Por: Eduardo Paz Rada
Los procesos revolucionarios antiimperialistas requieren recrearse y fortalecerse constantemente en términos de de su profundización social, con la participación activa de los sectores sociales subalternos, excluidos, discriminados y explotados centenariamente; política con la aplicación de reformas que transformen el Estado sobre la base de un fuerte movimiento patriótico, un programa y un liderazgo sólido; y económico a través de la recuperación de los recursos naturales, su industrialización y la redistribución de la riqueza nacional desarrollando nuevas formas institucionales de empoderamiento popular.
Tomando en cuenta el asedio imperialista y conservador coordinado con las acciones mediáticas, económicas y políticas de las oligarquías y burguesías locales en varios países de América Latina y el Caribe con casos emblemáticos como los de Brasil con el Golpe de Estado a la presidenta Dilma Rousseff, de Argentina con el triunfo electoral de Macri, representante de los intereses financieros y agroexportadores, y de Venezuela con la estrategia de violencia paramilitar desestabilizadora de la democracia, corresponde mantener la iniciativa estratégica para seguir avanzando sostenidamente.
En Bolivia ha sido muy importante la formulación de la Agenda Patriótica 2025 fundada en postulados fundamentales relacionados a la construcción de la plena soberanía en los ámbitos centrales de la existencia nacional, la que se articula con la formulada en la rebelión popular de octubre de 2003 para la ejecución de la nacionalización e industrialización de los hidrocarburos y otros recursos naturales y la realización de la Asamblea Constituyente y que, en la actualidad, apertura la necesidad de radicalizar su realización con la formación de una Asamblea Económica de Productores y Sectores Económicos del país, en el marco de la construcción de un Modelo Económico, Social, Comunitario Productivo.
Hace pocos días surgió la iniciativa de crear una instancia que analice, defina y se comprometa con la estrategia económica del gobierno en reuniones del presidente Evo Morales Ayma con los representantes del Consejo Nacional por el Cambio (CONALCAM) y también con los representantes de las organizaciones de empresarios privados agrupados en la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB). En esa perspectiva la implementación de una Asamblea Económica abriría nuevos caminos en la democracia participativa y deliberativa del país.
Con delegados elegidos desde las bases por los trabajadores productores del campo y la ciudad a través de la Central Obrera Boliviana (COB) y los sindicatos, de las Confederaciones de Campesinos (CSUTCB), Interculturales (CSCIOB), Mujeres Indígena Originario Campesinas (CNMCIOB-BS), Indígenas del Occidente (CONAMAQ) y del Oriente (CIDOB), de las Organizaciones Urbano-Populares de la Confederación Nacional de Juntas Vecinales de Bolivia (CONALJUVE), de los trabajadores informales, así como de las organizaciones de Empresarios Nacionales de los diferentes sectores, la Asamblea cumplirá la tarea de conocer la situación económica y financiera del país, debatir acciones y programas en el marco de la Agenda Patriótica 2025 y definir la economía política con el compromiso de ejecutar las determinaciones adoptadas en esta instancia.
Los Ministerios del Área Económica, el Banco Central y las instancias estatales relacionadas con la implementación del Modelo Económico serán los encargados de coordinar las actividades y de asumir las determinaciones para su implementación y, si fuera necesario, canalizar decisiones por la vía de la Asamblea Legislativa Plurinacional.
Eduardo Paz Rada. Sociólogo boliviano y docente de la UMSA. Escribe en publicaciones de Bolivia y América Latina.
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