Por: Pablo Giuliano
El expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien debe recibir su primera sentencia en las próximas semanas en la Operación Lava Jato, pidió ayer la anticipación de las elecciones, a las cuales es favorito, y calificó como “esclavitud” el proyecto del gobierno de Michel Temer que tramita en el Congreso para reformar las leyes laborales y jubilatorias.
“Lo que Temer está haciendo no es una reforma, es una demolición“, subrayó el ex mandatario.
En ese marco, Temer espera juntar fuerzas legislativas para dar combate a la denuncia penal que le prepara el fiscal general, Rodrigo Janot, por corrupción y obstrucción de la justicia, algo que debe ser aceptado o rechazado por una votación del Congreso.
El ex presidente Lula (2003-2010) es el favorito en las encuestas para 2018, pero posee cinco causas por corrupción que el sostiene que forman parte de una persecución ideológica del equipo de la Operación Lava Jato, en especial el fiscal Deltan Dallagnol y el juez Sergio Moro.
En ese marco, en diálogo con una radio del estado de maranhao, gobernado por el Partido Comunista del Brasil (PCdoB), el presidente se refirió a la reforma laboral, que aguarda aprobación del Senado y es reclamada por el sector financiero y las patronales industriales. Desde que Temer asumió, 1,5 millones de trabajadores fueron despedidos.
“La reforma laboral está en el camino de destruir todos los derechos laborales conquistados desde la década de 1940, dejando a un trabajador en una situación de casi esclavitud”, dijo Lula, quien apuntó específicamente al artículo que elimina la negociación salarial entre empresas y sindicatos de un sector determinado y deja el asunto en manos de empresa y empleador. “También quieren eliminar la justicia laboral, cuando sabemos que en la gran parte del país la única defensa de un trabajador está en la justicia laboral”, sostuvo.
Lula también fustigó la reforma jubilatoria bajo el argumento de que en los últimos años, a caballo de la crisis económica, aumentó el déficit previsional: “El déficit aparece cuando hay más desempleo y se deja de aportar a la caja jubilatoria. Cuando no se activa la economía, obviamente se genera más déficit, depende de que vuelva a funcionar la economía”.
El ex jefe del Partido de los Trabajadores figura primero en las encuestas pero sus problemas con la justicia pueden inhabilitarlo para 2018. En ese marco, dijo que la opción es que se apruebe una enmienda constitucional para anticipar elecciones o “que se dé curso a un impeachment de Michel Temer” en el Congreso.
Temer y el mercado financiero ganaron un aliado en pro de la aprobación de las reformas: el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) decidió permanecer en la alianza gubernamental para aprobar las leyes de flexibilización.
A partir de julio, el juez Moro debe decidir si un apartamento de la empresa OAS que la fiscalía le atribuyó a Lula tiene relación con tres contratos fraudulentos en Petrobras. “No me asusta si puedo ser preso o no porque para que alguien sea detenido debe cometer un delito, pero los que cometieron un delito son los fiscales que presentaron una denuncia con convicciones pero sin pruebas. Los desafío a que prueben algo contra mi”, advirtió Lula el ex mandatario.
Lula dijo que hay miembros del Poder Judicial que se dejan llevar por los medios y reclamó una nueva forma de elección de jueces en los tribunales superiores, luego del escándalo nacional generado por la absolución de Temer por parte de la corte electoral, que desestimó por 4 a 3 incluir las delaciones de Odebrecht como contribuyentes ilegales de la campaña de 2014 en la fórmula Dilma Rousseff-Michel Temer.
Temer, quien viajará la próxima semana a Rusia y Noruega en visita oficial, es blanco de una nueva avanzada judicial. El fiscal general, Rodrigo Janot, prepara una denuncia penal contra el gobernante, que traicionó a Rousseff el año pasado para destituirla del cargo y se pasó a la oposición.
Temer tiene por delante el panorama judicial referente a la investigación que le abrió el Supremo Tribunal Federal (STF, corte suprema) por corrupción, obstrucción de la justicia y asociación ilícita. Janot debe definir si hace la denuncia contra Temer por el supuesto aval al pago de sobornos registrado en una conversación que mantuvo con el dueño del frigorífico JBS, Joesley Batista, un delator que lo grabó conversando sobre coimas y compra de fiscales y jueces. Batista, el magnate famoso por grabar a Temer supuestamente avalando sobornos, regresó hoy de China para ampliar su delación premiada ante la policía.
Esta crisis iniciada en mayo para Temer tiene sus tiempos judiciales: a partir de la denuncia del fiscal general, el caso debe ser enviado al STF, que a su vez la enviará a la Cámara de Diputados. La cámara baja debe votar (necesita dos tercios) si acepta o rechaza la denuncia, ya que se trata de definir si el presidente será procesado. El trámite parlamentario puede estar listo para fines de agosto y principios de septiembre, y depende del presidente de Diputados y primero en la línea de sucesión presidencial, Rodrigo Maia.
En el gobierno esperan resistencia ya que el Congreso podría salvar nuevamente a Temer de esta acusación: “Lo que está haciendo el fiscal general es una persecución”, dijo Alceu Moreira, el futuro instructor del caso en la comisión de justicia de la Cámara de Diputados. Moreira promete defender a Temer en la votación para determinar si acepta o no la denuncia. Pertenece al mismo sector, el Partido del Movimiento de la Democracia Brasileña (PMDB). El proceso de votación es similar al de un juicio político, pero si es aceptada la denuncia del fiscal el caso será no juzgado por el Senado sino por la corte, con el mandatario apartado por 180 días, hasta tener un veredicto.
Según la TV Globo, Janot, que está reuniendo pruebas en la investigación sobre Temer y la grabación que le hizo Batista, incluirá el caso de Rodrigo Rocha Loures, ex asesor presidencial filmado llevando 500.000 reales dada por JBS supuestamente con Temer también como destinatario.
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