Desde la llegada de la izquierda al poder en Uruguay, que rompió la hegemonía bipartidista del Partido Nacional y el Partido Colorado que dominaba históricamente la política uruguaya, las inversiones de argentinos en el vecino país crecieron más que en las últimas dos décadas. Según la Agencia Nacional de Desarrollo de Inversionnes (ProsperAr), Uruguay se convirtió en el segundo destino del mundo elegido por las multinacionales argentinas, a la hora de abrir filiales fuera del país, después de Brasil y antes que Chile. Desde inversiones de agronegocios, inmobiliarias, alimenticias, laboratorios, nadie se resiste. Incluso, hasta los depósitos argentinos en el Uruguay siguen en alza, al 31 de diciembre pasado el saldo era de 2.957 millones de dólares, lo que indica un aumento de 494 millones de dólares y representa una suba del 20,1 por ciento más que en el 2008. A esto se suma que el 90 por ciento de las nuevas cajas de seguridad abiertas en los últimos meses, también pertenecen a argentinos. El presidente electo “Pepe” Mujica lo sabe y ya anunció que continuará con esta política de seducción. Por eso el miércoles, junto a Danilo Astori, se reunió con 1480 empresarios en el Hotel Conrad de Punta del Este, de los cuales 402 eran empresarios e inversores argentinos que pagaron 100 dólares para escuchar la conferencia “Los empresarios en el Proyecto Nacional: desarrollo y reducción de la pobreza”.
El encuentro fue organizado por la Cámara de Comercio Argentino-Uruguaya presidida por Juan Carlos López Mena (titular de Buquebus), la Unión de Exportadores y la Cámara de la Construcción. Nadie quiso faltar a la cita, desde el presidente de Fiat, Cristiano Rattazzi; los Bulgheroni; el titular de la Corporación América, Eduardo Eurnekian; el titular de la Unión Industrial Argentina (UIA), Héctor Méndez y hasta los Werthein, accionista de Telecom. Mujica fue al grano: “Van a tener leyes claras y tangibles para propiciar un ámbito oportuno de inversiones”, prometió y redobló la apuesta: “No se va a expropiar, ni se doblarán los lomos con impuestos”, dijo ante la atenta mirada de los comensales que degustaban una entrada de rosace de jamón crudo y queso de cabra, con hojas de rúcula. Luego siguieron con un plato principal de filet de lomo con salsa de vino tinto, diamantes de papas y vegetales. Como cierre, a la hora del postre, un cheesecake de dulce de leche, crocante de cacao y salsa de chocolate. Mujica agregó: “No sólo vengan a invertir, vengan a vivir a Uruguay”.
Para no herir susceptibilidades advirtió: “El uruguayo que no cultiva una relación con el pueblo o con el gobierno argentino, no trabaja a favor de los intereses uruguayos”, aseguró el presidente electo del país vecino. Y para que no queden dudas, insistió: “Venimos de la misma placenta, cuando ustedes se resfrían nosotros nos engripamos”.
Las razones por las que cada vez más los empresarios locales deciden cruzar el charco son varias: las compañías pueden recuperar a través de la exención de impuestos hasta el 100 por ciento de la inversión realizada, se le da un trato igualitario a los capitales, les permiten girar sus ganancias al exterior, no existen límites a la hora de que un extranjero compre desde hectáreas hasta una empresa privada, ya que para Uruguay, no hay activos estratégicos. Y como si esto fuera poco, además rige el secreto bancario, que el nuevo presidente prometió en campaña eliminar. El aluvión de inversiones parece imparable y “Pepe” Mujica aprovecha el envión y alienta cada vez más el desembarco.
Hasta Marcelo Tinelli se presentó, en noviembre pasado, a una licitación para la explotación de 29 salas de juego en distintos centros turísticos uruguayos. A través de la firma Kaskira S.A. que ya opera en la Argentina el hotel casino Mayorazgo de Paraná, sueña con construir hoteles, además de salas, en las ciudades de Maldonado, Colonia, Durazno, Paysandú, Florida, Soriano, Rocha, Cerro Largo y Artigas. Antes de marzo se conocerá la propuesta ganadora. La inversión requerida es de 80 millones de dólares y según el pliego de licitación, si Kaskira gana, embolsará el 42 por ciento de la facturación de los casinos en cuestión. Pero no es la primera vez que Kaskira invierte en Uruguay: en octubre del 2008 había adquirido el 25 por ciento del casino Raddison de Colonia. Su vínculo con Tinelli estaría dado por un acuerdo publicitario con Ideas del Sur, la productora del conductor.
La lista de famosos argentinos que eligió Uruguay como destino de sus inversiones es extensa. Desde Valeria Mazza y su esposo Alejandro Gravier que tienen la Finca Valeria desde fines del 2008 hasta Eduardo “Pacha” Cantón uno de los precursores, dueño del exclusivo country El Faro de Carmelo y emprendimientos inmobiliarios y gastronómicos. Cantón, quien fue indagado en la causa por presunto lavado de dinero en la que se investigan las inversiones del magnate árabe Gaith Pharaón en Argentina, fue quien alentó la construcción del hotel cinco estrellas a pocos kilómetros de Carmelo. Otro empresario también cuestionado que invirtió en Uruguay, fue Federico Bonomi (dueño de Kosiuko), acusado de usar talleres ilegales, cuenta con olivares, con planta de procesamiento incluida, además de 52 hectáreas en la zona de Nueva Palmira en Colonia, para la construcción de un club de campo. Algunos con currículum, otros con prontuarios, pero todos buscan el Este también a la hora de disfrutar del descanso. Alan Faena; el mismísimo Gaby Álvarez; Mirtha Legrand; Susana Giménez; el retornado Nicolás Repetto; la dibujante Maitena y hasta el presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Hugo Biolcati que prefiere Carmelo para pasar los fines de semana y llega siempre en un avión piloteado por su esposa.
Justamente los productores argentinos apostaron fuerte al campo uruguayo que ya tiene el récord de expansión de soja en la región.
“En la zafra 2001-2002 había sólo 28.900 hectáreas sembradas con soja; en la del 2007-2008 ya eran 450.000 hectáreas, pero se cree que puede llegar al millón. Dicha expansión llegó de manos de productores mayoritariamente argentinos debido al bajo costo de las tierras y a la ausencia de impuestos nacionales de exportación (retenciones) y por las buenas condiciones agroecológicas”, señala un estudio de alumnos de la facultad de agronomía de la Universidad de la República de Uruguay. El 60 por ciento de todas las tierras destinadas a la agricultura están invadidas por la soja que se expande como plaga. “Los pools de siembra -que son principalmente argentinos- concentran el 77 por ciento del volumen de la soja comercializada en Uruguay. En los últimos años manejaron alrededor de 180.000 hectáreas de agricultura. La tenencia de la tierra de estos actores es a través del arrendamiento, esto da a entender el poco compromiso por parte de estas empresas a respetar la sustentabilidad de los recursos utilizados, así como también a entender lo volátil de los negocios del cultivo sojero”, dice el estudio. Según la Cámara de Comercio Uruguayo-Argentina, el aumento de la producción sojera en Uruguay creció 50 veces desde la campaña 1999/2000.
La empresa agropecuaria El Tejar comenzó arrendando y hoy adquirió tierras en los cuatro países donde opera: Argentina, Uruguay, Bolivia, Brasil y recientemente, Paraguay. Comandada por Oscar Alvarado, presidente de la Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (AACREA), no sólo es una de las principales compañías de producción de commodities del mundo, sino que El Tejar es el principal inversor argentino en el país vecino. Cuenta con 75.000 hectáreas y tiene planes de llegar a las 100.000 en poco tiempo más. Los Grobo, empresa perteneciente a Gustavo Grobocopatel, lo sigue de cerca. Llegaron a Uruguay a través de un socio local, Agronegocios del Plata (ADP), una compañía que provee servicios, produce y comercializa granos. Se consolidaron como el segundo exportador de granos de ese país.
Los Bulgheroni -dueños de la petrolera Bridas y del 40 por ciento de Pan American Energy- compraron dos predios que totalizan 9.000 hectáreas en la zona de Durazno, a 183 kilómetros al norte de Montevideo y pagaron una suma de 40 millones de dólares. El objetivo de la adquisición realizada el año pasado es desarrollar un emprendimiento lechero que requeriría unos 70 millones de dólares más, según publicó el diario El País de Montevideo. Alejandro Bulgheroni cuenta también con Agroland que tiene 3.500 hectáreas productivas, ubicada en Pueblo Garzón en Rocha. Se dedican a cultivos industriales -olivos, vid, almendros, castaños-, viveros olivícolas y forestales, forestación, ganadería y su última inversión es en el rubro energético, con un parque aeólico de 20 MW. Pero los Bulgheroni quieren pisar cada vez más en Uruguay, Alejandro se asoció a Carlos Pulenta y abrirán una bodega en Garzón, al lado del restaurante de Francis Mallman.
Manuel Santos Uribelarrea (h), considerado como el otro rey de la soja, de la empresa familiar MSU que se dedica a la producción agropecuaria, también llegó a Uruguay. Su fuerte es el arrendamiento de campos de terceros. Otro caso es Granja Tres Arroyos, una de las empresas avícola argentinas más grandes, desembarcó con la compra de Granja Moro y su idea es convertirse en el principal exportador de pollos de Uruguay. Otros de los principales jugadores argentinos que apuestan fuerte a Uruguay son las empresas Kilafen y Garmet (del Grupo Pérez Companc). Tampoco se quedan atrás semilleras como Klein Semillas, especializada en genética de trigo y Buck Semillas. Ambas tienen previsto invertir del otro lado del charco.
En todos los sectores, la inversión de argentinos es avasallante.
En un relevamiento realizado en el mes de enero en Punta del Este, la empresa Reporte Inmobiliario registró que existen 54 obras en construcción o recientemente terminados. “En términos generales el 60 por ciento de lo que está en marcha o recién se estrena proviene de capitales argentinos. Si bien en los últimos años hubo un avance de los brasileños, siguen llegando inversiones que no sólo provienen de Buenos Aires, ahora se suman inversores del interior del país, de Córdoba y Rosario principalmente”, explica el arquitecto Germán Gómez Piccaso director de Reporte Inmobiliario.
La zona donde más se concentra la inversión es en los alrededores del Hotel Conrad y lo que rodea a Roosvelt. Le Park está en Lobos, haciendo la segunda torre en Playa Brava. Argencons terminó un desarrollo en Punta Ballena y ahora se pasó a Playa Brava. Son los mismos de las torres Quartier. También el empresario argentino Eduardo Gutiérrez, con el Grupo Farallón, está haciendo el proyecto Silente sobre Playa Brava. La ecuación es fácil, en Punta del Este los precios de los inmuebles a estrenar aumentaron un 15 por ciento en dólares, mucho más que en cualquier zona de Buenos Aires. “En 2006, el valor promedio del metro cuadrado era de 1897 dólares para nuevos desarrollos y edificios a estrenar. Hoy es de 3.110 dólares. Mientras que en Buenos Aires el precio del metro cuadrado promedio a estrenar en el 2006 era de 1.580 dólares y hoy, está en los 2.200 dólares. Esto hace que de los 10.000 millones de dólares por año que se destinan a desarrollos inmobiliarios, un 60 por ciento provenga de argentinos”, señala Gómez Picasso de Reporte Inmobiliario.
Otros ejemplos son: Eduardo Constantini, titular de Consultatio y principal referente del sector inmobiliario premium, eligió Rocha para crear el emprendimiento “Las Garzas” del estilo de Nordelta. Tan sólo en una tarde recaudó casi 30 millones de dólares en la preventa de sus terrenos. Se escrituraron 130 lotes con valores que rondaban desde los 60 dólares el metro cuadrado hasta los 250 dólares. También el grupo argentino Related International comenzó un proyecto en la zona de José Ignacio, la idea es hacer casas de alta gama y un hotel cinco estrellas. La lista sigue.
Otra de las próximas grandes inversiones será la que realice Corporación América, controlada por Eduardo Eurnekian, que presentó a la intendencia de Montevideo un proyecto para la construcción de una vía rápida que unirá el centro de la ciudad con la zona de Carrasco. La obra demandará una inversión de 170 millones de dólares en un plazo de 36 meses. Eurnekián ya había incursionado a través de Puerta del Sur, la concesionaria del aeropuerto internacional de Carrasco que fue reinaugurado con una inversión de 165 millones de dólares. También adquirió en 2006 la cadena de farmacias y perfumerías San Roque que ya tiene 24 sucursales. Hace pocos días también se conoció que Eduardo Eurnekian y su sobrino Martín donaron 54.000 dólares y se convirtieron en los mayores aportantes privados de la campaña de Mujica. La suma duplicó lo que también ambos donaron a la oposición. El tercer mayor inversor en la campaña del Pepe fue la metalúrgica argentina Tenaris, del Grupo Techint.
Ni Francisco de Narváez se quiso quedar atrás. A mediados del año pasado le compró a Robin Henderson la cadena de supermercados Tienda Inglesa, con sede en Montevideo, pero también hipermercados en Atlántida y Punta del Este y dos filiales en el exterior, una en Estados Unidos y otra en Alemania, según un informe de Deal Watch. En total, la cadena tiene 2.300 empleados y según estimaciones de medios uruguayos, la operación se abría cerrado por 100 millones de dólares. Quizás se hizo en la misma época en que acá hacía campaña y prometía la generación de nuevos puestos de trabajo y alentaba a invertir en el país.
El desembarco de la marca china de automóviles Chery fue impulsado gracias al grupo Socma, de la familia Macri. Los modelos se arman en Uruguay y se exportan a Argentina y Brasil. Molinos Río de la Plata también llegó a Uruguay en el 2001, de la mano de Perez Companc. San Miguel, hoy primer exportador de cítricos de Uruguay y Argentina arribó en 2003. Issue Group adquirió una planta en 2006. Banco Macro desembarcó en Uruguay en el negocio de los fideicomisos financieros al comprar en el 2006, el 51 por ciento de Red Innova que se dedica a los fideicomisos financieros. Una de las empresas más activas del 2007 fue Forestadora Tapebicua, que adquirió la papelera Fanapel. Acindar, Arcor, Arredo, Benito Roggio, los laboratorios Bagó, Gador y Roemmers, Multicanal, Molino Cañuela y Sancor Seguros, también están en tierra charrúa.
Analizando las franquicias argentinas que deciden cruzar las fronteras e ir al exterior, eligen a Uruguay como principal destino con un 13 por ciento, seguido por Brasil en un 10 por ciento y Paraguay con un 9 por ciento, según el estudio Canudas. Así es como marcas como Bonafide, Kosiuko, Freddo, Bensimon y Ricky Sarkany, ya plantaron bandera en Uruguay. La histórica marroquinería Casa López también inauguró una boutique de 80 metros cuadrados dentro del Conrad de Punta del Este.
No hay manera de medir el total de todo lo que los empresarios argentinos lleva invertido en Uruguay, pero las cifras son millonarias. Todos caen seducidos por el encanto de la izquierda “tupa”, aunque acá muchos prefieran acercarse a la derecha. Curiosidades de la burguesía nacional.
Informe: Jorge Repiso
Comentario