empresarios. Para Assange, el hecho de que la organización que los reveló tenga su sede en Washington es una razón para desconfiar.
“Si el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas inglés) hubiera publicado los cables de la misma forma que Wikileaks, habría perdido el apoyo de algunas organizaciones que lo financian, como la Fundación Rockefeller”, dijo Assange a través de la pantalla gigante del auditorio del Centro Internacional de Estudios Superiores de Comunicación para América Latina en Quito.
El responsable de la filtración de cientos de miles de documentos secretos de Estados Unidos en 2010 continúa convencido de que su labor valió la pena. A pesar de llevar cuatro años encerrado en la legación londinense, confía en que pronto se haga justicia.
No obstante, con las próximas elecciones en Ecuador en febrero de 2017, un posible cambio de gobierno podría hacer que la política del país que lo acoge dé un giro.
Assange, de todas formas, cree que su sacrificio ha valido la pena. Y se agarra a la posición de la ONU para defender su puesta en libertad y continuar haciendo lo que más le gusta: con Brexit o sin él, seguirá luchando por una mayor transparencia de los grandes poderes del mundo.
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