…comunicación a través de su misma voz, pudimos apreciar la robustez del Gobierno Bolivariano en el contexto de las instituciones del Estado. No cabe duda que el liderazgo de Hugo Chávez Frías se puso aún más de manifiesto cuando los diversos Ministerios del Poder Popular siguieron obrando en defensa no solo de lo consolidado o los planes en marcha, sino corrigiendo aquello, en lo cual se han cometido errores.
La circunstancia de la cárcel de El Rodeo atendida pacífica, respetuosa y legalmente por el Ministerio del Interior y Justicia; el acompañamiento del Poder Ciudadano por parte de la Defensoría del Pueblo en la resolución de este conflicto y la atención permanente y paralela a las víctimas por estafas inmobiliarias, compras a futuro de vehículos automotores; el desmontaje constante por parte de Ministerio de Información de las matrices de comunicación proferidas por los medios de alevosos de desinformación privados a través del Sistema nacional de Medios Públicos; la discusión de leyes trascendentales como la de Comunicación Popular, Alternativa y Comunitaria en la Asamblea Nacional; la conciencia institucional y patriota por parte de la Fuerza Armada Bolivariana; la actitud y comportamiento cívico y democrático del Pueblo Venezolano y un sin fin de situaciones, hacen constar que las bases sobre las cuales está montado el Gobierno Bolivariano son sólidas porque las ha ido construyendo.
Lejos de todo simbolismo o abstracción fatua, estas interpretaciones o lecturas son pertinentes. Nos obligan a entender que en la complejidad de gobernar, el liderazgo se ejerce aún en ausencia del líder y el respeto a las instituciones del Estado se pone de manifiesto. Es la madurez expresa de una nueva sociedad en vías de crecimiento y fortalecimiento, con carencias y falencias, pero redimensionando su condición humana para comprender y armonizar con el entorno.
Es en cierta forma, la reiteración reciente del Presidente Chávez de su necesidad de delegar, de llevar sobre sus hombros la carga que le toca, la de las grandes ideas y decisiones que enrumben el barco a puerto seguro, deslastrándose de aquello que no le es inherente o que a fin de cuentas pertenece a otras instancias. No por ello, dejará de observarlos e intervenir cuando sea preciso. Aquí, el concepto de “hiper-liderazgo” es entendido y no demonizado por los intolerantes de la crítica necesaria, para enmendar errores, que sumados en perspectiva, podrían conllevar a fracasos estruendosos e irreversibles.
En ese sentido, los ministros, gobernadores y alcaldes bolivarianos deberán optimizar sus trabajos y engranar con el pueblo. Estos dos últimos, deberán mostrar más compromiso y eficiencia con su personal y ganas disponibles en esas regiones y municipios, donde cabalga la ineficiencia, donde los problemas minúsculos no se resuelven (llámense falta de agua, energía eléctrica, desempleo, inseguridad, ausencia de viviendas, aceras y asfaltado en las vías públicas); deberán evitar los deslices antirrevolucionarios cuasi-involuntarios, producto de su ignorancia como por ejemplo, la no celebración histórica de los Doscientos Años de Nuestra Independencia en las provincias, las cuales se concentraron en Caracas; como por ejemplo, la falta de apoyo a las actividades culturales permanentes, para fortalecer la identidad y la soberanía en escuelas básicas, liceos, universidades, plazas y espacios comunitarios. La fortaleza del Gobierno Bolivariano deberá basarse aún más en la sintonía con el Pueblo activo, en gestiones verdaderamente revolucionarias, creativas, propositivas, inclusivas y muy concientes del papel histórico que la época nos ha delegado como Pueblo y como Nación.
israelcolina@yahoo.es
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