Por: Willy Wimmer
Ex diputado de la Willy Wimmer CSU (de 1986 a 2009), fue secretario de Estado en el ministerio federal de Defensa de Alemania (de 1988 a 1992) y vicepresidente de la Asamblea Parlamentaria de la OSCE (de 1994 al 2000).
Willy Wimmer, ex vicepresidente de la OSCE y ex secretario de Estado del ministerio de Defensa de Alemania, responde a World Economy sobre las graves tensiones internacionales que caracterizan el momento actual y señala claramente el origen del peligro.
- Willy Wimmer, ex vicepresidente de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE).
World Economy: Acaba usted de regresar de Rusia. Vamos a preguntarle de manera provocadora, ¿está Putin preparándose para una guerra?
Willy Wimmer: Después de todos los encuentros que tuve en Moscú –y solamente estuve en Moscú– puedo afirmar que la gente tiene allí las mismas preocupaciones que en Alemania. Tuve conocimiento de las declaraciones públicas del presidente de la Federación Rusa y lo único que veo en ellas es un llamado a la moderación y a la razón.
No oí en Moscú nada que vaya en el sentido de la pregunta que usted me hace. Teniendo en cuenta la situación geopolítica actual, podemos comprobar con toda objetividad que actualmente todos los peligros provienen de Estados Unidos. Sólo nos queda la esperanza de que haya algún cambio a raíz del 8 de noviembre [día de las elecciones estadounidenses].
World Economy: Hace 55 años se iniciaba la Crisis del Caribe [1]. Usted acaba de mencionar a Estados Unidos y hoy en día creemos saber lo que sucedió en aquel momento. ¿Estamos hoy ante una situación similar en la que pudiéramos decir que estamos en peligro de que suceda lo peor?
Willy Wimmer: Al analizar los hechos, puede decirse de esa manera. La Crisis del Caribe tenía antecedentes y lo que resultó interesante para mí es haber tenido la oportunidad de escuchar, en el coloquio en el que participé en Moscú, a Valentin Falin, quien fue durante muchos años embajador de la Unión Soviética en Bonn.
En largos encuentros acompañados de reflexiones sobre la historia, el embajador Falin subrayó un elemento que condujo directamente a la crisis de Cuba. En los 1940-1950, hubo planes estadounidenses designados como «Dropshot». Esos planes preveían la destrucción de 30 de las mayores ciudades soviéticas mediante un ataque nuclear de decapitación destinado a neutralizar la Unión Soviética.
Lo que resulta interesante es que fue gracias a las estaciones de escucha del Ejército Rojo instaladas en el pico Brocken, situado en el macizo de Harz, que los soviéticos llegaron a descubrir el contenido de aquellos planes de Estados Unidos. Esos hechos fueron tema de un programa transmitido hace varias semanas por el canal de televisión francés Arte, donde se demostraba que el plan [estadounidense] «Dropshot» fue la verdadera causa de la crisis de Cuba.
Por eso fue apasionante no sólo poder conversar sobre ese tema con Valentín Falin sino también comprobar que se trata de acontecimientos comparables a lo que podemos ver en los planes de la OTAN. La alianza atlántica actúa masivamente contra la Federación Rusa. Para eso ha modificado sus objetivos y ya no es una alianza defensiva, como pudo serlo en tiempos de la guerra fría, sino una fuerza agresiva surgida durante la guerra de los Balcanes.
En ese contexto, la situación alrededor de Rusia es explosiva. Quien contribuye a ello es principalmente el establishment belicista demócrata-republicano de Washington al proponer abiertamente ese tipo de acción contra la Federación Rusa.
World Economy: Abordemos ahora el tema de Siria, otra región donde existen todo tipo de peligros. Supongamos que Rusia ceda y se retire de Siria y que Assad sea destituido. ¿Cómo evolucionaría entonces la situación en la región y en el mundo? ¿Veríamos entonces un escenario similar al de Libia o pasaríamos directamente a la tercera guerra mundial?
Willy Wimmer: Personalmente, no soy dado a ese tipo de elucubraciones ya que lo que está en juego en Siria no se limita a la guerra civil que hoy estamos viendo.
No debemos pasar por alto el hecho que nos hallamos ante dos concepciones diferentes respaldadas por dos grandes potencias, también diferentes. Tenemos, por un lado, el intento de Estados Unidos de imponer –al igual que en Afganistán, en Irak, en Libia, en Mali y otros países– un nuevo orden mundial, con la convicción de que podrá ser capaz de hacerlo. Del otro lado, está la Federación Rusa que tiene, en mi opinión, un doble interés:
Primeramente, por haber actuado durante mucho tiempo a favor de la paz en Europa y en otras regiones, Rusia no desea cooperar con las acciones estadounidenses tendientes a eliminar el derecho internacional existente.
En segundo lugar, hay que resaltar claramente que una victoria de la coalición encabezada por Estados Unidos traería como consecuencia que en Siria, Líbano, Jordania e Irak, se impodrían los elementos armados provenientes del Cáucaso: los chechenos, los inguches, daguestaníes, que –después de las guerras del Cáucaso– se han instalado o tratan de instalarse en esa región [el Medio Oriente].
Sus intereses [de Washington] consisten en reanudar las guerras del Cáucaso contra Moscú. O sea que la Federación Rusa defiende en esta región [el Medio oriente] no sólo a un importante aliado, e incluso el derecho internacional, sino también sus propios intereses nacionales, intereses que está en todo su derecho de tener: la protección de sus propias fronteras. Eso es perfectamente acorde con el derecho internacional y es lo que hace tan complicada la situación en Siria.
World Economy: ¿Podría la elección presidencial en Estados Unidos ayudar a reducir la situación de tensión en el mundo o no traerá cambios?
Willy Wimmer: Esa es la gran interrogante del momento. En el contexto de guerra electoral que hoy existe en Estados Unidos, tendremos que esperar. Se está jugando con nuestros nervios pero se está jugando también con el destino de un gran país que se llama Estados Unidos de América.
Comentario