Mañana, domingo 20 de junio, se definirá cual habrá de ser el nuevo presidente que rija los destinos de una Colombia sufrida pero resistente. Dos son los ¿contrincantes? que deberán desempatar, en segunda vuelta, para llegar al mismo proyecto, a la misma escandalosa política que mantenga estampada la vergüenza en esa región al norte del sur.
Uno de los candidatos encarna la continuidad de Uribe: Juan Manuel Santos Calderón, el otro: Aurelijus Rutenis Antanas Mockus Šivickas, también.
Del primero podemos decir que se trata del candidato del Partido Social de Unidad Nacional, abreviado como Partido de la U (de Uribe, por supuesto).
Violador de territorio hermano, apoyo irrestricto del aparato paramilitar como su socio U, genocida y repulsivo como corresponde a quien se incline por esa tendencia política que aplica la irracionalidad bajo el disfraz de ley y lo hace a sangre y fuego.
Continuando dentro de los parámetros de la farsa electorera, Santos se comprometió a garantizar el orden y todos los beneficios imaginables y no imaginables, que no realizó su impulsor. ¿Licitarán la compra de nuevas motosierras?
El segundo candidato en esa parodia de la democracia, es un tipo “gracioso” como debe serlo un buen bufón de corte, que asegura: “heredo del presidente Uribe una serie de resultados, de transformaciones importantes” agregando “voy a construir sobre lo construido…” Estas aseveraciones dan lugar a que podamos asegurar que de llegar a calzar la banda presidencial no será sino uno más dentro de esa banda de delincuentes que mañana continuarán en el poder.
Antanas, como se lo conoce, piensa que “si queremos empleo es más fácil crearlo sin todas las garantías…” y vaya uno a saber que está diciendo, pero lo que sí entendimos bien es que seguirá con la ola de privatizaciones ya en movimiento.
No se puede negar su cualidad de excéntrico a la que podemos agregar la de ridículo, que no dudó en tomarse los genitales frente a una multitud abucheadora, así como tampoco dudó en bajarse los pantalones mostrando su rosado trasero en la Universidad Nacional cuando también era abucheado por un grupo de estudiantes. Es evidente que quienes no compartan su ridiculez gozarán de la visibilidad de sus partes íntimas, como para que nadie dude que cuando nació “macho, gritó la partera”.
Este candidato pretende ser el contrincante, pero no tanto, de Santos-Uribe. Impulsor de la “hora zanahoria” para limitar el consumo de alcohol durante los fines de semana, por lo cual habría menos conductores ebrios y con más caroteno.
Candidato que aparece en público con trajes de superhéroes y que ahora se unió a la política de los “tres huevos” de Uribe, gallo bravo, que pisó a la gallina Doña Rumbo*.
Queda demostrado, entonces, que quien sea el rector del destino colombiano durante los próximos años y bajo el ala de Doña Rumbo, Uribe y sus huevos, sostendrán la Seguridad Democrática de manera que pueda seguir asesinando a mansalva a todo aquel, aquella, que se manifiesten contra la guerra, el hambre, la exclusión, las persecuciones, las 7 bases gringas instaladas con el imperio y todo tipo de calamidades que gestaron un nuevo virus: Sant-ur-antanas, de altísimo poder exterminador de todos y todas los que no tengan aceitadas las rótulas para la genuflexión impuesta y ordenada.
Cuando en las elecciones del 30 de mayo se definió que ambos iguales irían a segunda vuelta, vimos a un Mockus reunido en la celebración por su posicionamiento -gracias a la abstención que fue la ganadora indiscutible del evento- frente a docenas de girasoles agitados por los simpatizantes de su partido Verde y que son el símbolo de su campaña, aunque no se si no habrá en esa Ola Verde, como él mismo denomina a su hazaña, algún resabio de cannabis sativa procesada y consumida.
Se lo vio al líder comenzar una serie de cánticos, como por ejemplo “yo vine porque quise, a mi no me pagaron, “sí, se puede”, “la unión hace la fuerza”, “no es un sueño, es un hecho” y a un coro de zombis repitiendo como autistas, mientras los girasoles se agitaban en medio del paroxismo triunfalista.
Imagen patética, uno creía estar mirando a una secta lava cerebros como las que crea y sostiene la CIA para dominar al mundo y que son tan peligrosas por su propagación y automatización de los cerebros humanos.
Durante los días siguientes al trance de Mockus contrastando con la ácida seriedad de Santos, las noticias daban cuenta de más asesinados, más despedazados, ausencia de tolerancia en la llamada “democracia” colombiana aniquiladora del pueblo.
Luego los huevos de Uribe, la gallinita Doña Rumbo y Mockus uniéndose a la pareja en una trilogía del horror, con lo cual queda definitivamente demostrado que si Santos gana esta elección, Colombia seguirá en medio de un gallinero con “gallitos” desangrado el pueblo que siempre es el que pone las víctimas, mientras que si esta elección la gana Antanas Mockus, también…
Digamos entonces que mañana 20 de junio de 2010, la consigna será: “Antanas- Santos-Uribe, un mismo corazón. Los huevos de Uribe y Doña Rumbo se aprestan a celebrar la victoria de la muerte sobre la vida, acompañados por una Ola Verde que no es de esperanza.
Colombia continuará su ruta de dolor, el virus Sant-ur-antan está instalado,
triste destino el de esa hermosa tierra.
Tan triste como el destino de Nuestra América y sus 7 llagas, asentadas en Colombia, que no paran de sangrar gracias a la lacra contaminante que se une para seguir a fondo el destino articulado desde lejos.
Ingrid Storgen
19 de junio de 2010
* Álvaro Uribe ha reiterado en estos días que sus políticas básicas “son tres huevos” que empolla una gallina que ha bautizado Doña Rumbo.
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