La adhesión de Honduras al ALBA fue una de las causas del golpe de estado el 28 de junio, porque no cabe duda de que la burguesía latinoamericana sabe que el ALBA constituye un proyecto de liberación de los pueblos. Esto sumado al hecho de haber llevado adelante la reforma agraria en el país, el quitarle el control de los combustibles a la Esso, a la Texaco, a la Shell, a todas esas empresas transnacionales, elevar el salario mínimo a los trabajadores, produjo que la burguesía aliada con los grupos de poder político tradicionales más el Ejército, con el pleno conocimiento de los EEUU, dieran el golpe de estado en Honduras. Y hoy estamos en una crisis económica, política, social y ambiental de grandes proporciones.
Nuestro pueblo ha reaccionado heroicamente. Mantuvimos 180 días de lucha en la calle con miles y miles de personas y la dictadura no cayó por la traición de los EEUU que por un lado apoyaba las reacciones de repudio al régimen de la comunidad internacional y por el otro validaba los resultados de la farsa electoral del 29 de noviembre, elecciones convocadas por los militares sobre la prohibición de la participación de nuestro ex presidente, Manuel Zelaya Rosales. EEUU nunca obligó a los militares a abandonar el poder, de lo contrario ese régimen no duraba ni 15 minutos, compañero.
Pero ahora estamos en un proceso de organización, de capacitación, de movilización y de búsqueda de alternativas políticas para la refundación de Honduras.
¿Estamos frente al mayor momento de movilización social en la historia de Honduras?
Nunca se había visto en Honduras un movimiento como el de ahora. Antes dividíamos la historia de Honduras a partir de la huelga de los trabajadores bananeros de 1964 que duró 86 días. Ahora la historia de Honduras se divide a partir del golpe, hay un antes y un después de ese golpe de estado. La situación en Honduras sigue siendo de mucha tensión, de mucha confrontación. El país está dividido entre golpistas, que son la minoría, y la resistencia popular, que es la mayoría de nuestro pueblo. Y sin lugar a dudas, como dicen los campesinos, lo positivo que hemos tenido a partir del golpe es que la venda de los ojos se cayo y ahora somos otro pueblo, un pueblo más conciente, más organizado, más dinámico y más movilizado. Pasamos de ser un pueblo indiferente, cobarde, inepto, a ser un pueblo con gran reconocimiento de la comunidad internacional por su lucha diaria y permanente y porque ahora aspiramos a una nueva patria, a un nuevo país. Hoy Honduras es parte de los sueños de Bolívar, de Morazán, de Farabundo y Sandino y tantos grandes héroes latinoamericanos. Sin lugar a dudas América Latina será una nueva Patria Grande como la soñaron nuestros héroes.
Cuando nombramos al Frente Nacional de la Resistencia Popular –FNRP- estamos hablando de una organización social que atraviesa todos los sectores: campesinos, estudiantes, indígenas, obreros…
Absolutamente. Creo que esa es una de las grandes virtudes del Frente. Están muy incorporados los indígenas, los campesinos, los jóvenes, los estudiantes, las mujeres, los artistas que han jugado un papel fundamental, los pequeños artesanos, los profesionales y hasta algunos integrantes del Partido Liberal están incorporados en el FNRP. Es una gran gama de movimientos sociales por eso se constituye en el movimiento más grande, más unitario y más movilizador de la historia de Honduras y el pueblo siente que es la esperanza para la transformación de nuestra patria.
¿Por qué se ha elegido a Manuel Zelaya, hoy en el exilio, como Coordinador Nacional del FNRP?
No hay duda de que Mel Zelaya es un aglutinador de fuerzas, es un líder reconocido por todos, se ha mantenido firme en esta lucha y por eso merece ser el Coordinador Nacional del Frente a pesar de las dificultades que impone el exilio. Mel ha dicho que el Partido Liberal al que él pertenecía está muerto y que la única esperanza es el FNRP, al que va a incorporarse plenamente cuando logre concretar su regreso.
Hablanos acerca de la recolección de firmas para convocar a una Asamblea Constituyente
Una idea que tuvimos desde el FNRP para medir la popularidad del Frente y para tener una carta política más fuerte fue llamar a convocarnos por la Constituyente a través de una carta que le llamamos “Declaración Soberana”. Mucha gente no pudo firmar pero a pesar de eso en 4 meses logramos 1.342.876 firmas, con puros voluntarios. Eso nos dio una fuerza política enorme.
Cuando el régimen vio que el pueblo quería la Constituyente salió con un plebiscito para hacer una Constituyente desde arriba, desde la oligarquía, un plebiscito que no vamos a aceptar jamás. Entonces por nuestra parte seguimos con el proyecto de la Constituyente pero estamos claros en que si el régimen dictatorial se mantiene y la Constituyente no es posible como nosotros la planteamos, empezaremos ya a discutir la posibilidad de conformar el Instrumento Político capaz de conducir al pueblo hondureño al poder real. El pueblo quiere, como decimos nosotros, “sacarse el clavo” en el próximo proceso electoral contra la burguesía y eso está ahora en un debate político.
…porque la Constituyente tal como está gravitando en el escenario político hondureño podría llegar a revivir el bipartidismo que ha dominado la sociedad en los últimos 100 años…
Exactamente. Eso es lo que ellos están buscando, porque lo que entró en crisis además del sistema es el bipartidismo con el que nos han gobernado por más de un siglo. Eso la tiene muy preocupada a la embajada norteamericana y a los mismos grupos oligárquicos que frente a la caída del bipartidismo tratan de confundir al pueblo aparentando ser los nuevos demócratas que luchan por la Asamblea Constituyente. Pero ya no nos van a engañar.
Por esto es que hoy precisamente hay un debate político sobre cómo continuamos con la Constituyente, cómo potenciamos el poder de nuestro pueblo; y estamos analizando la posibilidad de constituir opciones políticas para llegar al poder. Como dicen los campesinos tenemos que “tomar el poder para que nos dejen de joder”.
Muchas gracias.
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