Por: Florencia GOLDSMAN
A partir del consenso comunitario Jera fue la primera mujer del grupo que tuvo la posibilidad de trabajar en ese rol con todas las responsabilidades que suele tener un hombre en estos contextos. “Trabajamos tanto los estímulos que vienen de afuera hacia adentro la aldea. El pensar cómo armar los proyectos, cómo trabajar junto con los gobiernos. Y también trabajamos los problemas internos de la aldea. En fin creo que los guaraní bra e yvypurá estamos haciendo historia con esto de tener mujeres en el frente. Está caminando bien”.
¿Tuvo que superar muchos prejuicios para poder lograr una buena interacción con los hombres líderes de tu comunidad?
Si, siento que en el comienzo sufrimos una extrañeza fuerte principalmente de las propias mujeres. De ahí esos cuestionamientos de “¿cómo una mujer va a quedarse con los hombre e ir para aquí y para allá?” Después siento que ellas mismas se sintieron más seguras teniendo a una mujer en el liderazgo.
¿Cómo es vivir en la ciudad de San Pablo y no hablar portugués en una sociedad que parece muy actual, moderna e inclusiva pero que no lo es tanto?
Las comunidades guaraní bra se mantienen muy fuertes. Nosotros fuimos el primer pueblo indígena de tener contacto con la invasión de Europea. Mismo así de hecho mantenemos nuestras tradiciones muy afianzadas y hay gente que aún hoy puede vivir en un mundo muy guaraní. Estamos muy rodeadas por las cosas de las ciudades: televisor , energía eléctrica, internet. En fin: el mundo tecnológico está muy impregnado en la aldea. Habiendo personas que no hablan portugués eso fortalece mucho a la cultura.
¿Sufren discriminación a causa de eso?
No.
¿Qué información llega sobre la Copa?
Muchísima, acabamos de hacer una protesta, junto con otros amigos y un chico que está aquí hicimos una manifestación y levantamos el cartel que trajimos hoy de “demarcación ya”.
_Apropiación del evento y pronunciamiento del mundo_
La apertura de la Copa do Mundo es un espacio de producción de sentidos y de la disputa por valores predominantes. Escenario en el cual también aparecen las fisuras. En medio de las danzas coreografiadas por una artista belga se hizo presente la subalternidad. Esa condición de desigualdad ante la imposición de ideas hegemónicas que se hacen patentes durante este mega evento. “Demarcación ya” decía la bandera roja , por tanto, que definió ese tomar por asalto. Una ocupación de la Copa oficial en un estadio al que accede una élite brasilera e internacional. Con un reclamo urgente: la demarcación de los territorios que pertenecen a los pueblos indígenas, sumada a una reglamentación que permita que dichos derechos sean cumplidos efectivamente.
“Yo no podía entrar con la bandera, pero yo quería, nuestro pueblo quería y precisa. Me lo coloqué en el calzoncillo y sólo lo saqué cuando estaba ya en el medio del campo de juego, porque nosotros vivimos aquí hace mucho tiempo, más de mil años, y queremos nuestra tierra demarcada” declaró Wera Jeguaka Mirĩ.
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