El de 1959 es el primer primero de marzo que deseo traer a colación. Ese día mi padre juró como Consejero Nacional de Gobierno -había nueve presidentes al mismo tiempo-, las barras abarrotadas de blancos eufóricos. Parado detrás suyo, con mis quince primeras primaveras, lo vi pasar revista al batallón de blandengues. Ya detestaba el autoritarismo y los milicos, por muy civilistas que se dijeran, prefería los “barbudos” que dos meses antes habían entrado a La Habana, ejército montonero, pueblo organizado y armado, memoria del artiguismo y el saravismo.
El de 1985 es el segundo primero de marzo que hoy quiero recordar. Ocho rehenes quedábamos en el Penal de Libertad, pues ya lo habían dejado morir a Adolfo Wasen, sabíamos que Julio María Sanguinetti estaba pasando revista a los torturadores y asesinos en la Plaza Independencia, los ocho pensábamos continuar la lucha apenas se abrieran las rejas, sin cartas en la manga como escribió Sendic, practicando el arte de lo posible, pero siempre tras lo imposible, la emancipación del pueblo asalariado, como era nuestro ideario, nuestra meta, el único sentido de nuestra vida. Con cuarenta años bastante bien vividos, no dudé en desechar el regreso de la oveja descarriada, de echarme arrepentido en los brazos de mi padre y compañía, opté por abrazarme con los míos, renovar las credenciales de mi juventud y tomar las banderas de las manos de los caídos.
El del 2010 es el tercero, este primero de marzo de hoy, a cuatro de los setenta, me encuentra escribiendo esta portada de “zurdatupa” y recreando la opción de vida, afirmado en los cambios que el amor trajo a mi vida se reafirman las convicciones revolucionarias. No quiero saber nada de transas ni renuncies de ningún tipo.
Claro, los mandobles duelen… la fraternidad hace rato que rompió, en ciertas ocasiones uno se siente “ladiao” y asombran las miradas elusivas de algunos, el corazón no siempre permanece indemne… ¿no seré yo el equivocado? ¿No estaré pasado de rosca? ¿No habrá que adecuarse a los nuevos tiempos de socialiberalismo?
Pero no, las convicciones son tozudas porque los hechos son tozudos, es esa realidad que me atropella a cada rato, con nombre y apellido de niñ@s sin futuro, hij@s de los nombres y apellidos que transitan su vía crucis diario sin perspectivas de resurrección.
Respuesta vieja y sabida: para emancipar sus víctimas es necesario transformar revolucionariamente la sociedad, crear un mundo de mujeres y hombres libres del salario, productores y productoras libres, no la obligación forzosa de trabajar sino la creación conciente y voluntaria; un mundo de seres humanos iguales, de asambleas gestionando la producción y la distribución de bienes, sin hombres sobre mujeres ni adultos sobre niños, sin hombres blancos sobre hombres de piel oscura, sin imperios sobre países pobres, el poder trasladado del Estado al individuo, a la persona, todos poderosos, nadie sometido, todos filósofos, todos poetas, todos artistas.
Es largo y prolongado el camino hacia ese horizonte difuso…pero navegante sin norte se pierde sin remedio.
Es viejo y sabido: las burguesías se han hartado de demostrar que no interés en compartir ganancias y riquezas con nadie, a las criollas, como la nuestra, les resulta más lucrativo subordinarse al proyecto del capital transnacional que promover un proyecto nacional, independiente del imperialismo. Los pueblos asalariados, en particular el nuestro, desearían de alma que el mundo se revolucionara por sí sólo, prefieren la línea del menor esfuerzo, que otros hagan las cosas mientras ellos toman mate en la cocina.
En aras de la comodidad se han equivocado muchas veces en la historia, han confiado en fórmulas “salvadoras” vestidas de uniforme, han apoyado promesas demagógicas de cambios “profundos” o “estructurales”, han apostado a obtener “en paz” la anuencia de la clase propietaria para achicar la brecha entre pobres y ricos. Es la película “deja vu”: un gobierno de unidad popular apenas roza el monopolio privado sobre la propiedad de tierras, industrias y bancos, los demonios se despertaron y fue traicionado por aquellos en quienes no debían haber confiado y terminan pagando el error con miles de asesinados y desaparecidos. Remember el Chile de Allende o, en condiciones históricas muy diferentes, póngase las propias en remojo al ver cómo arden las barbas del pueblo hondureño.
La ciega aritmética de la máxima ganancia impulsa a invertir en la especulación financiera (cero mano de obra) o en trasladar sus inversiones productivas a los países del tercer mundo ( mano de obra prácticamente esclava) pero, esa ceguera, al volver burbuja y ruleta al capitalismo, le cercena su base de sustentación y lo condena a vivir de crisis en crisis, la última dejó por el suelo a EEUU y Europa, pero no ha sido la peor de todas, la peor será la próxima, sin embargo, las crisis no acaban con el capitalismo, hiperconcentran la propiedad, hipercentralizan las decisiones, lo reacomodan, el desastre de los EEUU y Europa abre las puertas a experiencias más esclavizantes, como la china y la india, cuya producción se basa en salarios tan bajos que hace imposible que otros capitales compitan con ellos, lo sabido desde la más remota antigüedad es que los imperios no caen solos…se precisa bárbaros que volteen sus muros.
También es viejo y sabido que esa lógica insana de reducción del capital variable expulsa asalariad@s hacia los márgenes del trabajo precario y mal pago, que se territorializa la división en clases, ahonda y ensancha el corte que escinde la sociedad, que el capitalismo no puede evitar hacerlo por mucho que planifique “políticas sociales” desde los organismos financieros internacionales.
Ahí en esos territorios del hambre y la miseria se va conformando el ejército, hasta hoy informe, de los condenados al hambre y la miseria por el capitalismo que serán los sepultureros del sistema aunque todavía no lo sepan, la igualdad y la justicia social sólo serán posibles si el poder económico pasa a ser poder de pueblo, de los asalariados empobrecidos de las villas miserias, las favelas y los asentamientos.
Es viejo y sabido que seguimos siendo el patio trasero de América La Rica, la locura del poder económico precisa de la locura del poder armado imperialista, más allá de las sonrisas “producidas” que exhiben la Hilary y el último premio Nobel de la paz, acechan la IV Flota, los diez mil marines en el portaviones Haití, las bases en Colombia y las estrechas relaciones del Comando Sur con todas las Fuerzas Armadas de América Latina, por delante o por detrás de los gobernantes de turno. Hay más halcones y cóndores volando sobre el horizonte…
América La Rica aplica sabiamente la antigua estrategia “divide et impera”, ahora, al ver cuestionada su hegemonía mundial, inicia una ofensiva político-militar con el objetivo de enfrentar entre sí a los pueblos de América La Pobre. Para cercar y aniquilar cualquier posible resistencia a sus intereses, el imperio interviene violentamente en Colombia, Honduras y Haití, estrecha alianzas con Méjico, Perú, Chile, Paraguay y Uruguay.
La transformación revolucionaria de la sociedad necesita irremediablemente la derrota del imperialismo, como ayer, como siempre, la lucha en cada país de América la Pobre es un episodio de la gran historia que enfrenta al poder económico transnacional con todos los pueblos, los descendientes de las víctimas de la conquista y el genocidio, los descendientes de los africanos esclavizados y nosotros, los criollos que descendemos de los invasores europeos. Enemigo común, historias emparentadas en una sola gran lucha, el destino de América La Pobre es constituirse como una única nación libre de todo poder, desde el Río Bravo de Pancho Villa a la Patagonia Rebelde de los trabajadores anarquistas.
Este primero de marzo del 2010 suena a reinicio de la lucha por Verdad y Justicia, la causa apoyada por el 48% de los uruguayos que desoyeron el discurso de olvido y perdón y la orfandad partidaria, la causa más legítima y justa de todas las causas…¿porqué el parlamento no anula la ley de caducidad ahora?, ¿porqué los parlamentarios desoyen el clamor internacional que reclama la anulación de la ley de caducidad?, ¿porqué sostienen la vigencia de una ley declarada inconstitucional por la Suprema Corte de Justicia?, ¿qué compromisos tan fuertes han contraído y con quiénes?.
La publicación de este blog con algunos materiales de diferentes autores, obedece al convencimiento de la necesidad de impulsar y ordenar ideas, no presupuestos dogmáticos sino ideas surgidas de la práctica social y política, conclusiones extraídas de determinada experiencia histórica, no para cerrar el período de la epopeya revolucionaria de los tupamaros, sino para sembrar y abonar…las tareas de acumulación política tienen diversas características -movilización y lucha, organización y agitación- pero no se puede dejar de lado, ya lo hicimos y así nos fue, el trabajo teórico de explorar posibles rumbos, entre ellos la visión de la sociedad sin clases y sin Estado a la cual queremos llegar, pero también las estrategias concretas que conduzcan a la insurrección de un pueblo armado y organizado como en los tiempos de Artigas.
Sólo pueden ser libres quienes comprenden la necesidad de serlo, pero tampoco nada de alucinaciones autocomplacientes, los caminos de salida parten de la condición más ingrata para proponerse hacer una revolución en Uruguay, la conciencia de ser una minoría muy minoritaria que busca hacerse aguacero en medio de la sequía, sin embargo, al mismo tiempo, la esencia de esa propuesta es lo más real que existe en las sociedad de clases, la necesidad impostergable de la emancipación de los asalariados.
En octubre de 1987, después de varias charlas sobre Ernesto Che Guevara, en el vigésimo aniversario de su asesinato, Raúl Sendic escribió en su columna de MATE AMARGO:
“… es necesario que también nosotros nos preguntemos en esta hora qué hacer. Qué hacer con un proletariado que pierde sus derechos día a día. Es la médula de toda revolución, ¿cómo lo vamos a sacar adelante? Qué hacer con los marginados que ya hoy son más y más pobres que los proletarios en muchos países. Qué hacer con el capital especulativo y con la deuda que nos reclaman. Y otra vez la visión del guerrillero caído en Bolivia tal vez nos dé una mano. Diciéndonos que no tenemos que esperar que teorías y prácticas nos vengan de otros, sino que tenemos que hacerlas nosotros mismos. Diciéndonos que sin hombre austero, sin hombre solidario, sin hombre nuevo, no se puede construir el socialismo”
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