Por: Gerardo Villagran del Corral
Pero esta cifra escalofriante representa una pequeña parte del parque que fabricantes y distribuidores estadounidenses aportan a la delincuencia mexicana. En julio pasado, la canciller Alicia Bárcena afirmó que cada año entran de manera ilegal al país alrededor de 200 mil armas de fuego, y que en el último quinquenio se acumuló un millón o más de dichos artefactos bélicos en los arsenales de bandas de todos tipos y dimensiones.
Lamentó que entre los congresistas estadounidenses se mantenga la postura de destinar 90 mil millones de dólares a los conflictos Ucrania y Gaza, y no se prefiera atender las causas de la migración en Centroamérica o el Caribe, que costaría unos 20 mil millones de dólares y que generaría mayores oportunidades en los países donde la gente sale porque no tiene opciones.
El endurecimiento del discurso antinmigrante en Estados Unidos, tanto del Partido Republicano como del Demócrata, se asocia al proceso electoral que está en curso: los demócratas buscan correrse a la derecha, y los republicanos aún más a la derecha. En este contexto se da la pretensión de realizar un juicio político en contra del secretario de Seguridad Nacional estadounidense, Alejandro Mayorkas.
“De manera injusta, pero por cuestiones politiqueras, se está queriendo desaforar, enjuiciar a Mayorkas; lo desaforaron o aprobaron el juicio político en la Cámara de Representantes, pero falta todavía el Senado. Pero eso es propaganda, porque él no tiene la culpa”, declaró López Obrador.
El mandatario indicó que siempre “habrá esas balandronadas de amenazar, y que van a intervenir, y van a tomar medidas unilaterales. Pues no hay que tomarlas muy en serio porque es, insisto, temporada de elecciones; con eso piensan que con esas mismas prácticas van a obtener votos”.
Recordó que recientemente se ha amenazado incluso con el cierre de la frontera: “¿cómo se va a cerrar la frontera? No se puede, es mucha ya la integración económica de los dos países, nos complementamos. Se cierra la frontera, ¿cuánto tiempo tardaría cerrada la frontera sin una crisis? “, indicó.
Demandas
El mandatario aseguró que del total de ese armamento, la mitad tienen su origen en Texas. ¿Qué me responde a esto el gobernador de Texas? La mitad de todas las armas que entran de Estados Unidos a México provienen de Texas.
En la actualidad, México tiene dos demandas contra los fabricantes de armas en EEUU.La primera se presentó en Boston en 2021 contra empresas fabricantes y distribuidoras estadounidenses, que México considera en parte responsables de la violencia del crimen organizado.
Esta atravesó una apelación, tras el fallo de un juez de ese distrito la desestimó y, finalmente, el 22 de enero de 2024, el Gobierno de López Obrador recibió la noticia de que la Corte de Apelaciones del Primer Circuito de Estados Unidos, con sede en Boston, anuló esa disposición, por lo que continúa el caso.
La segunda data de agosto de 2022 y «atiende un ángulo específico del fenómeno: la negligencia de puntos directos de venta de armas», de acuerdo con la Cancillería mexicana.
Apoyo a los cárteles
Este poder de fuego es, sin duda, una de las claves de la capacidad de carteles de nacrotraficantes y grupos menores para desafiar a las autoridades mexicanas, amedrentar a la población y ejercer niveles de violencia en amplias regiones. Para atajar los actos de violencia se debe frenar el flujo incesante de armas que posibilitan las agresiones y vuelve extremadamente difícil someter a los responsables a la justicia.
La realidad es que la clase política y empresarial estadounidense prefiere jugar a la politiquería, al racismo y al odio antimexicano, antes que abordar con seriedad la cuestión y plantear soluciones reales. Se vanaglorian del libertinaje con que circulan las armas en su país y le sacan fotos a sus niños con armamento de guerra..
Y operan con suma displicencia contemplan la actividad fronteriza cuando se mueve en dirección sur: cualquier persona puede salir de Estados Unidos con armamento de alto poder, incluido el que teóricamente está reservado para el uso de las fuerzas armadas.
Esta indolencia contrasta con la arrogancia y los aires de superioridad moral con que Washington exige al resto del mundo que se haga cargo de destruir las cadenas de producción y trasiego de estupefacientes destinados al mercado estadunidense, con el predominio contemporáneo del fentanilo y los precursores químicos empleados en la elaboración de ese opioide sintético altamente adictivo, editorializa La Jornada.
El gobierno mexicano es consciente de que el fenómeno delictivo no podrá controlarse sin atacar sus causas profundas, es decir, la marginación, la desigualdad, la falta de oportunidades y otros males de un modelo económico basado en el enriquecimiento ilimitado de una pequeña élite a expensas de las mayorías.
Las evidencias aportadas por el gobierno mexicano despejan cualquier duda acerca de que los fabricantes de armamento estadounidenses diseñan y comercializan muchos de sus productos teniendo en mente a la delincuencia como clientela, que los expendios de esos instrumentos los ponen en manos de quien sea, y que las autoridades se cruzan de brazos ante una industria que siembra muerte a ambos lados de la frontera, editorializa La Jornada.
Sin dudas, es responsabilidad de Washington regular el comercio de armas y ser tan estricto con lo que sale de su territorio como es, o pretende serlo, con lo que ingresa en él. Con las autoridades estadounidenses absteniéndose de hacer los controles, el tráfico de armas de fuego seguirá imparable, así como las muerte a ambos lados de la frontera: en México por la acción de las armas y en Estdos Unidos por las drogas que los grupos armados movilizan.
*Antropólogo y economista mexicano, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
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