Por: Tony López
El parlamentario colombiano Alirio Uribe denunció en su cuenta de Twiter que el “Paramilitarismo sí existe, sino es el Ejército” este trino del doctor Uribe, lo hace en respuesta a las declaraciones de altos funcionarios del gobierno del presidente Juan Manuel Santos, que niegan la existencia del paramilitarismo, especialmente el ministro de Defensa Luis Carlos Villega, encargado de ordenar a las Fuerzas Militares, combatir a estas bandas criminales. Con este trino el legislador colombiano deja claro que sí no existe el paramilitarismo, entonces las violaciones, asesinatos, desapariciones de personas, son acciones que ejecuta el Ejército.
Las declaraciones del congresista que representa en la Cámara de Representante al Polo Democrático, están basadas en la alarmante cifra de más de 2,600 casos de violaciones a los derechos humanos en el año 2016, denunciados por el prestigioso Centro de Investigaciones y Educación Popular. (Cinep).
El diario colombiano El Espectador, del pasado 3 de mayo da a conocer el informe del Cinep y del Programa por la Paz, que tituló: “El paramilitarismo SÍ existe”. En clara respuesta al discurso del Gobierno y la Fuerza Pública, que ante las denuncias por asesinatos, amenazas y ataques a líderes políticos y defensores de derechos humanos han sostenido que no se trata de casos sistemáticos sino de hechos aislados, y que el paramilitarismo no existe. Según los datos consignados en la investigación, durante 2016 grupos paramilitares amenazaron a 395 personas, ejecutaron extrajudicialmente a 83, hirieron a 44, desaparecieron a nueve y torturaron a 12.
La guerra sucia y la utilización del paramilitarismo por el establichment para el exterminio de los sectores políticos progresistas, democráticos, de izquierda, líderes sociales y defensores de derechos humanos no se han extinguido, muy por el contrario hoy tienen tanta fuerza como cuando en su más amplio esplendor lograron controlar más de 20 departamentos de los 32 que integran la geografía colombiana.
El paramilitarismo cobra fuerza en Colombia luego que el ex presidente y hoy senador Álvaro Uribe Vélez, durante su mandato como gobernador del departamento de Antioquia, con el apoyo del entonces ministro de Defensa Fernando Botero Zea, en el segundo semestre de 1994 promueven una ley para legitimar las llamada Convivir (Cooperativas de Vigilancia Privadas). Fue con estas cooperativas utilizadas por los terratenientes y narcotraficante que se aplica la política contrainsurgente de “tierra arrasada” en numerosas zonas campesinas.
Fue con las Convivir que los paramilitares lograron su despliegue nacional, se consolidaron en Antioquia, establecieron su Estado Mayor en el Nudo de Paramillo y se extendieron por todos los departamentos de la zona atlántica y pacífica, precisamente por donde están las salidas y rutas del narcotráfico.
Es innegable que continúa la guerra sucia, en 2016 se les atribuyen a los paramilitares 550 hechos victimizantes y a actores no identificados otros 833, según la base de datos del Cinep, todos ellos eran líderes populares, dirigentes sociales, políticos de izquierda y defensores de derechos humanos. En los que ha transcurrido de este año, varias decenas de estos líderes han sido asesinados o desparecidos por los paramilitares, los que utilizan diversos nombres, como “Aguilas Negras”, Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), “Los Rastrojos” y los “Urabeños” entre otros.
Con el desarme de la insurgente FARC-EP, el paramilitarismo ha ido ocupando el territorio dejado por estos y lo más preocupante para esa población campesina es que el Gobierno no toma medidas y niega las graves violaciones de derechos humanos y los crímenes que estas bandas continúan cometiendo.
Según el Cinep el fenómeno del paramilitarismo no ha desaparecido en Colombia. Archivo cortesía del “El Espectador”.
Tony López, Periodista, politólogo y analista internacional.
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