Por: Gilberto López y Rivas
El Congreso Nacional Indígena y su Concejo Indígena de Gobierno (CNI-CIG) hicieron pública una convocatoria para rememorar, este 12 de octubre, los 531 años del inicio de la resistencia y la rebeldía de los pueblos y las comunidades indígenas contra el calificado como el “mayor genocidio en la historia de la humanidad, contra la conquista, contra el despojo de nuestras tierras y territorios, contra el exterminio de nuestras instituciones, lenguas, cultura y tradiciones… contra la muerte que el capitalismo global produjo y sigue produciendo”. Además, en esta fecha se celebra el 27 aniversario de la fundación del Congreso Nacional Indígena como el espacio de lucha y unidad de los pueblos originarios de México, en el marco del diálogo de San Andrés entre el gobierno de la República y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
La convocatoria constituye una enérgica denuncia sobre el carácter del gobierno actual como salvaguarda y garantía del gran capital, que, a partir de la militarización y la complicidad con el crimen organizado y el paramilitarismo, busca implantar sus megaproyectos de muerte, como el Tren Maya, el Corredor Interoceánico, el Proyecto Integral Morelos y Aeropuerto Internacional de Santa Lucía, “que, basados en el colonialismo, el patriarcado, la homogeneización, […] el odio y el miedo, pretenden ordenar y reordenar nuestro territorio”.
Como señales inequívocas y contundentes de esta guerra contra los pueblos se señalan el cerco hacia los pueblos zapatistas y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, masacres como la de Acteal, las ejecuciones y desapariciones forzadas de integrantes del Consejo Indígena y Popular de Guerrero-Emiliano Zapata y de la comunidad nahua de Ostula, así como la desaparición de los 43 jóvenes de Ayotzinapa, junto a la creciente y continua violencia hacia las mujeres, y el asesinato de defensores de la tierra, como es el caso de Samir Flores Soberanes.
El CNI-CIG, de la mano del Espacio de Coordinación Nacional Contra la Guerra, expresan su percepción de que Chiapas es México, y es en este estado que se concentran las violencias que aquejan a todo el territorio nacional. Asimismo, se considera que la frontera se ha corrido hasta el sureste y, con ella, la guerra, que la administración actual no ha frenado, sino que profundiza el proceso de recolonización militarizado y delincuencial. Los pueblos se organizan para frenar esta guerra que se vertebra por medio del despojo y la explotación crecientes, que implican el saqueo del agua, la extracción y distribución de hidrocarburos, la minería y los megaproyectos de infraestructura encaminados al reordenamiento violento de las poblaciones, las fronteras y los territorios.
Es en este contexto socio-político, al que se suman los conflictos y las contradicciones interoligárquicas que conlleva el adelantado proceso electoral del próximo año, que el CNI-CIG hace un llamamiento a los pueblos de México y del mundo que resisten contra la muerte y el olvido, a las organizaciones sociales, civiles y políticas, y a las mujeres y los hombres de buen corazón, a alzar la voz contra la guerra en México y el mundo, especialmente contra la guerra hacia los pueblos zapatistas y los pueblos originarios del país, convocando para llevar a cabo el próximo 12 de octubre, según sus tiempos, modos, calendarios y geografías, a una acción global contra esta guerra, a una jornada nacional e internacional de acciones dislocadas, a celebrar el tercer aniversario de la toma del edificio del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas, por la comunidad indígena otomí, y a una movilización central en el corazón de la Ciudad de México.
Esta convocatoria muestra el nivel analítico-conceptual y la capacidad organizativa-representativa alcanzados por el Congreso Nacional Indígena-Consejo Indígena de Gobierno durante estos 27 años de resistencia.
La congruencia ética demostrada y reconocida por las autoridades electorales en la obtención de firmas ciudadanas en apoyo a la candidatura de su vocera Marichuy, en 2018; la defensa legal y el apoyo político a comunidades y defensores de la tierra y los territorios; su presencia activa y comprometida en las resistencias de los pueblos de toda la geografía nacional frente a la recolonización y ocupación integral de los territorios, como un interlocutor reconocido y honesto; el acompañamiento permanente al Ejército Zapatista de Liberación Nacional; su defensa a los gobiernos autónomos zapatistas y los procesos autonómicos de mandar obedeciendo en varias regiones del país, hacen del CNI-CIG, junto al EZLN y su entorno solidario, un bastión de lucha anticapitalista, antipatriarcal, antirracista, de abajo y a la izquierda, que, irreductible, no se cansa, no se rinde y mantiene viva la flama de la rebeldía y lucha por la vida, del para todos todo, para nosotros nada, la esperanza de un mundo mejor.
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