Agrega que pese al “momento favorable” que atraviesa la economía del país “no está claro que con los actuales mecanismos que lleva adelante el gobierno se pueda acelerar el proceso de distribución de la riqueza”.
“La economía sigue creciendo a un ritmo mucho más acelerado que los salarios y pasividades y más de 800.000 trabajadores todavía perciben salarios por debajo de los 10.000 pesos (500 dólares)” – hay que tener en cuenta que la canasta básica familiar se sitúa en Uruguay en 40.000 pesos, o sea que un matrimonio que perciba estos salarios apenas llegaría a cubrir la mitad de la misma.
Casi 500.000 trabajadores carecen de la cobertura social, unos 130.000 están sub-ocupados y 100.000 desocupados, lo que habla también de una baja calidad del trabajo generado.
Red de Economistas de Izquierda
Unos días antes de este informe de coyuntura del Instituto Cuesta Duarte la organización mencionada en el título lanzó el libro “La Torta y las Migajas”, en el cual valoran y analizan desde una perspectiva social, económica y política, el primer gobierno del Frente Amplio (2005-2009), como también los seis meses que van del segundo.
En el panorama económico y social 2005/2010, aprecian que el crecimiento del PBI que fue del 25,1 en un país que en los últimos 50 años previos había crecido a una tasa de apenas 1 % anual per cápita, es un hecho positivo.
Este importante crecimiento económico tuvo una locomotora – el alza de los precios externos de los principales productos de la exportación, básicamente alimentos, y con mínimo procesamiento.
Un aspecto clave que define el período – la consolidación de la economía uruguaya como productora de materias primas. Esto se da por una doble vía 1) auge del capitalismo en el agro, 2) y una muy fuerte presencia del capital extranjero.
El enriquecimiento de los terratenientes de 2003/2009 – tuvo un aumento de riqueza en tierras que fue de 30.790 millones en dólares (sin incluir ni rentas ni ganancias de explotación), con las cuales tengo entendido que subirían en 9.000 millones más.
El Estado uruguayo solo recaudó un 1,2 % de este aumento sideral de riqueza de los terratenientes, por concepto de impuestos, 380 millones en dólares. La reforma fiscal uruguaya mantiene la liberación del Impuesto al Patrimonio (precisamente esta riqueza en tierras) y grava básicamente al trabajo, (sectores medios y trabajadores calificados) pero beneficia al capital (incluso le bajó las tasas impositivas) , y mantiene el IVA como recaudador esencial, esto apunta a una conclusión implacable: el gobierno favoreció al Capital.
En lo referido a la segunda vía – el Capital Extranjero. El gobierno consolidó una apertura indiscriminada hacia estos capitales. Al inicio mantuvo el Sistema de Zonas Francas que luego amplió, pero con la nueva Ley de Inversiones todo Uruguay se convierte prácticamente en una Zona Franca (ZF). En palabras del propio vice-presidente Astori, esto se confirma… “El actual régimen de promoción de inversiones incluye estímulos que se acercan muchísimo a los que se obtienen en materia de Zonas Francas”.
De 1999 a 2004 gobierno anterior al primero del FA, de Batlle, el promedio anual de inversión extranjera directa (IED) ingresada al país fue de 292 millones de dólares. A partir del 2004, primer gobierno del FA, el crecimiento de la IED fue enorme:
2005 – 847 millones de U$S
2006 – 1.493 Idem
2007 – 1.329 Idem
2008 – 1.849 Idem
2009 – 1.139 Idem
Estas inversiones son muy importantes no solo en la historia de Uruguay, sino que en el marco sudamericano. En proporción al PBI, de 2007 al 2009, los principales países receptores de América del Sur como Chile, tienen una relación entre IED/PBI de un promedio de 8%. Perú, Uruguay y Colombia la tienen de un 5 %.
Brasil, uno de los principales receptores de IED en términos absolutos, tiene una relación del 2 %.
Esta IED se concentra en los Sectores Industriales Intensivos en el uso de Bienes Comunes (pasta de celulosa, industrias alimenticias – en especial cárnicas y farináceas y arroceras. Este proceso incorporando energéticos y minerales, es común a toda América Latina.
Capitalismo en Crisis
En el mundo el capitalismo está en crisis, pero en América Latina “se compra todo”. Esto genera la desnacionalización más importante de nuestras economías por lo menos en un siglo.
Si bien se dice que la Inversión Directa Extranjera (IDE) es necesaria porque aporta el capital que en América Latina no existe, lo real es exactamente lo contrario: vienen para llevarse capital aumentado en las ganancias obtenidas. ¿Qué dejan en nuestros países?
Capital Financiero
Al Fondo Monetario Internacional se le pagó su deuda al contado.
En el presupuesto nacional los pagos de intereses de la Deuda Externas son la Primera Prioridad, y luego con el resto se atienden salarios, educación, inversiones, salud, étc.
Mediante esta política de Equilibrios Macroeconómicos (solo financieros) el gobierno se ha esforzado por mantener su aval internacional.
Primarias conclusiones
La obra la Torta y las Migajas de la Red de Economistas de Izquierda que en algunas de sus ponencias acabamos de delinear, no creemos que solo analice los resultados del primer y segundo período del gobierno del Frente Amplio solo en sus aspectos negativos o críticos. Desde un punto de vista de Desarrollo Capitalista o Capitalismo con Rostro Humano, hace anotaciones en positivo, sin dejarse de parar mientes en ¿era este el único camino para el postergado tema del necesario desarrollo que el Uruguay Necesita?
En este proceso ¿Qué papel le asignó el gobierno a los trabajadores, al pueblo?
No fueron sujeto prioritario. Sin un proyecto nacional de desarrollo, pues el “mercado” es el que decide, sin trabajadores participando en algún nivel de decisión y sujetos a la lógica capitalista, el resultado no podía ser otro: la creciente desigualdad es el principal aspecto que se presenta en la mayoría de los años cubiertos por el estudio (1988/2009).
Se han implementado programas de atención a la pobreza y la indigencia en sintonía con el Banco Mundial, se restablecieron mecanismos de negociación salarial, pero en materia de ingresos, vivienda, producción, planes de empleo, planes urbanos, han quedado muchas cosas como materias pendientes.
Otra de las consecuencias de esta perspectiva global del gobierno es la debilidad del mercado interno. No podía ser de otra manera visto los énfasis colocados en las exportaciones, en el capital extranjero y en una distribución del ingreso en perjuicio de los sectores populares. A partir de aquí las perspectivas para la pequeña y la mediana industria y la granja encuentran serias limitaciones.
La economía aumentó su dependencia de los bienes primarios y de los precios internacionales, lo que la vuelve muy frágil.
Esta primarización establece enormes beneficios a los terratenientes y al capital, especialmente extranjero. El nivel alcanzado por la IED implica ya un cambio estructural en las relaciones económicas de Uruguay con el exterior, con lo que significa de desnacionalización de las decisiones económicas y del ahorro nacional (QUE HAY, Y MUCHO).
La desigualdad sigue siendo tema dramático, ahora reforzado por un fuerte sentimiento de frustración.
El proyecto sigue siendo el del capital y, en el período, el gobierno consolidó esta tendencia, sin intentar cambiar, comenzar a construir algo diferente.
Lo que los actuales gobernantes no deben olvidar que el Programa del Frente Amplio emanado del último Congreso, demandaba y exigía cuestiones distintas a las que están haciendo.
Sería hora que la ciudadanía que pertenece a esta fuerza política, y los que sin serlo pero habiéndola votado, comiencen a demandar las rectificaciones de rumbo necesarias, apegadas a las promesas programáticas preelectorales.
Y como dicen en algunos juramentos de asunción – “de no ser así, que dios y las leyes, se lo demanden”.
Comentario