Fuente: RT
Por primera vez en la historia del país, los gastos para amortizar las obligaciones estadounidenses han superado este año medio billón de dólares. Gran parte se encamina al extranjero.
Sin embargo, el propio país norteamericano también debe mucho al resto del mundo: más de 6 billones de dólares. Y es aún mayor el endeudamiento interno, acercándose la cifra total de la deuda federal a los 20 billones. La dinámica de los últimos ocho años ha sido impresionante en ese último aspecto.
Barack Obama llegó al Despacho Oval el 20 de enero de 2009 con una deuda federal equivalente a 10.626.877.048.913 dólares. En la tarde que expiró su segundo mandato presidencial, el 18 de enero de 2017, llegaba ya a los 19.961.467.137.974 dólares, es decir casi se duplicó en esos 8 años.
Para el fin de sus administración (diciembre del 2016) el despliegue detallado de las obligaciones financieras del Gobierno federal de EE.UU. fue:
- Deuda pública: 14.202.100 millones de dólares,
- Deuda interna del Estado: 5.395.700 millones.
- En total: 19.597.800 millones.
En la deuda pública, las obligaciones de Washington con el extranjero son el componente predominante, pero no es el único: 6.154.900 millones de dólares. Cerca del 43% fue contraído por Gobiernos, empresas e inversores privados de distintos países. El resto se distribuye de la siguiente manera:
Las obligaciones internas son los bonos emitidos por unos cuerpos federales autorizados, cuyos titulares son otros entes federales. Entre ellos destacan los bonos del Tesoro, los cuales acumulan ante todo los Fondos Fiduciarios del Seguro Social.
Entre los países acreedores de la economía de EE.UU. destacan dos: Japón y China. Tradicionalmente los estadounidenses contabilizan la deuda con Pekín (1.058,4 miles de millones de dólares) y con Hong Kong (191,4) aparte una de la otra y también aparte de Taiwán (189,3), siendo tres centros financieros autónomos. Puestos juntos, marcarían el liderazgo absoluto de China. La aportación nipona es de 1.091 miles de millones de dólares.
Irlanda, Islas Caimán y Brasil también conforman el ‘top’ 5 de los acreedores.
Washington no solo exige que le paguen países como Alemania, sino que también aumenta los pagos al exterior para amortizar su deuda. Según los cálculos publicados en abril por el Banco de la Reserva Federal de St. Louis, los gastos de EE.UU. para abonar los intereses han superado este año medio billón de dólares, por primera vez en la historia estadounidense.
Dado que la política adoptada por el presidente Trump implica un importante aumento de gastos (en gran parte, a cuenta de los recursos prestados), es inevitable que EE.UU. gaste cada vez más para satisfacer a los acreedores.
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