Fuente: RT
El actual ministro de Seguridad fue el nexo con los militares y con las fuerzas de seguridad. Evo Morales y el MAS denuncian que la grabación confirma la implicación del líder ultraderechista en el golpe de estado.
Luis Fernando Camacho en La Paz, Bolivia / AFP
En un video que circula en las redes sociales, Luis Fernando Camacho, exlíder cívico y actual candidato presidencial en Bolivia, admite abiertamente que fue su padre quien llegó a un acuerdo con el Ejercito y con la Policía para que se sumaran a su estrategia golpista, negándose a reprimir las movilizaciones en contra del Gobierno de Evo Morales.
“Fue mi padre que cerró con los militares para que no salgan. Con la Policía de la misma manera, fue él”, asegura Camacho en la grabación. Las circunstancias en las que hizo estas declaraciones no han sido aclaradas.
Camacho también afirma que, una vez logrado el acuerdo, Luis Fernando López, actual ministro de Defensa, fue el encargado de la coordinación con el Ejército y las fuerzas de seguridad. La retirada de apoyo de los uniformados y de los agentes de Policía fue uno de los factores desencadenantes de la renuncia del ex presidente Morales, el pasado 10 de noviembre, que la presentó “a causa de un golpe de Estado”.
El referente opositor no reconoció el resultado de las elecciones generales celebradas el pasado 20 de octubre, en las que Morales salió ganador en primera vuelta con el 47 % de los votos y convocó a un cabildo en la ciudad de Santa Cruz desde el que dio un plazo de 48 horas al presidente para renunciar.
“Cuando pudimos consolidar que ambos [Policía y Ejercito] no iban a salir, fue que dimos las 48 horas [de plazo]”, agrega Camacho en el video.
Camacho confirma que cívicos hablaron con militares y policías para derrocar a mi gobierno. Fue un golpe de Estado pese a que Áñez, Mesa y el propio Camacho intentan negarlo, el video es una prueba irrefutable. La justicia debe actuar contra los golpistas y genocidas.
Este sábado, el exmandatario se refirió al video en su cuenta de Twitter, calificándolo como “prueba irrefutable” de que en Bolivia sucedió un golpe de Estado, a pesar de que el Gobierno de facto de Áñez, Mesa y el propio Camacho “intenten negarlo”. Asimismo, dijo confiar en que la justicia actué contra “los golpistas y genocidas”.
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