En esa línea el presidente del Círculo de Empresarios, Claudio Boada, el de su Comité de Política Económica, Fernando Eguidazu, y el director del Departamento de Economía, Gregorio Izquierdo, presentaron hace unos días el documento “Un programa de ajuste y crecimiento para la próxima legislatura” en el que se recogen propuestas de política económica, tanto urgentes como en el medio y largo plazo, que deberían abordar las Cortes Generales y el Gobierno que surjan de las elecciones generales. La razón de tanta urgencia es que “estamos casi en una economía de guerra”, según su presidente, Claudio Boada. Y en una situación así, la reducción del gasto público es prioritaria e irrenunciable, apunta el Círculo de Empresarios. El ajuste el año que viene ha de ser “como mínimo de 30.000 millones de euros”.
Según se expresaba Gregorio Izquierdo, director del servicio de estudios del Círculo de Empresarios, al diario digital elconfidencial.com ayer domingo al decir: “Sabemos qué medidas hay que tomar. Y hay que tomarlas ya. Si no lo hacemos, lo harán por nosotros”. Según este diario el Estado español pagaba el pasado jueves un 6,975% por colocar bonos a 10 años, con un interés marginal del 7,08%. En la anterior subasta apenas había afrontado un 5,45%. La diferencia con el bono alemán ya se mueve con soltura por encima de los 500 puntos básicos. Izquierdo explicaba que recientemente habían presentado una exhaustiva hoja de ruta –una suerte de medidas que bien podrían promover Bruselas y Washington- para que el Gobierno que salga del 20-N se adelantara a la intervención. El valor de las elecciones es por tanto simbólico, testimonial, pues ganara quien ganara tenía que hacerse cargo de esas medidas o, en caso contrario, rendir cuentas periódicas a la denominadatroika que integran la Unión Europea (UE), el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Pero viendo el rumbo que toma la UE con respecto a los gobiernos ‘renuentes’, los empresarios ibéricos están crecidos y ven su oportunidad ante el creciente aumento de la prima de riesgo, lo que significa la insostenibilidad de la deuda. El lunes, tregua y festejos para el PP. El martes, los mercados estarán esperando un plan de choque integral. Concreto y de fondo. No hay margen mientras esperan vencimientos de 300.000 millones (200.000 públicos y 100.000 del sector financiero) en 2012. “Hasta ahora hemos mandado nuestros soldados uno a uno para defender la trinchera. El siguiente reemplazaba al caído. Es momento de enviar un regimiento desde los primeros días de la legislatura”, explica con una vena militarista Izquierdo.
El plan diseñado por los empresarios comienza con un drástico ajuste fiscal. La tesis del Círculo es que medidas creíbles de ahorro en las administraciones reforzarían la credibilidad de las finanzas públicas y disminuirían los intereses que paga el Tesoro por la deuda que emite. No en vano España necesita ahorrar 30.000 millones de euros para cumplir el objetivo de déficit para 2012. Y otros 15.000 para cumplir en 2013. La cuestión es cómo lograrlo. Para estos talibanes del neoliberalismo lo mejor es no confiar en los ingresos y ceñirse a un menor gasto. Así que puestos a proponer ¿por qué no acabar con las ofertas de empleo público? y rebajar si se puede el sueldo de los funcionarios. Otras medidas son la reducción de la Administración eliminando ayuntamientos y cerrando empresas públicas.
Para continuar con los impuestos, por supuesto los indirectos. Si Grecia subió un 10% el IVA, ¿por qué no en España? Además se pueden introducir tasas en la sanidad y la educación. Lo cual quiere decir que el copago sanitario está a la vuelta de la esquina. En esta línea los empresarios consideran que no vendría mal fijar límites absolutos de gasto público obligatorios que vinculen a las comunidades autónomas y arbitrar medidas de penalización automática de las administraciones que se lo salten. Para ello sería necesario crear un organismo fiscal independiente que supervise el Presupuesto, así como la elaboración de las cuentas públicas sobre estimaciones aseguradas de ingresos. También determinar qué partidas se pueden suprimir en caso de desviación.
Junto a todo esto, se echa en falta una reforma laboral en condiciones. Acabar con la negociación colectiva, acabar con cualquier atisbo de indemnización por despido, y rebajar y condicionar las prestaciones por desempleo para hacer inviable que un trabajador en paro pueda llegar a cobrarlas.
El Círculo de Empresarios aún hace una propuesta más en el terreno financiero. Debe conocerse la situación real de las entidades y vigilar la valoración y calificación adecuada de los activos. “Es esencial sanear los balances financieros para atraer a los inversores y como paso previo a la recapitalización” que se exige a la banca, explica el Círculo. Y la salida puede ser el banco malo que ya ensayaron los suecos en los años 90. Sería una entidad a la que se traspasarían los activos depreciados a su valor de mercado actual. Un banco que asuma las pérdidas de todos con dinero público, mientras que los saneados proporcionen beneficios a sus accionistas.
Esta es la perspectiva que proponen los empresarios. Un panorama sombrío y desesperanzador para la inmensa mayoría de los ciudadanos. Aunque para otros la propuesta está inspirada por una nueva relación del Estado con los poderes capitalistas, aunque predominen los beneficios de estos sobre los intereses de la sociedad.
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