Por: Ramon Pedregal Casanova
(Sigue a los artículos anteriores “Bolivia ¡cuidado que vienen!” y “¿Tú crees que esto está preparado?”)
Cuando se estudia un caso con seriedad, se encuentran personajes que, bien moldeados, vienen a ajustarse y cumplir con el fin de la trama, por eso comprobamos que paso a paso se configura su sentido, y en el caso de Bolivia hay actores que circulan sobre la vía que conduce a la alteración de la vida política. Uno de éstos tiene de nombre Marset, individuo narcotraficante que después de haber sido detenido en Dubai, la DEA le saca de prisión a cambio de darle empleo en Bolivia, para lo cual lo pone a disposición de la agrupación nazi en Santa Cruz, ¿recuerdan que Santa Cruz fue el centro de los golpistas en 2019?, ¿recuerdan la visita de la hija de Trump y militares gringos a la zona interesándose por el litio?, ¿saben a dónde huyeron los golpistas tras haberles fallado su intento?, pues ya saben quien operaba tras ellos.
En la trama que envuelve al tal Marset hay otros delincuentes, forman parte de la narcopolítica, tienen cargos que manejándose como corruptos han hecho daño al MAS hasta generar choques entre las partes. La propaganda la lanzó un medio antigobierno llamado “Magazin”, que solo tenía el nombre y no funcionaba, se mantenía congelado, y salió publicitando la acusación al gobierno de haber hecho con las instituciones un narcoestado. Pero ¿cómo es que ese medio en hibernación, sale de la cueva con semejantes acusaciones, y, además, justo días antes de que la DEA haga el mismo anuncio? Aún lo hace más intrigante el que algunos de sus columnistas sean conocidos por su relación con los congresistas estadounidenses María Elvira Salazar y con Marco Rubio, también conocido entre sus compañeros del Congreso estadounidense como “Narco Rubio” y “Golpista en jefe”, personaje que entre sus empleos tiene el de formar parte del grupo de Inteligencia del Senado, ahí tienen para atar cabos sueltos.
A consecuencia de lo expuesto, el aparato imperialista ha tratado de justificar el envío de fuerzas militares a los países del entorno, Perú, Chile y Paraguay, una forma de rodear a Bolivia justificándose en “la lucha contra el tráfico de drogas”. Desde ahí los yanquis empiezan a añadir la puesta en marcha de las mal llamadas “sanciones”, actos de agresión ilegales, para falsear las acusaciones. Lo que no pueden ocultar los imperialistas es su interés por el litio de Bolivia, riqueza natural con la que el gobierno del MAS busca la industrialización del país, y el resultado contendría las políticas públicas, ese es el fin de lo que se acuerde en las alianzas con Rusia y China y su posible acercamiento a los BRICS. No hace falta explicar el por qué los yanquis se apresuran a tomar posiciones en los países fronterizos, desde ellos puede presionar, alimentar a su ultraderecha, y continuar su acción de propaganda y división en las filas del pueblo boliviano y en las filas del gobierno.
Este es el panorama general, pero veamos al personaje que lleva adelante la acción, ¿quién es Marset, el narcotraficante que los gringos reconducen a Bolivia? Es un tipo nacido en Uruguay que desde joven se dedica al mercadeo de marihuana en la calle y con 20 años se ve en la cárcel. De allí sale como un negociante de algunos espectáculos y jugador de fútbol en el equipo de Los Leones el Torno FC, que “casualmente” tiene relación con la ultraderecha de Santa Cruz, vinculada a los negocios y tráficos sucios. Sus relaciones le da paso al tráfico a gran escala y se le vincula al tío del presidente de Paraguay, Horacio Cartes, Juan Horacio Viveros Cartes, conocido como “El Papacho”, un narco que manejaba en avionetas cientos de kilos de la droga al que se le descubrió un cargamento de 170 kilos en Uruguay, y él mismo declaró que eran suyos y no paso de ahí el asunto. En medio de semejante vida comercial, Marset, en su línea delincuencial volvió a la cárcel, ahora por homicidio, 5 años, al quitarle la vida a un amigo que le debía, Alfredo Roldan, causa que le fue sobreseída en 2020. Pero no tardaría mucho en volver a las andadas, el 4 del 5 del 2021 la fiscalía de Uruguay recibe un informe del Comando Tripartito del Operativo Smart, y entre los que son señalados aparece nuevamente Marset: el día 10 es asesinado en Colombia un fiscal relacionado con el asunto, y el 12 Gustavo Petro, el Presidente de Colombia, acusa a Marset del crimen, y también “casualmente” el fiscal general de Colombia lo aparta del caso diciendo que no hay pruebas. Unos días después, el 27, consigue billete para salir de Paraguay y viajar con su familia a Emiratos Árabes, pero le han dado un pasaporte falso. No tardó mucho en aparecer nuevamente en la escena, el 10 de septiembre es detenido, figurando como jugador de fútbol, en un viaje a Turquía, lo que llama la atención es que según los papeles había sido fichado el 16 de abril, antes de marcharse de Uruguay, por el Club Deportivo Capiata en Paraguay. La detención es por disponer de esa documentación de Paraguay falsa. No pasa nada, le van a conducir a su destino, los jueces en Emiratos dejan a Marset en libertad argumentando que “no sabía que el pasaporte era falso”, y el ministerio de exteriores de Uruguay le envía uno “verdadero” para que salga de la cárcel y se vaya… ¿con quién?
No había sido investigado en Colombia por el asesinato que se le achacaba, maneja pasaportes tanto de Paraguay como de Uruguay, entra a Bolivia con documentación a nombre de Gabriel de Souza Beumer, y lleva documentación de residencia con el nombre de Luis Paulo Amorim Santos. La pista de apellidos brasileños lleva a carteles de ese país que se mueven por Bolivia. Su ingreso a Bolivia la lleva a integrarse en una madeja en la que se mezclan antiguos miembros del ministerio de gobierno, policías relacionados con la embajada de EEUU, de aduanas, … y por lo que se ve al disponer de documentación con varios nombres debía tener contacto con personal de la policía que trabajan o pudiesen trabajar en el área de la identificación personal.
En el periodo de la pandemia, debido a que se reduce drásticamente los vuelos, el tráfico de drogas por esa vía decae, y se vuelve a tener noticias de él como controlador de las rutas fluviales de envío de la mercancía desde Perú, Bolivia y Paraguay hasta Brasil, y de ahí a África y a Europa. No es “casualidad”, aquí no la hay, que su abogado, Roberto Arana Suárez, encargado de la defensa de la organización nazi Unión Juvenil Cruceñista, vinculada al golpista Fernando Camacho, es a su vez el dueño del bufete que defiende a los narcos del país. Con semejante colección de individuos la DEA manejó bien la trama del narcotráfico y los escándalos que han hecho daño al gobierno, como parece su objetivo. Un dato que cierra la trampa: en el mes de agosto la DEA prohibió a Uruguay, Paraguay, Brasil y EEUU compartir datos con el gobierno de Bolivia, pues trata de detener al tal Marset que es su protegido, la noticia declaratoria de ello se encuentra en la prensa de Santa Cruz.
Entrando en los medios de difusión que manejan la noticia encontramos que entre los que escriben en el medio SuresteMagazine destaca Camilo Florido, personaje que ha pasado por el Centro de Estudios Hemisféricos de Defensa, relacionado con María Elvira Salazar, congresista estadounidense fascista dedicada a atacar a los gobiernos de izquierda, recordarán a aquella señora que cuando el gobierno de Argentina dudaba si comprar o no aviones chinos, ella dijo que se dirigía en castellano a los argentinos para que la entendiesen bien, y entonces amenazó con enviar al país al infierno si se atrevían a decidir por su propio interés la compra de aviones a China, bueno, pues María Elvira es esa señora tan respetuosa la que anda en el entorno del tal Marset. Hay otras notas sobre Marset, en una entrevista de Raquel Fernández al “Gringo González”, perteneciente a la DEA como informador, éste dice que, cuando el gobierno quería detenerle, él sabía donde se encontraba un mes antes, dato que una criminóloga dedicada a perseguir el narcotráfico ya había declarado tiempo atrás, pero con toda esa gente siguiendo la orden de EEUU, se pudo escapar
Los personajes bien moldeados conducen al final, todas las piezas se van juntando en torno a crear un camino en el que aparezca el gobierno boliviano cogido al narcotráfico, ¿cree usted que quieren desestabilizarlo? Así prepara EEUU y los narcos al gobierno boliviano la calificación de antidemocrático, de estado fallido, de narcotraficante, con lo que se lanzarían a golpear, asaltar, reventar la organización del país y quedárselo teniendo las manos sin ataduras para robar el litio, de lo que Bolivia es uno de los mayores poseedores del mundo.
(fin de la trilogía “Bolivia ¡cuidado que vienen!”, “¿Tu crees que esto está preparado?”, y “Quiénes son y cómo lo hacen”.
Ramón Pedregal Casanova es autor de los libros: Gaza 51 días; Palestina. Crónicas de vida y Resistencia; Dietario de Crisis; Belver Yin en la perspectiva de género y Jesús Ferrero; y, Siete Novelas de la Memoria Histórica. Posfacios. Presidente de AMANE. Miembro de la Asociación Europea de Apoyo a los Detenidos Palestinos. Internacionalista e integrante de la REDH y de la Red de Artistas, Intelectuales y Comunicadores Solidarios con Nicaragua y el FSLN
Comentario