Por: Ernesto Joaniquina Hidalgo
Tomar por asalto las calles de la sede de gobierno, detonando cartuchos de dinamita por su paso, con arengas y demandas draconianas como la obstinada posición de la Ley de Pensiones para una minoría de burócratas sindicales, están fuera de contexto. Estas marchas que protagonizan los cooperativistas del subsuelo, los fabriles, el magisterio urbano y rural, los policías y todos los oportunistas en río revuelto, es por demás desmesurada, a veces parecería que ésta odisea de sitiar las ciudades como La paz; poner en vilo a los habitantes, transgredir el libre tránsito, agredir a las fuerzas del orden y atemorizar con detonaciones de dinamita en esa hoyada que es ya una fatalidad de caja acústica, es incompatible, es más, imponer por la fuerza todos los caprichos a título de reivindicaciones, no es justo, es inadecuada la pólvora y la soberbia en esta democracia singular e incluyente que tiene inspiración y vertiente en el mismo pueblo.
Los dos extremos se dan la mano y extrañamente coinciden con afanes conspirativos, tanto los opositores oligárquicos con sus peleles útiles como Jaime Solares y la diputada Norma Piérola entre otros o los extremistas de la vieja izquierda quienes al unísono gruñen contra el oficialismo. Algunos intransigentes dirigentes de la COB que hoy pertenecen a esa nueva burocracia sindical con sueldos descomunales que no responde a nuestra realidad, pasan de sus reivindicaciones tradeunionistas a tomar una posición política definida y a la luz del día, en clara sedición y desacato al estado de derecho, hacen coro con los demás conspiradores como la dirigencia del magisterio urbano de Cochabamba que al enterarse de las arengas del representante de los padres de familia José Pardo cuando azuzaba en tomar la Gobernación de Cochabamba batían manos. Filemón Escobar es otro de los que acompasa esta suerte de concierto de voces vocingleras, se olvidó de su discurso en aquel
Congreso de la COB en la Costanera de Cochabamba en 1984, cuando les emplazaba a los del POR de ser los culpables junto al PIR del colgamiento de Villarroel y los artífices para que la UDP entrara en su último estertor con aquellas posiciones radicales de la escala móvil de salarios. Escobar hoy sufre de amnesia y hace lo mismo que sus detractores de entonces, hoy se sube a la galera de la conspiración para urdir y desestabilizar este proceso que muchos queremos se siga profundizando.
La lucha de la COB por sus reivindicaciones es justa, aunque desacertada con los ingresos del país, al igual que su método de lucha tan incongruente con los postulados que tiene la Revolución Cultural y Democrática, estos paros conspirativos no hacen más que poner en vilo la economía y el estado de derecho en el país.
Está claro los afanes desestabilizadores, es importante que los buenos y consecuentes dirigentes de la COB se desmarquen de los afanes conspirativos de algunos dirigentes, es un momento histórico para definirse si vamos por el camino de la reacción o continuamos con nuestros postulados hacia el socialismo para construir un mundo más justo, no hay medias tintas en política, se está o no con este proceso. De qué sirve te portemos el emblema revolucionario y la imagen del CHE en las pancartas si no estamos a la altura del hombre nuevo, del dirigente altruista que piensa primero en los demás despojándose del egoísmo y el individualismo que nos alimenta el sistema capitalista, pero me temo que no hay moral para reclamarse revolucionario cuando tenemos sueldos por encima del presidente.
Ahora que el camino está diáfano después de que la bruma reivindicativa conminara con tantos días de perjuicio al país, cae el telón y se descubre a los actores dantescos de esta tragicomedia. Esta forma de ensayo y pulseta política servirá para proyectarse en las próximas elecciones, ahora que la COB ya conformó su propio partido, el Instrumento Político de los Trabajadores (ITP) y la disgregada oposición obstinada en articularse en un sólo frente. Estos acontecimientos serán un parámetro para ver el poder de convocatoria que estos tienen para hacerle frente al MAS IPSP.
Asimismo es ya oportuno dar el apoyo incondicional a la COMIBOL, es decir a una nueva imagen de una nueva corporación que no sea ni la sombra de la otrora vaca lechera del estado, que la succionaron gobiernos de turno, las burocracias sindicales y que finalmente recibiera el tiro de gracia por el neoliberalismo con ese famoso decreto del 21060. Se necesita una nueva corporación minera, que sea transparente y retome el control salarial con justicia social.
El gobierno tiene todavía mucho por transitar y seguir reparando los deslices del viejo orden burgués pero al mismo tiempo se debe de evitar decisiones salomónicas a caprichos sectoriales porque sólo con decisiones objetivas tendremos una economía sostenible en el tiempo, pero también necesitamos el aporte y la lucidez de los dirigentes de la COB que lejos de contribuir a profundizar ésta democracia hacen más tortuoso el camino por recorrer.
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