Fuente: Terc3ra
El resultado del referendo constitucional boliviano, anunciado recientemente por el Tribunal Supremo Electoral, impide la aspiración del presidente Evo Morales de postularse como candidato presidencial en los comicios de 2019.
El resultado del referendo constitucional boliviano, anunciado recientemente por el Tribunal Supremo Electoral, impide la aspiración del presidente Evo Morales de postularse como candidato presidencial en los comicios de 2019.
El fracaso del gobierno boliviano se convierte en otra muestra del reflujo de la izquierda en América Latina y, al mismo tiempo, da un impulso a esta tendencia, considera Yuan Dongzhen, investigador del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Academia de Ciencias Sociales de China.
BOLIVIA: DERROTA INESPERADA
El 51,29 por ciento de los bolivianos apostó por el no, en tanto el 48,71 lo hizo por el sí. Este fue el resultado del referendo, actualizado la tarde del miércoles, con el 99,82 por ciento de las actas computadas.
El plebiscito, celebrado el pasado domingo 21 de febrero, rechazó la reforma parcial del artículo 168 de la Constitución Política del Estado para ampliar de una a dos las reelecciones consecutivas a las que puede optar un presidente.
“Hemos perdido la batalla, pero no la guerra”, declaró el presidente boliviano al reconocer su derrota, afirmando que respeta los resultados “porque es parte de la democracia”.
Morales es el primer presidente indígena del país y único de la democracia en lograr la mayoría absoluta en tres elecciones generales consecutivas (2005, 2009 y 2014).
Aunque la Constitución permite solamente dos mandatos consecutivos, Morales pudo presentarse a los comicios de 2014 gracias a un fallo del Tribunal Constitucional que consideró que su primer mandato no podía ser contabilizado porque el país fue refundado como Estado Plurinacional en 2009.
Tras los resultados de la reciente consulta, ahora existe una fecha final para su mandato, el 22 de enero de 2020, cuando entregará el mando a quienes salgan ganadores de los comicios de 2019 para el periodo 2020-2025.
“Tal resultado es un poco inesperado”, indica Yuan, quien tiene en cuenta los éxitos económicos y políticos logrados por Morales durante sus 10 años de gobierno.
Entre 2006 y 2015, la economía de Bolivia creció un 5 por ciento anual como promedio, encabezando la lista de crecimiento en el continente sudamericano; mientras, el Producto Interno Bruto (PIB) per cápita se triplicó hasta llegar a 3.119 dólares en 2015, según estadísticas oficiales del país.
Entretanto, el socialismo comunitario promovido por Morales desde el día que llegó a la presidencia ha recibido una amplia aprobación.
Pese a los brillantes logros, el presidente boliviano no ha salido ganador en el referendo. En opinión de Yuan, “las denuncias por el escándalo de corrupción constituyen la causa directa que le llevó a la derrota”.
La oposición acusó hace unas dos semanas al gobierno boliviano de tráfico de influencias para favorecer a una expareja de Morales. Este lo negó, pero el escándalo se reflejó en una obvia merma del sí en el último sondeo realizado por la firma Mercados y Muestras antes del referendo.
Además, pese al notable crecimiento económico, el país andino registró una caída del 31,6 por ciento en el valor de las exportaciones en 2015, según el Instituto Nacional de Estadística, lo cual supone una carga para la ejecución de los presentes proyectos de bienestar social.
“Sería otro factor que ha impulsado un cambio en la opinión pública”, afirmó el experto.
AMERICA LATINA: EFECTO CONTAGIO
Morales no es el primero ni el último en aspirar a prorrogar su presidencia en América Latina. Tampoco las aspiraciones de reelección son patrimonio exclusivo de la izquierda latinoamericana, ya que lo mismo hacen la derecha.
Tal es el caso de Colombia, que enmendó la Constitución en 2005 para permitir al entonces presidente, Alvaro Uribe, lograr una reelección inmediata al año siguiente.
Yuan reconoce que América Latina está experimentando un reflujo de la izquierda y apunta que “el resultado del referendo boliviano es una señal del efecto contagio en la política latinoamericana”.
Dicho efecto es frecuente en el desarrollo político de la región, si se tiene en cuenta el fenómeno colectivo del surgimiento de los Estados burocrático-autoritarios, del posterior establecimiento de la democracia y del giro hacia la izquierda durante las últimas décadas en Latinoamérica.
Venezuela y Nicaragua hicieron realidad la reelección presidencial indefinida en 2009 y 2014, respectivamente, bajo el auge de la izquierda en América Latina.
Sin embargo, con la llegada del líder de la derecha liberal Mauricio Macri a la presidencia de Argentina en noviembre de 2015 y la casi simultánea conquista de la oposición de la mayoría parlamentaria en Venezuela, América Latina no puede más que encarar un reflujo de la izquierda.
Por su parte, Ecuador aprobó también en diciembre pasado la reelección indefinida a partir de 2021, pero con el matiz de excluir al actual presidente, Rafael Correa, de los próximos comicios de 2017.
Así que no es de sorprender que, con su derrota, Morales sea tanto un desenlace del contagio como un posible transmisor de esta tendencia dentro de la remodelación política en el continente, destaca el investigador chino.
CHINA: COYUNTURA PARA AMERICA LATINA
Según el especialista, el péndulo político de América Latina que empezó a oscilar hacia la izquierda a fines del siglo pasado, viene ahora retrocediendo por dos razones económicas generales: la recesión económica como escenario externo y el desequilibrio estructural como causa interna.
Según el Banco Mundial, la economía global mantuvo un crecimiento del 2,4 por ciento en 2015, mientras los productos energéticos tuvieron una caída del 24 por ciento, los metales del 21 por ciento y los productos agrícolas del 10 por ciento.
Por su parte, las economías latinoamericanas, cuyos modelos de crecimiento están basados en las materias primas, experimentaron un retroceso del 0,4 por ciento en 2015, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), lo cual estimula la inflación y el desempleo, elevando el descontento popular.
Entre las posibles salidas para América Latina, China se destaca por ser un “factor novedoso y al mismo tiempo central” para el desarrollo de la región. Así lo apunta el informe “Perspectivas económicas de América Latina 2016”, publicado de manera conjunta por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), la CEPAL y el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF).
El informe, con el subtítulo de “Hacia una mejor asociación con China”, analiza “cómo América Latina debería mejorar y profundizar su asociación con China como parte de su agenda de desarrollo”.
Yuan subraya que China desempeña un papel positivo para América Latina, aludiendo a los proyectos ferroviarios, energéticos y de infraestructuras en los que el país asiático invierte en la región, así como a numerosos acuerdos alcanzados en el marco de la Asociación de Cooperación Integral, como la primera reunión ministerial del Foro China-CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños).
También coincide con el informe en que China necesita, por una parte, comprender de manera integral los retos del desarrollo que encara América Latina y, por otra, tener en cuenta la heterogeneidad de la región, reajustando los focos de cooperación de acuerdo con las diferentes necesidades de cada país, con miras a alcanzar beneficios mutuos y objetivos de crecimiento sostenible.
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