“Por la distancia que tenía el Chepo, asumo que el disparo iba directo a mí, porque me pegó en la cara; el Chepo no disparó para arriba, ni para los lados, me apuntó al rostro”. Durante las dictaduras de Lobo y Micheletti la policía asesinó -por intoxicación de gases lacrimógenos- a Wendy Ávila, Olga Uclés y Efraín López; el domingo 7 estuvo a punto de repetirse la historia. “Pienso que el gas lacrimógeno podemos compararlo con un arma de fuego, es parte del terrorismo de Estado, un arma letal que la policía no debiera utilizar”.
El testimonio de Mario Leonel Valle sobre la represión tiene un soporte audiovisual captado por un vecino de la Colonia Carlos A. Flores y todavía se ve el daño físico en el rostro del joven estudiante: “Los policías enfurecidos golpearon a un compañero, el primer policía se bajó de su motocicleta para golpear a Raúl, después el policía ahorcó a un vecino durante 5 minutos, el compañero ya estaba “morado” y el policía no lo quería soltar, incluso el Chepo (uniformado) echaba “baba” de la furia que tenía, a ningún vecino le gustó ver el estrangulamiento y fuimos a defender a nuestro compañero, el policía casi lo mata, si no es por la intervención de nosotros a saber qué hubiera pasado”.
MC.- ¿Qué sucedió durante de la manifestación en rechazo al Cardenal Oscar Rodríguez?
MV.- Llegué porque vi reunidos a mis vecinos, nunca pensé que la policía nos agrediera con tanta crueldad, un policía me disparó la bomba de gas lacrimógeno directo al rostro –usted puede ver que todavía tengo hinchada mi cara-, pensé que me había sacado un ojo y tirado los dientes por el dolor que sentí; eso no debía suceder, los policías golpearon a las mujeres y estrangularon a un vecino.
MC.- A diferencia de otros vecinos que no presentaron la denuncia, ¿por qué tú sí acudes al COFADEH?
MV.- Tenemos que denunciar el abuso de la autoridad y los golpes, pero no sólo a mí, sino las agresiones que sufrieron todos los compañeros de la Resistencia en la Colonia Oscar A. Flores. Sé que en COFADEH nos van a ayudar, es necesario venir a dar el testimonio legal en búsqueda de Justicia.
MC.- Después de que recibiste el impacto de la bomba de gas lacrimógeno en el rostro, ¿te llevaron de inmediato a un hospital?
MV.- Sentí dormida la cara, los vecinos me auxiliaron, lo primero que hicieron fue echarme agua y los compañeros de la Resistencia me llevaron al Hospital Escuela, ahí me dieron atención médica inmediata.
MC.- ¿No fuiste detenido por la policía?
MV.- No, al momento de recibir el impacto me retiré.
MC.- ¿Quién comenzó la agresión?, ¿cómo es que se desató tanta crueldad de los policías?
MV.- Los policías enfurecidos golpearon a un compañero, el primer policía se bajó de su motocicleta para golpear a Raúl, después el policía ahorcó a un vecino durante 5 minutos, el compañero ya estaba “morado” y el policía no lo quería soltar, incluso el Chepo (uniformado) echaba “baba” de la furia que tenía, a ningún vecino le gustó ver el estrangulamiento y fuimos a defender a nuestro compañero, el policía casi lo mata, si no es por la intervención de nosotros a saber qué hubiera pasado. Yo estaba cerca hasta que recibí el impacto en el rostro.
MC.- Por la distancia -5 metros- y la zona de impacto, el policía disparó con alevosía, ¿alcanzaste a ver el ángulo y movimiento del lanzagranadas?
MV.- Por la distancia que tenía el Chepo (policía) hasta donde yo me encontraba, asumo que el disparo iba directo a mí, porque me pegó en la cara; el Chepo no disparó para arriba, ni para los lados, me apuntó al rostro.
MC.- ¿Reconocerías al policía en las fotografías captadas por el vecino arrestado?
MV.- No, porque quedé ciego por los gases lacrimógenos.
MC.- El gas lacrimógeno no está tipificado como arma blanca, ni de fuego; pero durante las dictaduras de Lobo y Micheletti la policía asesinó a tres personas por intoxicación de gas lacrimógeno: Wendy Ávila, Olga Osiris Uclés y Efraín López, ¿qué piensas de las bombas lacrimógenas ahora que estuviste a punto de perder un ojo?
MV.- Pienso que el gas lacrimógeno podemos compararlo con un arma de fuego, es parte del terrorismo de Estado, un arma letal que la policía no debiera utilizar. Imagínese, con la compra de todas las bombas lacrimógenas ¿cuántos litros de leche podrían comprarse para los niños de Honduras?, ¿cuántos alimentos se podrían llevar a las escuelas?, pero no, el Estado prefiere gastar esa plata para reprimir al pueblo, en vez de ayudarnos con alimentación, libros, qué sé yo.
MC.- Después del trauma por el impacto del gas lacrimógeno en tu rostro, ¿sientes miedo o coraje para seguir en la Resistencia y continuar denunciando las violaciones a los derechos humanos?
MV.- La lucha no hay que dejarla, seguiré adelante; la verdad no siento temor, yo voy a continuar en la Resistencia hasta el final, no me atemoriza nada.
MC.- ¿De qué forma conversarás con tus compañeros de escuela lo vivido el domingo 7 de noviembre?
MV.- Insistiré en decirles que estamos viviendo un tiempo muy terrible en el país, por las represiones de las autoridades de facto contra el pueblo. Y sí, me gusta compartir con mis amigos de la escuela cómo está el asunto de la Resistencia y explicarles sobre la defensa de los derechos humanos. Ahora me doy cuenta de la realidad de Honduras.
MC.- Finalmente, ¿profesas el cristianismo?, ¿el Cardenal Rodríguez representa las enseñanzas de Cristo?
MV.- Soy Cristiano, mi familia también. Pero el Cardenal le hace daño al pueblo, el “CardeMal” participó en el golpe de Estado del 28 de junio de 2009, el Cardenal Oscar Rodríguez no merece estar al frente de la Iglesia.
Fuente: http://www.defensoresenlinea.com/
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