Los gobiernos encabezados por la Democracia Cristiana (DC), el Partido Por la Democracia (PPD) y el Partido Socialista (PS), continuaron con las mismas políticas de privatización que le criticaron a la dictadura, no debemos olvidarnos que los que más avanzaron con la privatización de la educación fueron precisamente los gobiernos de la Concertación, algo similar hicieron con la salud y que decir con principal riqueza de este país, el cobre, cuya mayor parte fue privatizado por la Concertación.
La Constitución del 80 fue consolidada y validada por la Concertación.
Los gobiernos de la Concertación consolidaron y validaron la Constitución dictatorial del 80 y todo el sistema electoral antidemocrático que heredaron de Pinochet y lo usaron sin asco durante todos sus gobiernos y es probable que ahora desde fuera del gobierno, se opongan a cambiarlo por un sistema realmente democrático, como ya esta ocurriendo con la ley que se debería aprobar en el Parlamento sobre la inscripción automática y el voto voluntario, donde los que más se están oponiendo a su promulgación son los parlamentarios concertacionistas.
No se puede tener ninguna confianza en los partidos de la Concertación.
Todos los gobiernos de la Concertación defendieron los intereses de los empresarios y los ricos, para lograr esos objetivos se negaron a modificar las leyes laborales de la dictadura y el PS, PPD y la DC se dedicaron a desmantelar las organizaciones sociales, a destruirlas o hacerlas inoperantes.
El caso más real y concreto es lo que ocurre en la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), que bajo la conducción del “socialista” Arturo Martínez y sus socios concertacionistas, se han dedicado a frenar las luchas y a hacer inoperantes los sindicatos, también se nota en la no existencia de una política para formar nuevos sindicatos y fortalecer el movimiento sindical, esto a pesar de que las condiciones objetivas están dadas para lograr una mayor organización de los trabajadores, dado el enorme malestar que existe entre los trabajadores, que tienen que sufrir día a día el abuso patronal, que se ha visto incrementado en el último año.
La Concertación y la ley antiterrorista.
En el caso en que los partidos de la Concertación no pudieron desmantelar los movimientos sociales que se oponían a las políticas capitalistas neoliberales, pasaron directamente a la represión. El mejor ejemplo de esto ha sido el trato que recibieron los activistas del movimiento mapuche, en que les aplicaron la famosa ley antiterrorista de la dictadura, para esto tuvieron que usar testigos falsos (sin rostro) e incluso no dudaron un segundo en dar la orden de asesinar a varios jóvenes activistas mapuche.
El caso mapuche no es el único ejemplo que existe de represión violenta utilizado bajo los gobiernos concertacionistas, el caso de los trabajadores forestales y el asesinato de uno de ellos y la acusación de terrorismo en contra de jóvenes que se definen como anarquistas y se oponen al sistema y otros cientos de ejemplos.
No se pueden hacer alianzas políticas con la Concertación.
Es una traición al movimiento social y político de los trabajadores, dedicarse a lavarle la cara a la Concertación, mostrando ahora a sus partidos como “progresistas” e intentando llegar a alianzas políticas con ellos, para supuestamente crear una oposición amplia al actual gobierno, esto no tiene base en la realidad, porque para ser oposición tienes que tener una propuesta diferente al actual sistema, algo que los partidos de la Concertación no tienen, porque son parte de él.
Si eventualmente la Concertación llega nuevamente al gobierno defenderá y aplicara las mismas políticas que implementaron durante las dos décadas que estuvieron en el poder, pensar que van a hacer algo distinto es ser demasiado ingenuo o tener muchos intereses particulares de por medio.
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