Es una TCO y un Área protegida al mismo tiempo, dualidad derivada de la condición de TCO (Tierra comunitaria de origen) lograda después de la marcha indígena de 1990, que mantiene la categoría de Parque Nacional dada por el Estado el año 1965. Su gestión se adscribe tanto al SERNAP como a la Subcentral indígena del TIPNIS, en el marco de una gestión de responsabilidad compartida. La importancia del TIPNIS, tanto en sus valores culturales como ecológicos, adquiere mayor realce a partir de los postulados y principios de la nueva constitución Política del Estado Plurinacional.
Distribución de ecosistemas y riqueza biológica: Aspectos generales
La ubicación del TIPNIS es típicamente transicional a partir de un gradiente de varios pisos ecológicos, todos ellos, caracterizados por su alta sensibilidad ambiental. De hecho, la zona de mayor fragilidad ecológica corresponde a la zona de serranías subandinas, pero también la transición entre el subandino y la llanura aluvial, conformada por los contrafuertes pedemontanos (colinas y terrazas onduladas) presentan una elevada fragilidad ecosistémica. El gradiente ecológico del TIPNIS, implica al menos cuatro pisos ecológicos, desde las zonas de yungas pluviosos en las cimas de la Cordillera de Mosetenes, hasta la llanura aluvial baja del norte, sujeta a fuertes inundaciones estacionales.
Todo el TIPNIS, ingresa en el centro de megapluviosidad del Chipiriri-Chapare, la región más lluviosa de Bolivia, con extremos de precipitación que llegan a superar los 6.000 mm./año. Esta hiperpluviosidad tiene efectos decisivos en los regímenes y ritmos de inundación del río Mamoré y la llanura beniana adyacente aguas abajo. Los bosques de yungas-subandino y sus suelos forestales, funcionan como auténticas esponjas, reteniendo el agua sobreabundante y favoreciendo la regulación de cuencas. Considerando la importancia de la evapotranspiración, todos los bosques del área, incluyendo los del pie de monte y llanuras adyacentes, ofertan dicho servicio ambiental, siendo por excelencia bosques de protección. Este valor tiene adquiere aún mayor importancia, considerando los episodios pluviales extremos en los fenómenos Niño-Niña y los riesgos del cambio climático.
Bosques de Yungas
Se ubican en macizos montañosos y serranías elevadas del sistemas de Serranías Mosetenes-Moleto, bajo influencia directa del centro de megapluviosidad de Chipiriri-Chapare. Los niveles de precipitación se sitúan normalmente entre los 3.000 y más de 5.000 mm/año. El intervalo altitudinal está entre los 2.400 y 700 m snm, hacia el límite inferior forma ecotonos difusos y no claramente diferenciables con los bosques subandinos. Sus particularidades florísticas han hecho que se las definida como una región de Yungas especial (parte de los Yungas de Vandiola, Pojo y Totora), con mayores afinidades con los Yungas de La Paz que con los Yungas adyacentes de Amboró, sin embargo, los aspectos de distribución, estructura, fisonomía, fragilidad y riqueza biológica son muy similares. En algunas zonas las partes más altas de las sierras corresponden a bosques nublados de ceja. Un 80% de los bosques de Yungas se ubican en topografías muy inclinadas a escarpadas. Conforman un mosaico de formaciones boscosas cuya distribución responde a ubicaciones topográficas, orientación de ladera, gradiente altitudinal y exposición a las masas de humedad. Los niveles de biodiversidad son elevados y con una gran certidumbre de alto número de endemismos. La aptitud agrícola de estas tierras es ínfima, incluso la vocación forestal es baja por las limitaciones del terreno, en tanto que son aptas para prestación de servicios ambientales y conservación de la biodiversidad, así como para usos indirectos como el ecoturismo.
Bosques pluviales subandinos
Las serranías subandinas forman parte de los contrafuertes de la cordillera de Mosetenes, comprenden la región más lluviosa del país (con más de 6.000 mm anuales. Son regiones con escasa activad humana y prácticamente sin asentamientos permanentes. Los bosques altos y densos de elevada riqueza biológica cumplen también importantes servicios ambientales de protección de cuencas y control de caudales, siendo ésta su principal aptitud. Son bosques de elevada biodiversidad, con altos niveles de endemismo y alto grado de fragilidad ecológica por las limitaciones de suelos, pendientes y elevada pluviosidad (más de 4.000 mm/año). Se distribuyen entre los 1.000 y 400 msnm., a manera de una franja casi continua de Serranías subandinas, las cuales se caracterizan por sus cursos paralelos al rumbo cordillerano, formando estrechos valles y conjuntos de colinas disectadas.
Bosques pluviales a húmedos, pedemontanos
Ubicados en los últimos faldíos de colinas y serranías bajas, a manera de una franja relativamente angosta, entre las serranías subandinas y la llanura aluvial, e inmersa en el núcleo de mega pluviosidad Chipiriri-Chapare, con niveles de pluviosidad que suelen sobrepasar los 3.000 mm. Estas tierras oscilan entre los 500 y 300 msnm. Las condiciones de fragilidad se extreman hacia la zona de colinas y ondulaciones más próximas al muro de serranías por efecto de las lluvias intensas y las pendientes. Es el tipo de región ecológica más impactada y de mayor vulnerabilidad en todo el sistema tropical preandino de Bolivia y América del Sur, debido sus condiciones óptimas para el cruce de las denominadas “carreteras marginales de la selva”, sin impedimentos de drenaje o topografía abrupta. Esto ha significado que una gran parte de esta ecoregión al pie de lo Andes, haya sido devastada por caminos y colonización, o esté en grave riesgo, como es precisamente la zona al oeste del río Ichoa en el interior del TIPNIS. Otras zonas en similar riesgo son la zona de Eva Eva al sur del Bosque Chimanes y Heath-El Tigre en el Norte de La Paz (PN.Madidi). Este tipo de ecoregión presenta una extraordinaria riqueza biológica, con una composición biológica diferente a la de las serranías y más rica en especies que la llanura aluvial. La vocación de esta región, es netamente de conservación, protección de cuencas y manejo forestal regulado, situación que nunca ha sido tomada en cuenta, al permitir el establecimiento de emprendimientos agropecuarios.
Bosques pluviales de la llanura (ríos Chipiriri-Chapare)
Concentrado en la zona del trópico de Cochabamba y zonas adyacentes del Beni (TIPNIS), se distribuye al norte de la faja pedemontana ocupando parte del núcleo de mega pluviosidad Chipiriri-Chapare, con precipitaciones excepcionalmente altas que pueden superar los 4.000 mm./año. Hasta inicios de los años 90 se caracterizó por su extraordinaria biodiversidad y la presencia de bosques altos. A pesar de las limitaciones ocasionadas por la elevada pluviosidad, la región tiene una fuerte ocupación por la colonización y una elevada devastación y modificación de los ecosistemas por el cultivo de coca a gran escala. Se puede estimar que las pérdidas de biodiversidad fueron desastrosas. Se consideran ecosistemas de elevada fragilidad por la condición muy ácida y de fácil lixiviación de los suelos, siendo su vocación agropecuaria muy limitada, con aptitudes para el manejo forestal, la conservación y la prestación de servicios ambientales, aspectos que nunca fueron tomados en cuenta.
Bosques húmedos de la llanura aluvial
Son las extensas planicies con escaso gradiente altitudinal al norte del TIPNIS, por tanto están sujetas a fuertes inundaciones estacionales. En términos generales constituyen complejos mosaicos de diversos tipos de ecosistemas boscosos (bosques de altura bien drenados, bosques de inundación, bosques pantanosos, bosques ribereños), principalmente determinados por gradientes de drenaje de los suelos y ausencia-duración de la inundación. Tienen amplias zonas de contacto con las sabanas naturales del Beni Central y Sur. Las partes más elevadas o “alturas”, sin inundación, corresponden a bosques altos (30-50 metros) de importante riqueza biológica. Las dinámicas de divagación de los ríos, son particularmente importantes en la historia de la organización ecológica de estas regiones.
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