Las Fases del Proceso Revolucionario
El proceso de cambio esta estructurado por lo que García Linera define como Fases del Proceso Revolucionario, según el libro las Tensiones Creativas de la Revolución. La Primera Fase consiste en el develamiento de la crisis de Estado, es decir un nuevo quiebre estructural a todo nivel, social, político, económico y cultural en la historia del país que comienza el año 2000 y que va a permitir una nueva cartografía del poder [1] .
Con la nacionalización de los hidrocarburos y la convocatoria a una Asamblea Constituyente se inicia la Segunda Fase. El empate catastrófico,
“Existe un empate entre ambos proyectos de sociedad y encima era catastrófico por la irresolución de la unicidad conducente del poder” [2] , asegura Linera.
Esta nueva correlación de fuerzas por primera vez en la historia de Bolivia, permite a las grandes mayorías participar en la elaboración del Nuevo texto constitucional del país, lo que significa ya un cambio muy importante, primero porque el nuevo sujeto político es el pueblo mismo a través de sus representantes y segundo porque es el momento en que se van tejiendo a pesar de las diferencias culturales, redes sociales a nivel nacional entre los representantes de esas grandes mayorías que debaten sobre la construcción de un proyecto país con quienes por siempre tuvieron el poder y nunca necesitaron debatir con el pueblo para ejercerlo.
Con la entrega del nuevo texto constitucional Bolivia deja de ser un Estado monocultural y pasa a ser un Estado Plurinacional que reconoce la diversidad de sus pobladores pero aún más reconoce el derecho individual y colectivo, permite la autonomía a través de un gobierno subnacional, y reconoce la pluralidad de la economía en la que se desarrolla el país estableciendo nuevos parámetros legales, con respecto al sector financiero, que deberán normarse para apoyar el desarrollo interno.
Con todo ello es el pueblo nuevamente quien decide la aprobación final del texto constitucional, es el pueblo quien también participa a lo largo de las diferentes asambleas departamentales para la elaboración del texto constitucional, es el pueblo quien da su respaldo con más del 64% a la gestión del presidente Evo Morales durante el revocatorio, y aún continúan las fiestas electorales; es decir, la población comienza un proceso de participación democrática a través de las urnas que empiezan a crear una nueva conciencia ciudadana de una democracia de las mayorías.
Llegados a este punto podemos coincidir con Marx en que la solución del problema político no está más en la subordinación de la sociedad civil al Estado como se daba antes de este proceso de cambio, sino por el contrario, en la absorción del Estado a través de los diferentes procesos electorales en las decisiones estratégicas del país por parte de la sociedad civil, en lo que consiste la “verdadera” democracia [3] .
Continuando con el análisis del proceso de cambio, según Linera la Tercera Fase comprende una coyuntura política de Estado dividido por
“… un gobierno controlado por los insurrectos y poder de Estado (lógica y mando institucional) controlado (históricamente) por las clases económicamente dominantes” [4] .
Es la radicalización de la segunda fase puntualiza el autor de Las Tensiones Creativas de la Revolución.
La Cuarta Fase – El Punto de Bifurcación
La Cuarta Fase es lo que se va a llamarse el Punto de Bifurcación es el momento en que los bloques antagónicos señala García, deben dirimir su existencia de manera abierta.
Es decir si bien el momento de la elaboración del texto constitucional estuvo plagado de tensiones producto de la correlación de fuerzas entre una oligarquía desplazada y una población invisibilizada que por primera vez iba más allá de la interpelación al poder en la construcción de una nueva propuesta inclusiva, la confrontación directa en la Calancha y el despliegue de la violencia sobredimensionada en Tahuamanu de la oposición no lograron violentar a una población que optó en todo momento por la movilización social pacífica como forma de defensa de la democracia y de la Revolución Democrático Cultural.
Ese fue el punto de Bifurcación, afirma Linera “El encuentro de fuerzas que sobre el escenario del combate social dirimieron el control del poder del Estado”
Si bien algunos analistas señalan la participación de técnicos y especialistas pagados por ONG´s para elaborar el texto constitucional, lo cierto es que luego de la culminación de las asambleas departamentales y regionales, la Asamblea Constituyente logró estructurar en 800 artículos las demandas que habían desencadenado el quiebre en la historia del país y que por primera vez fueron reconocidas y aprobadas por el pueblo a pesar del sabotaje en los medios de comunicación, propiedad de esta oligarquía y a pesar del frustrado golpe de Estado, financiado por los grupos de poder de una élite que no supo crear un proyecto país y que basó su dominio en un discurso clasista y racial.
La Quinta Fase – Tensiones y Contradicciones del Proceso de Cambio
Ahora bien, si durante la etapa previa al Estado Plurinacional y a pesar de las contradicciones antagónicas, se marcan en términos generales las nuevas reglas del juego a través de la Nueva Constitución Política del Estado, luego de la instalación del Estado Plurinacional veremos emerger las tensiones y contradicciones propias de un proceso mucho mas complejo en la práctica y donde ante la ausencia de una oposición eficazmente articulada en los grupos de élite, tendremos a una oposición soterrada y a veces manifiesta en la misma cúpula del movimiento al socialismo. Aquí se da lo que Linera llama la Quinta Fase del Proceso Revolucionario, la Emergencia de las Contradicciones creativas,
“En toda revolución existen tensiones y contradicciones de dos tipos, en primer lugar están las fundamentales y antagónicas, que escinden estructuralmente las sociedades, y en segundo lugar las de carácter secundario,…que son superables mediante métodos democráticos y revolucionarios” [5] señala Linera
En suma, entre las tensiones y contradicciones fundamentales y antagónicas están aquellas que evidencian la lucha entre dos polos opuestos el pueblo y la oligarquía, y entre las luchas de carácter secundario están las que se dan producto de pugnas internas.
Estas tensiones y contradicciones secundarias, nos dice Linera, “son parte de la dialéctica del avance de nuestro proceso revolucionario y lo alimentan porque son la fuente fundamental del desarrollo,… son dialécticas y no contradictorias” [6] .
Las Tensiones Dialécticas
Primera Tensión.-
Esta Quinta Fase subdivide las tensiones dialécticas en cuatro tensiones principales; la primera, se da en la relación entre el Estado y los Movimientos Sociales, el debate se centra en como resolver que el Estado, como concentración de decisiones, logre articular la participación de movimientos sociales que en esencia son por definición, afirma Linera, democratización de decisiones. El Estado Plurinacional optó por lo siguiente,
“…. propusimos el concepto de Estado Integral como el lugar donde el Estado (el centro de decisiones), comienza a disolverse en un proceso largo en la propia sociedad, y donde ésta última empieza a apropiarse, cada vez más, de los procesos de decisión del Estado”
Vale decir a través de procesos electorales, cumbres de los movimientos sociales con el ejecutivo para rediseñar algunos temas estratégicos para el país, además de una fluida relación con representantes de dichos movimientos y organizaciones sociales a nivel nacional.
Un segundo momento de esta tensión, es la expansión material del Estado social como protector de derechos y la función estatal de las comunidades y sindicatos agrarios en tanto función de estructuras locales y corporativas fragmentadas y sin sentido de universalidad, esta administración comunitario universal, señala Linera,
“….será a través del Estado, de sus funciones de gestión socializada, que los pueblos puedan expandir territorialmente la comunitarización del uso de lo común y la comunitarización y la universalización de la satisfacción de las necesidades humanas” [7]
La Segunda Tensión.- Flexibilidad Hegemónica
Una Segunda Tensión de este momento es la Flexibilidad hegemónica frente al núcleo social, esta tensión se da por la incorporación creciente de muchos sectores en el proceso y la necesidad de garantizar la conducción indígena, campesina, obrera y popular del mismo remarca García Linera, y a continuación señala que,
“… la forma de su resolución es la ampliación, la apertura y la conversión del significado de pueblo a todas y todos los bolivianos – sin excepción – que apuestan por la descolonización, por el Estado Plurinacional,…por el Vivir Bien”.
Esto implica incluir en las decisiones estratégicas para el país a la población en su conjunto a través, nuevamente de procesos electorales.
La Tercera Tensión – Proyecto País Vs. Intereses Privados
Una Tercera Tensión esta marcada por los intereses Generales frente a intereses particulares y privados, es decir marcada por una contradicción real, una tensión que puede crecer a una contradicción fundamental y antagónica en tanto beneficia a unos pocos. En ese sentido, complementa Linera
“…si triunfa el particularismo corporativista, y gremialista en el accionar del pueblo,
se marcará el inicio de un proceso degenerativo de la revolución y será el punto de partida para la restauración conservadora del bloque empresarial adversario del pueblo” [8]
Esto significa que si bien bajo una demanda legítima algunos sectores intentaron la defensa de los intereses regionales (por una falencia en la coordinación entre el Órgano Ejecutivo y movimientos sociales), esto fue utilizado políticamente para desprestigiar al proceso; es decir, primó la defensa de intereses privados cuyo objetivo era derrocar al gobierno a través de la manipulación mediática del conflicto, aprovechando este momento de transición donde aún no se ha consolidado el proceso de cambio y donde en consecuencia quedan muchos temas por resolver en medio de estas tensiones.
La Cuarta Tensión – El Socialismo Comunitario
La Cuarta Tensión esta dada por la construcción del Socialismo Comunitario del vivir Bien,
“Una última tensión que impulsa la dialéctica y el proceso de nuestra revolución, es la contradicción creativa entre la necesidad, la voluntad de industrialización de las materias primas y la necesidad imprescindible del Vivir Bien….”señala Linera
Y aquí vale la pena traer a colación las críticas que se han realizado desde distintos sectores intelectuales y de izquierda que basan su posición en que los cambios mas radicales que obedecerían a un verdadero proyecto de cambio no se están dando, por el contrario, se afirma que se estaría perfeccionando el capitalismo de la sociedad del consumo a partir de las políticas bonistas y de una ausencia de política económica que realmente permita desplazar al capitalismo y que por el contrario lo refuerza al optar por una economía extractivista que no diferencia el accionar de un gobierno que se dice revolucionario con otros gobiernos de la región de corte neoliberal y que apuestan por este modelo económico que desgasta la naturaleza en un sistema de producción que terminará destruyendo el planeta.
En contraste con algunos intelectuales del oficialismo que afirman que este proceso de cambio es en realidad una versión clásica del capitalismo social, que asume que sin dejar el mercado se puede lograr una mejor redistribución a través del Estado, y que el Estado al atenuar las diferencias sin generar confrontación, impulsa la construcción de la igualdad de oportunidades como proceso que permite una mejor correlación para hacer posible cambios estructurales mayores en la sociedad.
Por otro lado, se escuchan voces de alerta desde el oficialismo en tanto se habla de falta de cuadros, de ausencia de partido, que no se ha facilitado su construcción desde arriba y tampoco desde abajo, se habla de caudillismo, de clientelismo en la cúpula del oficialismo, que al carecer de una estructura partidaria, es aprovechado por gente de otros partidos de oposición que se han reciclado en el partido de gobierno y que le hacen un flaco favor al proceso revolucionario, además de otras debilidades que nos parece necesario considerar.
Sin embargo más allá de este debate queda claro que este proceso esta definido por la necesidad de industrialización de nuestra materia prima como condición para salir de la pobreza, lo cual significa que la necesidad de Bolivia no es un lujo de una política económica de “extractivismo” irracional, (que según algunos intelectuales se aplica en el caso de los hidrocarburos o en el caso del TIPNIS) ni parte de una política que pretende el desarrollo a costa de la naturaleza y/o a costa de la sobrevivencia de las comunidades indígenas y su hábitat. Por el contrario, lo que se pretende, asegura el gobierno, es brindar el acceso a la salud y educación a quienes no tienen una vida digna y permitir el desarrollo de sus comunidades para evitar su desaparición. Más aún se sabe que quienes están en el caso del TIPNIS expoliando las riquezas, en un extractivismo indiscriminado son las empresas extranjeras que firmaron acuerdos con líderes indígenas y que no retribuyeron el pago obtenido en beneficio de la región.
Por otro lado tampoco podemos hablar de un capitalismo social como en el caso de los países desarrollados, cuyo Estado del Welfare (Bienestar) sostiene la economía de sus ciudadanos, en tanto les permite declararse en quiebra a tiempo que es el mismo Estado el responsable de saldar sus deudas (mientras expolia las ganancias de los países en desarrollo), ni tampoco podemos hablar de un capitalismo que se dice social que mantiene a la población vulnerable (madres solteras, o en casos de maltrato físico intrafamiliar) con un subsidio económico de 500 dólares mensual que les permite sobrevivir dignamente en caso de desempleo, promoviendo un sector parásito que prefiere acudir al welfare y no trabajar, mientras que por otro lado condena a la postración, al subdesarrollo y a la invisibilidad a poblaciones indígenas originarias de la región, estableciendo reservas ecológicas de las que no les permite salir fácilmente, ni acceder a condiciones mínimas de salud para asegurar una sobrevivencia digna lo que deriva en altos niveles de suicido en jóvenes indígenas de dichas regiones o bien en altas tasas de consumo de alcohol y drogadicción ante una realidad negada.
De que hablamos entonces?, el Estado Plurinacional en Bolivia obtiene de las materias primas, en este caso la más importante los hidrocarburos, una riqueza que pasa a ser redistribuida entre todos los sectores sociales y simultáneamente prioriza el valor de uso y la necesidad por encima del valor de cambio, nos dice Linera; es decir, se prioriza la satisfacción de las necesidades por encima del lucro y la ganancia.
“Es el caso de los servicios básicos declarados como un derecho humano y por tanto objeto de acceso en función a su necesidad y no a su rentabilidad, lo que lleva a políticas de subvención. El acceso al agua está subvencionada, lo mismo el crédito a los pequeños productores…” [9] , señala Linera
El priorizar el acceso a los productos de básica necesidad a la población, denota un capitalismo que no se regula por el valor mercantil sino por el valor de uso lo que significa invertir el principio mismo del modelo económico capitalista, ya que la satisfacción de necesidades son la base del fundamento comunitario y comunista, y esta es mas importante que el principio capitalista de la mercantilización de las mismas.
“Hablamos por tanto de otro régimen social en construcción con avances y retrocesos, eso es lo que estamos haciendo, potenciando al Estado como el mecanismo de generación de riqueza, no para la acumulación de una clase sino para su redistribución en la sociedad, especialmente entre los mas humildes, los más pobres que son el alma, el sentido profundo y el norte final de todas nuestras acciones como gobierno” [10] remarca el vicepresidente.
Porque un Estado de Transición?
Marx llamaba comunismo a la realización de la lógica total del valor de uso, en eso consiste el Vivir Bien afirma Linera, y es en ese contexto que consideramos, se desarrolla el Estado de Transición al que Marx define como,
“… el Estado en el que la clase dominante es el proletariado:… (esto significa) un Estado de “transición” a la sociedad sin Estado. Y es un Estado distinto de todos los demás, porque no se limita a apoderarse del Estado existente, sino que crea uno nuevo, y tan nuevo que origina las condiciones para el final de todos los Estados. El Estado de transición, en síntesis, se caracteriza por dos elementos diferentes y que deben ser mantenidos muy distintos; aunque destruya al Estado burgués precedente, no destruye el Estado en cuanto tal; sin embargo, al construir un nuevo Estado, sienta las bases de la sociedad sin Estado” [11]
A nuestro criterio esto es lo que el presidente Evo ha llamado Socialismo Comunitario del Vivir Bien. Por su parte Linera concluye que estas tensiones y contradicciones son parte del proceso de cambio en construcción o mejor del Estado en transición que menciona Marx por lo que no van a desaparecer; es decir aún a pesar de los errores políticos del gobierno sobredimensionados por los medios, aún a pesar de la guerra del golpe suave gestada por organismos internacionales vinculados a EEUU, aún más, a pesar de las deserciones y acusaciones de algunos intelectuales y la cooptación de líderes indígenas que articulan demandas legítimas y las subvierten según intereses particulares, y también a pesar de la visión regionalista de algunos líderes que no terminan de entender la construcción de un proyecto país a nivel nacional, hay elementos de esta nueva etapa del Estado Plurinacional que nos remiten a un proyecto en marcha mucho mayor y que refiere a un Estado de Transición del que Marx nos habla como un proceso para transir a la extinción del Estado, o mejor a la absorción del Estado por la sociedad, quien logra una mayor intervención en las decisiones que hacen a la construcción de un nuevo país. De esta manera y basado en la experiencia de la comuna, Marx destaca los siguientes pasos para una verdadera democracia.
“Sobre los caracteres del nuevo Estado Marx da algunas indicaciones …supresión del ejército permanente y de la policía asalariada, …funcionarios o de elección o bajo el control popular y por lo tanto responsables y revocables; jueces elegibles y revocables sobre todo, sufragio universal para la elección de los delegados con mandato imperativo y por lo tanto revocables; abolición de la tan mentada pero ficticia separación de los poderes… y finalmente amplia descentralización capaz de reducir a pocas y esenciales las funciones del gobierno central. Marx llamó a esta nueva forma de Estado. “gobierno de la clase obrera”, mientras Engels,…la llamó con fuerza,…”dictadura del proletariado” [12] :
Estos elementos se pueden observar claramente en este segundo período de consolidación del Estado Plurinacional, primero si bien no se ha suprimido al ejército como tal se ha penetrado ideológicamente al mismo en tanto se ha inyectado un nuevo sentimiento de patriotismo que pasa por el servicio a la patria, involucrándolo en la entrega de bonos al sector más vulnerable y potenciando el resguardo de nuestras fronteras. No obstante a nivel de la policía aún existen conflictos que no han permitido modificaciones importantes.
A nivel de la elección de jueces se ha permitido la elección de los mismos por el soberano. Por primera vez se han elegido jueces sin vinculación político partidaria, ni antecedentes en la defensa de narcotraficantes, a pesar de las acusaciones de la oposición y la propaganda hacia el voto nulo, al ser rechazados sus candidatos propuestos por la comisión parlamentaria en virtud de su ligazón político partidaria. Es decir, ahora la justicia tiene el deber de obedecer a quienes los han elegido y no a una clase oligárquica como era en el pasado.
Por último la descentralización del gobierno ha sido posible a través de la descentralización de los recursos y la elección de autoridades propias en la ejecución de las diferentes formas autonómicas departamental, regional, municipal e indígena, establecidas en la actual Constitución Política del Estado.
Es una Crisis del Proceso de Cambio?
Asumir que este es un proceso como nunca antes se había dado en la historia no solo en Bolivia sino a nivel mundial, nos exige analizar los elementos troncales de este proceso pero también asumir las debilidades del mismo como parte de una transición donde no hay recetas y donde los errores si bien no se justifican, constituyen el reto para la construcción de un país de las grandes mayorías y no de grupos minoritarios.
En ese sentido el reto no es solo de quienes están en el gobierno, es también del pueblo que ahora se encuentra en un proceso de politización de la ciudadanía a través de los debates, a través de las marchas, de las urnas, a través de las diferentes organizaciones sociales del campo y de la ciudad que hacen a esta nueva forma de aprender, haciendo democracia. Sin embargo, asumir que el poder no es un privilegio sino una responsabilidad, es un reto mucho mayor en tanto devenimos de una cultura del autoritarismo militar, del clientelismo, la corrupción y el patriarcalismo. En consecuencia el reto es para quienes asumieron que el empoderamiento del Estado era necesario para lograr los cambios que ahora vemos, y que ahora nuevamente optan por al deliberación colectiva para la construcción de un agenda nacional, como para quienes del otro lado del poder nunca tuvieron mayor participación política en la construcción de su historia tanto en el campo como en la ciudad y que ahora tienen la posibilidad de decidir no solo en las urnas sino también de tomar los espacios de deliberación para proponer nuevos cambios y exigir su cumplimiento.
Mandar obedeciendo al pueblo es lo que intenta hacer el presidente Evo Morales en esta nueva forma de hacer política, donde el Estado abre nuevos espacios para la deliberación popular organizada a través de movimientos y organizaciones sociales, que participan en un debate nacional sobre temas estratégicos que atañen al país, la última muestra de ello es la cumbre que se viene realizando en Cochabamba con las organizaciones sociales a nivel nacional, lo que legitima el proceso de cambio que hoy vivimos aún a pesar de las tensiones y contradicciones que han estado dando y que van a estar presentes a lo largo del camino y aún a pesar de los errores políticos que se puedan cometer. Este proceso de cambio se va consolidando frente a una oposición cada vez más desconcertada y que apunta a la desconcertación,
“…la nueva agenda que el presidente reclama es en realidad un nuevo escenario político desde el cual intentará recuperar el afecto de las clases medias, que son quienes debaten los alcances y contenidos de una nueva lista de temas que orienten a un gobierno desconcertado” [13] . Apunta Carlos Cordero, analista político
Así, bajo la máscara de una crisis del proceso de cambio, bajo la máscara del miedo y la inseguridad ciudadana, bajo los discursos manipulados de incremento del narcotráfico hay una ausencia de proyecto país,
“…Bolivia debe afrontar el debate para una agenda nacional de desarrollo, seguridad ciudadana, Hecha contra el narcotráfico, empleos….derechos humanos, son los temas para una verdadera agenda nacional” [14] Oscar Ortiz, gobernación de Santa Cruz
y una oposición desarticulada que lejos de presentar nuevas propuestas que permitan fortalecer la construcción de Bolivia como Estado de todas las naciones, en suma como Estado de la Plurinacionalidad, apunta a fortalecer una cultura del miedo basada en el prejuicio de los propios bolivianos a través del terrorismo mediático como ayer lo hiciera en la Asamblea Constituyente.
“…el presidente Morales en su segundo período ya no tienen que ofrecerle al país y está actuando por reacción… ” Samuel Doria Medina, líder del partido Unidad Nacional [15]
[1] Las Tensiones Creativas de la Revolución, Alvaro García Linera, p12
[2] Op Cit.
[3] Marx y el Estado, Bobbio p4
[4] Las Tensiones…… p18
[5] Las Tensiones….. p.24
[6] Op cit… p28
[7] Las Tensiones…. P. 35
[8] Op cit … p 48
[9] Las Tensiones….p67
[10] Las tensiones… p68
[11] Marx y el Estado, Norberto Bobbio, Cap. VII, pp. 132-147.
[12] Marx y el Estado, Norberto Bobbio, Cap. VII, pp. 132-147
[13] Op Cit.,…p14
[14] Op Cit.
[15] Revista Oxígeno, nov 2011, p 16
Comentario