De nuevo, vuelve a haber un abismo entre las informaciones “serias” y “contrastadas”, que son las publicadas en nuestro caso por El País, y aquellas de segunda categoría, material sólo utilizable por alborotadores y rumorólogos antisistema: como antes de la gran filtración sobre Iraq, wikileaks vuelve a ser una marca informativa menor, y sus “filtraciones” dependen del criterio y sesgo que cada agencia de prensa o periódico les quieran aplicar, si deciden siquiera comentarlas.
Así, para sorpresa de algunos, uno de los primeros usos que El País hizo de las filtraciones fue el de dar espacio a un nuevo ataque contra el gobierno venezolano, velado e indirecto, pero en todo caso a toda plana: durante bastantes horas fue la cabecera de la sección del periódico dedicada a las filtraciones. Desde luego esto daba juego, y se pudo aprovechar rápidamente en los medios, como pudo escucharse poco después en “La Noche en 24 horas” de TVE24, donde los tertulianos no dejaron pasar la ocasión de recordar el supuesto vínculo La Habana-FARC-Caracas.
Ya ha quedado claro cómo casi ninguno de los periódicos han variado un ápice su línea editorial y política a raíz de eso que, según rezaba el twitter de Wikileaks, cambiaría el mundo tal y como lo conocemos. No, de hecho cada cuál a lo suyo. La Repubblica prácticamente no ha hablado de otra cosa que de Berlusconi, y Le Monde se ha centrado en los problemas domésticos derivados.
Para El País la noticia es la de siempre. Pese a que el término es tabú pues pertenece al imaginario político de la administración Bush-Blair-Aznar, no hay duda de que de existir, Venezuela debería estar en un imaginario “eje del mal”. Pues bien, como los famosos cables se prestan a casi cualquier cosa, la información seleccionada previamente no da lugar a equívocos: Irán sigue la pista del uranio en América Latina; los diplomáticos norteamericanos “recelan” de la relación comercial entre ambos países, y lo demás queda entre líneas, pero ya lo sabíamos: Venezuela, Irán, armas nucleares. Hasta Obama nos había advertido…
Ahora el “tema del uranio” sirve en bandeja los titulares sobre otra tríada preferida por los periodistas europeos y norteamericanos respecto a los asuntos latinoamericanos: Bolivia-FARC-Venezuela.
Todo está claro y bien masticado.
Sin embargo, hemos tenido que esperar a que Le Monde hiciera una mínima reseña para saber lo que también dicen las filtraciones respecto a Venezuela. Así reza el titular:
“Las muy relativas ambiciones nucleares de Hugo Chávez”, y pasa a relatar lo siguiente.
En octubre de 2009, un mensaje confidencial de la embajada americana en Caracas, obtenido por Wikileaks y examinada por Le Monde, considera que el país sudamericano “tiene poco uranio”.
Sin embargo, el U.S Geological Survey’s 2008 Minerals Yearbook entendía lo contrario: según esta obra de referencia, 50000 toneladas de uranio se encontrarían bajo la jungla de los estados venezolanos Amazonas y Bolívar. Un geólogo venezolano citado en otro memorándum de enero del 2009 se habituó a ironizar sobre el tema: “hay una mina de uranio, pero nadie sabe dónde se encuentra”.
Según un tercer documento, fechado en junio del 2009, el último estudio significativo a este respecto se remonta a 1976.
Escepticismo de los expertos consultados
Sea como fuere , “actualmente no hay ningún proyecto para explotar tal recurso natural “. Además, “Venezuela no dispone del número suficiente de científicos entrenados para desarrollar un programa nuclear”. De creer a uno de los expertos venezolanos consultados, “el gobierno de Chávez no tiene confianza en los científicos”. “Escépticos”, estos expertos recuerdan un precedente: “en los años 79, el interés del gobierno venezolano por la energía nuclear acabó en nada”.
Según ellos, el caso sería el mismo hoy. Los escasos laboratorios existentes están “desfasados” y “mal equipados”. Desarrollar un programa energético con los medios disponibles exigiría de diez a quince años. En este aspecto, Venezuela no se encuentra solamente detrás de Brasil y Argentina, sino también detrás de Chile y México.
En todo caso, diplomáticos y expertos sugieren la posibilidad de “comprar directamente, incluyendo los técnicos, una instalación nuclear totalmente nueva, a un gobierno amigo”. Pese a las “dificultades financieras actuales del gobierno venezolano”, los americanos piensan que tal eventualidad sería “tentadora” para Chávez.
Sin embargo, aunque Venezuela recurriese a científicos cubanos, la exploración de las reservas de uranio exigiría “amplios recursos humanos y la noticia de tal esfuerzo sería rápidamente filtrada”.
Comentario