En una entrevista “Mujica muestra su alma”, efectuada (14/3/2010) por el Diario Nacional Los Tiempos de Cochabamba (Bolivia) declara que:
“Está convencido de que el uso de la violencia sólo envenena y que, por más que se retrase concretar los ideales, mejor es ir lento captando votos que agarrándose a los tiros”. “Las FARC están metidas en una aventura diabólica. Todos nosotros desearíamos que la FARC desembocaran en un movimiento político. Lamentablemente su lucha actual está contaminada por el narcotráfico”.
“No reniega de lo que ha hecho, pero sí está convencido de que no hay utopía alguna por la que valga la pena sacrificar vidas humanas de una o dos generaciones como sucedió en la región en los 60 y está convencido de que “la humanidad saldrá de la prehistoria el día en que abandone el recurso de la guerra para superar sus diferencias”. (Los Tiempos)
Mujica, políticamente, no hubiera tenido protagonismo si no hubiera recorrido el camino de “las armas a las urnas” y además, si en ese camino no se hubiera despojado del programa histórico de liberación nacional y social, convirtiéndose en un renegado de izquierda y cómplice de las políticas imperiales neoliberales.
En su afán de mostrar sumisión a la gran burguesía, no solamente administra sus intereses, sino que también niega ideológicamente el papel de la violencia revolucionaria como “partera de la historia”. No solamente la clase trabajadora bajo su gobierno es expoliada violentamente con salarios mínimos de $ 4771.- (monto votado por las bancadas frenteamplistas) y jubilaciones mínimas de los trabajadores del ayer de $ 3200.-(monto fijado por la administración progresista), y que cerca del 80% de los trabajadores no pagan IRPF pues no llegan al monto mínimo imponible de $ 13.608.- (tercera parte de la canasta familiar que trepa a 39 mil pesos), sino que predica el rechazo a la violencia liberadora, a la violencia revolucionaria, a la violencia justa, para tratar de convertir a la clase trabajadora en esclavos modernos.
EL MANIFIESTO COMUNISTA
Para la clase trabajadora, el Manifiesto Comunista de 1848, elaborado por Marx y Engels resume los objetivos, el programa y el método de liberación del proletariado y en su parte final, textualmente dice:
“Los comunistas consideran indigno ocultar sus ideas y propósitos. Proclaman abiertamente que sus objetivos sólo pueden ser alcanzados derrocando por la violencia todo el orden social existente. Que las clases dominantes tiemblen ante una Revolución comunista. Los proletarios no tienen nada que perder en ella más que sus cadenas. Tienen, en cambio, un mundo que ganar.
¡PROLETARIOS DE TODOS LOS PAISES, UNIOS!”
Los actuales dirigentes del Partido Comunista del Uruguay, aliados estrechos del Movimiento de Participación Popular, primera fuerza política de la aventura progresista, hicieron “mutis por el foro”, acerca de las declaraciones del Presidente renegado de izquierda.
ANTI-DUHRING (ENGELS): TEORIA DE LA VIOLENCIA – CAPITULO IV – CONCLUSIONES
“Para el señor Duhring la violencia es el mal absoluto, para él, el primer acto de fuerza es el pecado original, y todo su alegato se reduce a una jeremiada sobre la mácula que representa para toda la historia, hasta nuestros días, ese pecado y sobre la infame distorsión de todas las leyes naturales y sociales causada por ese poder satánico que es la violencia. Pero el señor Duhring nada dice acerca de que la violencia desempeña a la vez, en la historia, un papel muy distinto, un papel revolucionario, y, para decirlo con las palabras de Marx, el de comadrona de toda vieja sociedad que lleva en su entraña otra nueva, de instrumento por medio del cual el movimiento se abre camino y hace saltar, hechas añicos, las formas políticas fosilizadas y muertas. Unicamente reconoce, entre suspiros y gemidos, que acaso para derrocar el régimen de explotación no haya más remedio que recurrir a la violencia, por desgracia, añade, pues el empleo de la violencia desmoraliza siempre a quien la utiliza. ¡Y nos dice esto, a pesar del elevado ascenso moral y espiritual que produce siempre toda revolución triunfante!”
EL ESTADO Y LA REVOLUCION – LENIN – CAP. IV – LA EXTINCION DEL ESTADO Y LA REVOLUCION VIOLENTA
“Ya hemos dicho más arriba y demostraremos con mayor detalle en nuestra ulterior exposición, que la doctrina de Marx y Engels sobre el carácter inevitable de la revolución violenta se refiere al estado burgués. Este no puede sustituirse por el Estado proletario (por la dictadura del proletariado) mediante la “extinción”, sino sólo, como regla general, mediante la revolución violenta. El panegírico que dedica Engels a ésta y que coincide plenamente con reiteradas manifestaciones de Marx (recordemos el final de Miseria de la Filosofía y del Manifiesto Comunista con la declaración orgullosa y franca sobre el carácter inevitable de la revolución violenta; recordemos la crítica del programa de Ghota de 1875, cuando ya habían pasado casi 30 años, en la que Marx fustiga implacablemente el oportunismo de este Programa, dicho panegírico no tiene nada de “apasionamiento”, ni de declamación, ni de salida polémica. La necesidad de educar sistemáticamente a las masas en ésta, precisamente en esta idea de la revolución violenta, constituye la base de toda doctrina de Marx y Engels: La traición cometida contra su doctrina por las corrientes socialchovinista y kautskyana imperantes hoy se manifiesta con singular relieve en el olvido de unos y otros de esta propaganda, de esta agitación. La sustitución del Estado burgués por el Estado proletario es imposible sin una revolución violenta”
PROBLEMAS ESTRATEGICOS DE LA GUERRA REVOLUCIONARIA DE CHINA – MAO
CAP. 2 – EL OBJETIVO DE LA GUERRA ES ELIMINAR LA GUERRA.
“La guerra, ese monstruo de matanza entre los hombres, será finalmente eliminada por el progreso de la sociedad humana y lo será en un futuro no lejano. Pero sólo hay un medio para eliminarla: oponer la guerra a la guerra, oponer la guerra revolucionaria a la guerra contra-revolucionaria, oponer la guerra revolucionaria nacional a la guerra contra-revolucionaria nacional, y oponer la guerra revolucionaria de clase a la guerra contra-revolucionaria de clase. La historia conoce sólo dos tipos de guerras: las justas y las injustas. Apoyamos las guerras justas y nos oponemos a las guerras injustas. Todas las guerras contra-revolucionarias son injustas; todas las guerras revolucionarias son justas. Con nuestras propias manos pondremos fin a la época de las guerras en la historia de la humanidad y la guerra que ahora hacemos es indudablemente parte de la guerra final.” “Cuando la sociedad humana progrese hasta llegar a la extinción de las clases y el Estado, ya no habrá guerras, ni contra-revolucionarias ni revolucionarias, ni injustas ni justas. Esa será la era de la paz perpetua para la humanidad”.
DOCUMENTO N. 1 – MOVIMIENTO DE LIBERACION NACIONAL TUPAMAROS – CAPITULO IV – CONCLUSIONES GENERALES – junio 1967.
” 1 – En Nuestro país hay condiciones objetivas para la acción revolucionaria
2 – En nuestro país no hay condiciones subjetivas (conciencia, organización, dirección)
3 – Las condiciones subjetivas se crean luchando
4 – Descartamos la posibilidad de tránsito pacífico hacia el poder, en nuestro país (pensamos en términos de años y no de siglos)
5 – La única vía para la liberación nacional y la revolución socialista será la lucha armada. No hay casi posibilidades de radicalización de la lucha de clases que no desemboque en la violencia. Las verdaderas soluciones para nuestro país implican un enfrentamiento directo y violento con la oligarquía y sus órganos de represión. La lucha armada no sólo es posible en el Uruguay, sino imprescindible, única forma de hacer la revolución.
6 – La lucha armada será la principal forma de lucha de nuestro pueblo y a ella deberán supeditarse las demás.
7 – La lucha armada no será solamente instrumento para el asalto del poder burgués, sino que, como el resto de América Latina, será el mejor instrumento para la movilización de las masas, el mejor instrumento para crear condiciones revolucionarias”…
Si desde Artigas hasta Raúl “Bebe” Sendic, pasando por los defensores de la heroica Paysandú y los levantamientos saravistas, se hubieran dedicado a captar votos en vez de andar a los tiros, no se hubiera gestado la construcción colectiva heroica de nuestra patria, que como todas las sociedades de clases, es la historia de la lucha de esas clases, teniendo a la violencia como partera de la historia.
A Mujica como en el tango “las luces del centro le hicieron meter la pata”
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