MONTEVIDEO (AP) – El presidente José Mujica ha dado muestras de que quiere la reconciliación con las fuerzas armadas y recrear una nueva atmósfera de relación, pero también ha dejado en claro su compromiso en defensa de los derechos humanos al marchar recientemente en recuerdo de los desaparecidos durante la dictadura militar.
Desde ya, el mandatario de 75 años, un miembro de los tupamaros, que buscó el poder por las armas en la década de los 60, no pudo hacer prosperar su idea que militares de 70 y más años presos puedan cumplir prisión domiciliaria. El rechazo partió desde la propia izquierda.
Mujica se ha reunido con las cúpulas militares y en todas ha enviado mensajes de ir dejando atrás el pasado de confrontación.
La organización de familiares de desaparecidos rechazó de plano la iniciativa. Pero en la noche del jueves, Mujica caminó algunas cuadras junto a ellos, que realizaron la llamada Marcha del Silencio, la decimoquinta, para reclamar por sus familiares desaparecidos durante la dictadura militar entre 1973 y 1985.
En Uruguay la lista es de 29 desaparecidos, pero estas organizaciones suman los más de 150 uruguayos desaparecidos en la Argentina, en el marco del plan conjunto de represión antisubversiva de las dictaduras con el llamado Plan Cóndor.
Mujica dijo escuetamente a la prensa que “en este mundo en que vivimos no existe el ser humano que vaya y diga, sí, yo hice esto, esto y esto, lléveme preso”, aludiendo al silencio de los militares.
“Cuando hay tajos y heridas como esos es imposible hablar de reconciliación. Cada uno se irá a la tumba con su paquete”, agregó.
Las fuerzas armadas han sido acusadas por las organizaciones de derechos humanos de mentir y no informar donde están los desaparecidos.
Luisa Cuesta, una de las fundadoras de la organización de desaparecidos, desligó la marcha de las frustradas intenciones de eliminar una ley de amnistía a favor de militares en plebiscitos. “La marcha es la marcha que familiares va a sacar siempre que pueda” dijo.
Una decena de uniformados retirados están presos desde 2006 en juicios que les realizaron por acciones en el exterior y en especial en Argentina, obviando así la ley.
Diez mil uruguayos marcharon en silencio
Más de 10 mil uruguayos marcharon ayer en silencio por el centro de Montevideo para reclamar verdad y justicia para los crímenes cometidos durante la dictadura militar, como paso imprescindible para alcanzar la reconciliación nacional, que reclaman la oposición y las fuerzas armadas. Desde 1995, cada 20 de mayo miles de personas recuerdan a los detenidos desaparecidos y a los asesinados por las fuerzas armadas y la policía durante los años de plomo. Este año, la denominada Marcha del Silencio contó con la presencia del presidente de la Nación, José Mujica (ver recuadro), rodeado por un mar de fotografías en blanco y negro de las víctimas.
En un silencio sólo roto por la lectura de los nombres de las víctimas del terrorismo de Estado, los manifestantes marcharon por el fin de la Ley de Caducidad, la amnistía que impide juzgar a los militares y policías acusados de violar los derechos humanos durante la dictadura. En las últimas elecciones, el oficialista Frente Amplio, la central gremial PIT-CNT y las organizaciones de derechos humanos intentaron anular la ley a través de un referéndum, pero no consiguieron el 50 por ciento de los votos necesarios.
Aun así, siguen pidiendo su anulación, ya que el derecho internacional prohíbe amnistiar los crímenes de lesa humanidad. “Estamos en la búsqueda de la verdad, y sólo puede haber reconciliación cuando ésta se conozca. Ya lo dijimos en otras marchas y lo seguimos diciendo ahora: la verdad sigue secuestrada mientras no se conozcan los hechos y mientras nuestros familiares sigan desaparecidos”, reclamó Marta Passelle, una de las dirigentes de la Asociación de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos, organización que todos los años convoca a la marcha en la misma fecha en que fueron asesinados en Buenos Aires en 1976 los legisladores Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz y los tupamaros Rosario Barredo y William Whitelaw.
Este año, sin embargo, la conmemoración tuvo un condimento extra. El miércoles a la noche la Asociación de Familiares de Desaparecidos transmitió, por primera vez en la historia del país, un mensaje televisivo por cadena nacional. En él le pidieron a la sociedad que salga a las calles a continuar luchando por encontrar la verdad, que las fuerzas armadas tanto se empeñan en ocultar. Ayer Passelle volvió a señalar la complicidad de los militares en actividad. “Ellos sabrán lo que hacen, pero está claro que tendrán que cambiar esa postura si quieren que la sociedad uruguaya los acepte de una vez por todas”, advirtió.
Prueba de ese silencio es que oficialmente el Estado uruguayo sólo reconoce 37 desaparecidos, mientras que las organizaciones de derechos humanos denuncian más de 200 desapariciones. La mayoría, sin embargo, nunca pudieron ser debidamente investigadas, gracias a la Ley de Caducidad que rige desde la vuelta de la democracia.
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