Por: Gerardo Villagrán del Corral
Las elecciones el próximo año, en las que no solo elegirán al presidente, sino también a los miembros del Congreso, también podrían determinar si México se prepara para volver a un sistema de partido dominante similar al que el país experimentó con el Partido Revolucionario Institucional (PRI), agrupación que alguna vez fue hegemónica y gobernó durante 71 años ininterrumpidos hasta el año 2000.
Hoy Morena gobierna en 23 de un total de 32 entidades federativas de México, un aumento de las siete que controlaba el partido gobernante al inicio del sexenio en 2018.
El triunfo de Sheinbaum, con cerca del 40 por ciento de intención de voto en las encuestas de Morena, confirma que dos mujeres disputarán por primera vez la presidencia de México, ya que el domingo pasado la senadora Xóchitl Gálvez fue ungida como candidata de una coalición de partidos opositores de derecha y por el momento no se vislumbra un tercer postulante.
De manera inédita y en un país machista, México, a finales del año que viene, va a estar gobernado por una mujer, un cambio extraordinario para el país. El actual presidente Andrés Manuel López Obrador insistió que no tendrá influencia cuando concluya su mandato. “Me voy a retirar por completo”, dijo en marzo. “No soy cacique, mucho menos me siento insustituible; no soy caudillo, no soy mesías”.
Pero seguramente su influencia se extenderá sin importar quien gane la presidencia en 2024. Su base de seguidores es suficientemente grande y leal como para permitirle ejercer influencia significativa y, de ganar, Gálvez podría enfrentar obstáculos con el legado de la actual gestión si buscara revertir sus políticas, como las medidas de austeridad o la participación del ejército en labores sociales, de seguridad e infraestructura.
En el caso el Frente Amplio Va por México, una coalición de derecha entre Partido Acción Nacional (PAN), Partido Revolucionario Institucional (PRI) y Partido de la Revolución Democrática (PRD), el resultado de los sondeos de opinión dió luz verde a la candidatura de Xóchitl Gálvez, tras la declinación de la candidatura de su exponente, la senadora priísta Beatriz Paredes.
Xochitl Galvez, actualmente senadora del derechista Partido Acción Nacional (PAN), adquirió relevancia en la escena política por haber acusado al presidente Andrés Manuel López Obrador de hacer «uso ilegal» durante sus conferencias mañaneras de la información bancaria y fiscal de dos de las organizaciones de las que ella es dueña. De raíces indígenas, origen humilde y ahora empresaria, Gálvez encarna el discurso meritocrático de quienes logran ascender socialmente a partir del esfuerzo personal.
Carece de una gran trayectoria política, pero se inserta en la escena en un momento en que puede llamar la atención de ciertos sectores y viene a revitalizar un partido tradicional, desgastado y que parecía no encontrar quien pueda hacer frente a la retórica de transformación y de no regresar al pasado que propone el oficialismo.
Claudia Sheinbaum, exjefa de Gobierno de la Ciudad de México, trae como antecedente haber conquistado uno de los distritos más grandes (con nueve millones de habitantes) ganó la candidatura presidencial de Morena, el partido que fundó el presidente Andrés Manuel López Obrador.
En la encuesta interna de Morena, la científica se impuso con holgura, con el 39,4 % derrotando al excanciller Marcelo Ebrard (25,6 %); el exsecretario de Gobernación, Adán Augusto López (10 %); el diputado Gerardo Fernández Noroña (12,2 %); y los senadores Ricardo Monreal (6,5 %) y Manuel Velasco (6,3 %). Este proceso, inédito en la historia de México, se tensó luego de que Ebrard cuestionara la validez del proceso y exigiera su repetición horas antes de que se proclamara a la ganadora.
Las fricciones entre Ebrard y Sheinbaum representan una prueba de unidad para Morena, favorito para los comicios de 2024, mayoritario en el Parlamento y gobernante en 23 de los 32 estados mexicanos. Muy popular, López Obrador se jactó el martes de no haber «inclinado la balanza» a favor de ningún aspirante.
«Se acabó el dedazo», dijo López Obrador en alusión a la designación del candidato presidencial. «Al final son los ciudadanos los que van a decidir, entonces tomaron en cuenta mis recomendaciones y ya, todo ha marchado bien y espero que hoy que den a conocer el resultado yo me entere como ustedes», añadió.
“Hoy ganó la democracia. Hoy decidió el pueblo de México”, dijo Sheinbaum, una física de 61 años con doctorado en ingeniería ambiental, durante el anuncio y añadió que su partido, Morena, ganaría las elecciones. “Mañana empieza el proceso electoral”, dijo. “Y no hay un minuto que perder”. Se enfrentará con la contendiente de la oposición unida, Xóchitl Gálvez, que creció en un ambiente de pobreza y luego se convirtió en empresaria tecnológica.
Ambas candidatas se presentan como progresistas en temas sociales, aunque no se identifican explícitamente como feminista; tienen grados universitarios en ingeniería y han dicho que van a mantener los programas de combate a la pobreza de esta gestión, que son ampliamente populares.
Sheinbaum dio muestras de posibles cambios, al mostrar apoyo por las fuentes de energía renovable, mientras Gálvez, que suele andar por la capital mexicana en una bicicleta eléctrica, se ha enfocado en resaltar su origen como hija de una madre mestiza y un padre indígena otomí. López Obrador la ha convertido en la figura central de reiterados ataques verbales, haciendo subir su popularidad.
Ambas apoyan la despenalización del aborto, lo que en el caso de Gálvez, esa postura contrasta con la de su partido conservador. La Suprema Corte de Justicia despenalizó el aborto a nivel federal el miércoles, una decisión que se sustenta en un fallo anterior que le da autoridad a los funcionarios para permitir el procedimiento en todos los estados.
*Antropólogo y economista mexicano, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
Fuente: https://estrategia.la/2023/09/07/mexico-sera-gobernado-por-una-mujer-sheinbaum-o-galvez/
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