Por: Víctor Manuel Ramos
El otro objetivo de Mr. Almagro es Nicaragua sandinista. Si a estas alturas el gobierno de Nicaragua fuese el somocismo, Almagro se relamería los cachetes con Somoza.
Almagro no para en sus andanas en contra de los pueblos latinoamericanos que luchan por quitarse las amarras impuestas por el imperialismo yankee, en aplicación de la cartilla intervencionista de la OEA, cuyo historial es realmente amargo. Esta conducta del uruguayo no es casual porque, a pesar de que llega a ese puesto por las referencias de Pepe Mujica sobre su persona a los presidentes y cancilleres latinoamericanos –Chávez mostró sus reservas pero Pepe insistió- no tardó en quitarse la máscara y mostrarse, en cuerpo y alma, como el verdadero traidor que siempre fue. Era el infiltrado sagaz entre las filas que respaldaban al popular presidente uruguayo.
Al frente de la OEA, Almagro quiso revivir la hazaña de esta nefasta institución de tergiversar la verdad, aprobar resoluciones amañadas y derribar a un gobierno legítimo y democrático y masacrar a un pueblo, conseguido mediante chantaje a los presidentes latinoamericanos aupados por yankilandia –con la excepción de México-: se trata del derrocamiento del presidente Árbenz de Guatemala. Guatemala transitaba por un camino de paz y de progreso hacia el desarrollo capitalista, pero para lograr eso debía enfrentarse a la United Fruit Company -compañía norteamericana convertida en dueña de Guatemala y su destino-, también ligada a altos personeros del gobierno nortea americano, principalmente a los hermanos Dulles, quienes dirigieron y asestaron el zarpazo al País de la Eterna Primavera, primavera que desde entonces no ha dejado de ser un infierno de corrupción, narcotráfico, crimen de lesa humanidad, persecución y marginamiento casi total de los indígenas.
Casi inmediatamente de recibir el cargo, Almagro arremetió en contra de Venezuela porque este país había decidido recuperar el petróleo de las manos de las compañía norteamericanas y europeas y devolverlo al pueblo y también había decidido transitar por el camino de la independencia y de la cooperación con los demás pueblos latinoamericanos. No ha parado el traidor en su afán de derrocar al presidente Maduro y para tal fin ha instrumentado a otro títere apellidado Guaidó a quien le ha hecho creer que es el verdadero y legítimo presidente de Venezuela. Junto con este payaso, presidente sin mando, sin territorio, sin pueblo para gobernar, han dilapidado los bienes venezolanos y han apadrinado el bloqueo criminal que Los Estados Unidos impuso al pueblo de Venezuela Bolivariana, incluidos los insumos necesarios para enfrentar la pandemia: vacunas, jeringas, medicamentos, al mismo tiempo que instrumenta grupos de criminales infiltrados para crear el caos y promover crímenes en contra de los venezolanos. No ha podido el pobre Almagro y Guaidó parece que pasa al olvido total.
Intentó doblar el brazo al pueblo boliviano. Fracasó. Tras el golpe avalado por él y con la cooperación de gobiernos traidores, también, como el de Lenin Moreno, otro desvergonzado, pero el pueblo boliviano demostró la firmeza de su decisión de marchar hacia el futuro de desarrollo en paz y libertad, con independencia absoluta. Un año después los bandidos que asaltaron el poder para robar, asesinar, entregar las riquezas bolivianas a los extranjeros fueron totalmente derrotados en las urnas y Bolivia ha vuelto a encaminarse por el camino que marcó Evo Morales.
En Ecuador, Almagro también actuó tras bambalinas para perpetrar la traición a los ecuatorianos y a Correa. Tras el fin de su período ha salido Moreno con la cola quemada y ahora, con la posibilidad de ser enjuiciado en Bolivia por ser partícipe de los crímenes de los golpistas. El Bolivia, los principales criminales que auparon y dirigieron el golpe están tras las rejas, muy pocos huyen pero serán capturados para que respondan por sus crímenes. Entre los que están pendiente de enfrentarse a los tribunales está Almagro.
El otro objetivo de Mr. Almagro es Nicaragua sandinista. Si a estas alturas el gobierno de Nicaragua fuese el somocismo, Almagro se relamería los cachetes con Somoza. Pero como el régimen sandinista transita por el mismo camino que señaló Martí, Sandino, Fidel, El Che, Chávez y otros líderes de Nuestra América, se ha vuelto intolerable para la OEA y su jefe los Estados Unidos.
Quiere Almagro imponerle reglas a Nicaragua de cómo deben ser las elecciones, ignorando de que Nicaragua es un país libre, soberano e independiente. Al mismo tiempo quiere que el gobierno sandinista no aplique las leyes a los vende patria que se han convertido en agentes norteamericanos, a través de sus Organizaciones dizque de desarrollo subsidiadas por Los Estados Unidos de América, para desestabilizar al país, para crear el caos, para provocar la muerte, como ocurrió con el fallido golpe de Estado que intentaron. Despotrican porque no hay libertad de prensa en un país en donde los diarios y los medios están en poder de la oposición y se dedican precisamente a mentir y desfigurar la realidad. Han puesto el grito en el cielo porque el gobierno somete a juicio a quienes han incitado a la intervención extranjera y manejan dineros de dudosa procedencia para conspirar en contra del gobierno electo en elecciones libres y transparentes.
Nicaragua tiene una larga historia de intervención norteamericana que impuso reglas y gobiernos, incluido un norteamericano como presidente. La historia registra la gesta libertadora de Augusto César Sandino que derrotó a los yankees pero que fue traicionado y asesinado cobardemente por Somoza, animalejo feroz que se convirtió en tirano en Nicaragua y en el hijo de puta amado de los gobernantes norteamericanos hasta que el pueblo sandinista, armado de gloria y valor, derrotó a la dinastía criminal e impuso el régimen del pueblo y enfiló en el camino de ese país hacia la verdadera independencia, con un paréntesis lamentable en que los traidores a Nicaragua volvieron a tomar las riendas que fueron recuperadas nuevamente mediante las urnas.
Almagro, actuando como títere norteamericano, ha conseguido una resolución de la fea OEA de condena a Nicaragua. Quiere ponerle bozal a la tierra de Darío. Quiere que vuelva al chiquero y se integre en el grupo de perros falderos en la alfombra del presidente norteamericano. Quiere el retorno del somocismo disfrazado de democracia occidental y cristiana, para eso tiene el apoyo de los curas somocistas en quienes la feligresía nica ya no confía y el respaldo de quienes ahora comen de las limosnas que llegan desde Washington con la obligación de que renieguen de su patria, de Darío, de Sandino y quemen incienso a los Trump o los Biden.
Nada de eso ocurrirá. Nicaragua se ha blindado con la voluntad férrea de su pueblo y con la guía del héroe de las Segovias y la valiente determinación del pueblo sandinista de luchar hasta la victoria total. El pueblo de Nicaragua ahora es dueño de su destino. Atrás quedaron los mandatos de USA y de la Unión Europea. Atrás quedaron las atrevidas intervenciones dirigidas por Almagro a la soberanía de cada país. América Latina se encamina hacia una ruta nueva de libertad. Ahí tienen a Perú que volcado en las urnas derrotó a la criminalidad de los Fujimori. Almagro quizás intente romper la decisión de los peruanos, cosa que le puede costar caro. Ahí tienen al pueblo de Brasil enfrentado al psicópata que les gobierna. Vean a los colombianos hartos de la criminalidad dirigida por Uribe, a los chilenos que dijeron basta a la criminalidad del pinochetismo. América se encamina hacia otra ruta, la de la libertad y la hermandad del sub continente, de Nuestra América, como la llamó Martí. Y con ese abrazo continental, nadie podrá en contra de Cuba, de Venezuela, de Bolivia, de México y de Nicaragua. Mientras tanto se añaden en la senda de los pueblos: Brasil, Colombia, Chile y otros cuya situación interna es ahora una caldera a punto de estallar.
Nicaragua nunca será abatida.
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