Por Carlos Echazú Cortéz-La expresión «quinta columna» tiene su origen en la Guerra Civil española, cuando cuatro columnas del Ejército fascista avanzaban desde distintos puntos cardinales sobre Madrid, que era defendida por las fuerzas republicanas. En ese momento surgieron rumores que habían fuerzas reaccionarias en la misma Madrid que coordinaban acciones con el Ejército de Francisco Franco, saboteando la defensa de la capital. Desde entonces, se habla de «quinta columna» para referirse a una fracción de las fuerzas propias que coordinan con el enemigo, perjudicando los esfuerzos para combatirlo.Entonces, con este marco referencial, nos preguntamos ¿hay una “quinta columna” en el Movimiento Al Socialismo (MAS)?
Una de las principales confrontaciones políticas de la coyuntura actual es el debate sobre el golpe de Estado o un presunto fraude en las elecciones de 2019. El debate no es simplemente histórico-académico. Por el contrario, se trata de un debate que debe definir las responsabilidades políticas y penales para los promotores y ejecutores del golpe. de tal modo que se siente un importante precedente para el futuro. En este debate, la derecha se ha esforzado en destruir la figura de Evo Morales, puesto que tiene conciencia de que es el factor de unidad de las fuerzas populares en el país. Por este motivo, han generado la narrativa de «un dictador, obsesionado por el poder, que se resistía a abandonarlo y por eso realizó un monumental fraude».
Ahora bien, resulta muy sugestivo que, en este contexto, hace unas semanas atrás, David Choquehuanca, vicepresidente del Estado, haya expresado «la primera corrupción del político es cuando olvida y da la espalda a su propio pueblo… entonces podemos estar seguros que ya se ha corrompido y solo le interesará quedarse en el poder a toda costa». De este modo, hablando en genérico, Choquehuanca estaba reproduciendo la narrativa de la derecha, por eso esta se dio un festín con esas declaraciones afirmando que el Vicepresidente se estaba refiriendo a Evo. Flaco favor que nos hizo en el debate político.
Por si esto no fuera poco, tiempo después, Andrónico Rodríguez, presidente del Senado, considerado por muchos como sucesor natural de Evo, declaró mediante su Tweet, aparentemente refiriéndose a Donald Trump: «Así es la vida en política, son tiempos, etapas, ciclos que uno tiene, nadie puede creerse imprescindible, el político también pasa de moda… un político con mucha ambición de poder pone en vergüenza internacional del país intentando forzar por encima de la decisión del electorado…». Otra vez una de las máximas autoridades del MAS daba lugar a otro festín de la derecha, reproduciendo su narrativa. Lo grave acá, como lo hiciera notar Juan Ramón de la Quintana, es que no solo reproducía su narrativa, sino también sus valores, sosteniendo que «los políticos pasan de moda», como si de eso se tratara.
Para el colmo, Freddy Mamani, presidente de la Cámara de Diputados, en el homenaje póstumo que se hizo a Felipe Quispe, dijo que se trataba del «líder indígena más sobresaliente del siglo en el país y en el continente». A nadie escapa que indígenas y fuerzas progresistas del continente entero han reservado esa caracterización para Evo, puesto que, nadie como él ha logrado nuclear a las fuerzas populares y ha conseguido tres triunfos electorales consecutivos con más del 50%, sobrepasando en dos oportunidades el 60%, lo que es inalcanzable para cualquier político boliviano, además de haber liderizado el Proceso de Cambio, con los logros más significativos de toda nuestra historia. El Mallku, con todos los méritos que se le quiera dar, estuvo muy lejos de alcanzar eso. Así pues, el discurso está claramente en concordancia con la derecha en sus pretensiones de devaluar a Evo.
Después de considerar esas declaraciones, obviamente surge la preocupación porque desde el MAS se generen discursos coincidentes con la derecha, pues eso significa una de dos cosas: o se está coordinando con la derecha o se tiene un nivel de conciencia muy bajo. Tratándose de las tres autoridades más altas, después del presidente Arce, el tema es realmente preocupante. Si bien ninguno de ellos dice referirse concretamente a Evo Morales, hasta el más ingenuo sabe que los discursos en política se leen entre líneas. De ahí que surja la pregunta: ¿Hay una “quinta columna” en el MAS?
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