Toda América converge, menos Estados Unidos y Canadá, no es poca cosa entonces, es el paso a la mayoría de edad de las naciones Latino Américanas, es la concreción del viejo proyecto Bolivariano esbozado en el Congreso Anfictiónico de Panamá en 1826; y como tributo al libertador la cita ha sido en Caracas su tierra natal, tierra que hoy levanta muy alto su ideario y proyecto nuestro americano.
La anterior cita se había dado en el Congreso Anfictiónico de Panamá, realizado entre 22 de junio al 15 de julio de 1826. Al convocarlo, Bolivar se inspiró en la idea del parlamento anfictiónico de los antiguos griegos, los cuales acostumbraban realizar asambleas con la participación de las ciudades para tratar temas generales.
Sobre el congreso, Bolivar dijo en la convocatoria, “¡ Que bello sería que el Istmo de Panamá fuera para nosotros lo que el de corinto para los Griegos, ojalá que un día tengamos la fortuna de instalar allí un augusto congreso (…). En estas líneas Bolivar esbosa su sueño, “formar de todo el mundo nuevo, una sola nación…”
El sentido de la integración para Bolivar no podía tener solo un carácter utilitario entre las naciones, “no debe fundarse únicamente en el principio de una alianza defensiva y ofensiva ordinaria”, sino en la creación de “una sociedad de naciones hermanas”, señalaba como tarea central “reforzar la identidad regional y protegerse de manera mancomunada frente a las intervenciones extranjeras”
La agenda del Congreso Anfictiónico De Panamá, nos ilustra con claridad su contenido y sentido estratégico:
La renovación de los tratados de unión, liga y confederación
La publicación de un manifiesto en que se denuncia la actitud de España y el daño que ha causado al Nuevo Mundo.
Decidir sobre el apoyo a la independencia de Cuba y Puerto Rico, así como de las islas Canarias y Filipinas.
Celebrar tratados de comercio y de navegación entre los Estados confederados.
Involucrar a Estados Unidos para hacer efectiva la Doctrina Monroe en contra de las tentativas españolas de reconquista. (En este tiempo la doctrina Monroe tenía un sentido diferente al actual)
Organizar un cuerpo de normas de derecho internacional
Abolir la esclavitud en el conjunto del territorio confederado
Adoptar medidas de presión para obligar a España al reconocimiento de las nuevas repúblicas
Establecer las fronteras nacionales con base en el principio de uti possidetis, tomando como base el año 1810.
A pesar del impulso unitario, el congreso fracasa, en este hecho estuvo la sombra imperial inglesa y la intriga del naciente y rapaz imperio Norte Americano, el cual no podía permitir la existencia de un espacio deliberativo de américa, ni un discurso antiesclavista, pues era una práctica intensiva en todo su territorio, así mismo, ya tenía sólidos intereses económicos que defender en todo el caribe latinoamericano.
Hoy la CELAC está llamada a escribir una nueva página de integración, la no presencia en su seno de Canadá y Estados Unidos pareciera fijar una identidad propia, un espacio de integración entre iguales con historia y realidades compartidas que podrían alcanzar la definitiva independencia frente al imperio norteamericano. La CELAC, de llegar a consolidarse como un proyecto de integración económica, política y cultural, significará un nuevo bloque de poder capaz de aportar a la multipolaridad y construcción de un nuevo orden mundial, los solos indicadores del bloque muestran su peso:
La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) es la expresión de integración de 33 países.
Los 33 países que conforman la CELAC suman una población estimada de 550 millones de habitantes al 2010, desplegados en una superficie de casi 20,5 millones de kilómetros cuadrados.
El bloque posee un Producto Interno Bruto (PIB) conjunto de 6 billones de dólares, lo cual significa una tercera parte del PIB conjunto de Estados Unidos y Canadá, que es de 18 billones.
Es la región con mayor producción y exportación mundial de alimentos y la tercera mayor generadora de energía.
Cuenta con las mayores reservas de petróleo del mundo y una de las más grandes de gas.
Casi la mitad de la superficie del bloque corresponde a bosques y selvas y posee el 30 por ciento de las fuentes de agua dulce del mundo. Tiene, además, salidas a los océanos Pacífico y Atlántico.
La CELAC sin embargo, enfrenta grandes retos; no puede pensarse únicamente como un foro deliberativo, como dijo el presidente Chávez en el 2005 en referencia al formalismo burocrático de los organismos internacionales, “no podemos pasar de cumbre en cumbre, mientras nuestros pueblos van de abismo en abismo”.
Tampoco puede verse solo como un paso hacia una zona arancelaria común, no puede ser la balanza comercial, el único eje de su dinamismo. La CELAC debe tejer una visión compartida de desarrollo, mucho más centrada en el desarrollo humano que en la filosofía del crecimiento; debe avanzar en la complementación económica teniendo en cuenta las asimetrías entre países y colocándo como eje rector la solidaridad antes que la sagacidad leonina de las naciones más fuertes.
La CELAC debe asumir la visión Bolivariana de la integración Latino Americana, antes que la visión Monroista norteamericana, la cual degeneró hasta la consigna imperial explícita de América para los “Americanos”.
Todo lo anterior tiene serios retos por delante, no olvidemos que al interior de la CELAC convergen tres experiencias y concepciones de la integración, por una parte está el MERCOSUR, el cual ha logrado una positiva experiencia arancelaria y de complementación económica desde las asimetrías nacionales, está el ALBA, rica experiecia de integración, política, social y económica que expresa la visión bolivariana de la hermandad y la solidaridad como sustancia de la integración; pero igualmente están los países conformados hoy en el acuerdo pacífico, es el eje neoliberal representado por México, Colombia, Perú y Chile, los cuales podrían en su momento operar como expresión de la sombra imperial norteamericana dentro del CELAC.
En el CELAC se encuentran las experiencias más innovadoras y exitosas ante la crisis actual. Ojalá y esas ideas puedan permear toda la región y emerger como signo distintivo del nuevo mundo a construir en este siglo XXI.
Parafraseando al revolucionario venezolano Argimiro Gabaldón, podemos celebrar este primer paso de constitución del CELAC y decir, el camino de la integración es difícil y está lleno de dificultades, pero es el camino.
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