Como trasfondo a una corriente de pensamiento popular está muy bien, pero de esa manera de pensar difícilmente se extraerán herramientas para escalar el empinado coloso en cuya cima se encuentra un mirador global y nuevas posibilidades de penetración geopolítica y de alianzas estratégicas. Me explico:
La diferenciación inicial entre “Plutocracia” y “Democracia” puede dar origen a una ideología nacional aplicable a las grandes potencias. EEUU, Inglaterra, Francia, Japòn, en realidad tienen estructuras políticas plutocráticas. La plutocracia se caracteriza por la formación de oligarquías secantes y por su agresividad militar. EEUU es un caso perfectamente claro. En la historia clásica Tucídides da un esquema del comportamiento político de la plutocracia. Una vez entronizada la plutocracia destruye su entorno y luego avanza hacia la propia destrucción. Esta realidad la estamos viviendo día a día. Una propuesta para crear un “Observatorio Global” de la evolución del sistema político de EEUU podría ser una contribución muy saludable.
Por contrapartida, en la actual era de la globalización cuyo instrumento más poderoso y más asequible es el Internet, se está produciendo una transformación del mundo tradicional de diferentes maneras. Una de ellas es el rápido acceso masivo a la información y su relacionamiento original.
El postulado de “defensa de los recursos naturales” es totalmente válido y fundamental pero desde un punto de vista de la política nacional y plurinacional se trata de un postulado inicial casi inercial que debe y puede adquirir características dinámicas que procuren para Bolivia un sitial de importancia mundial que siempre pudo tener pero que por circunstancias desfavorables no alcanzó hasta hoy.
A manera de un solo ejemplo de varios posibles parto del siguiente dato real: El 75 % de la energía fósil pertenece al mundo musulmán y Bolivia posee el 80% de las reservas de litio. En el caso de una hipotética alianza estratégica entre el mundo musulmán y Bolivia, la llave del futuro energético global estaría en el centro de Los Andes.
Si esta idea comienza a cristalizar a partir de los intelectuales reconocidos como Raúl Prada para luego diseminarse por los sectores citadinos hasta alcanzar las organizaciones comunitarias rurales, se tendría que pensar en desplegar una diplomacia ad-hoc para el Medio Oriente. Si se opta por un despliegue burocrático, Bolivia no tiene capacidad para hacerlo, pero si se encuentra el ciudadano adecuado el costo del despliegue de una política propia en este sentido podría ser casi insignificante.
Rompiendo todos los moldes de nuestra diplomacia subyugada y adormilada, el actual mandatario de Bolivia alza la cabeza en el escenario mundial y se atreve simplemente a lo inimaginable en el escenario político tradicional boliviano: Cuestionar la organización de la Organización de las Naciones Unidas y del Banco Mundial, entidades diseñadas por EEUU y mantenidas en estado de hibernación apantallante con un accionar completamente contrario a sus objetivos fundacionales: La ONU debería ser la institución garante y propagante de la paz y ahora es una institución que otorga avales para invasiones militares injustificables. El Banco Mundial debería haber sido una institución promotora de la prosperidad general y ahora es una institución que promueve la abyección general a través de sus irracionales recetas económicas.
La clase media boliviana está perpleja y todavía no alcanza a comprender en toda su magnitud este trascendental “cambio”. Evo Morales está plantando hitos en terrenos vírgenes. Estos hitos se están convirtiendo inmediatamente en referentes históricos de la nueva política boliviana.
Me parece que más allá de las nostalgias tradicionales, estamos en un tiempo de cambio con brillantes perspectivas de prosperidad y democracia. Bolivia ya es en realidad uno de los mejores lugares del mundo para vivir y es posible, mediante una nueva visión global y nacional alcanzar grados más altos de bienestar para toda la población.
Con aprecio para ti, mi distinguido catedrático de la Universidad Tomás Frías,
Dante Gumiel
www.nuevopaisya.org
La Paz, 25 de septiembre de 2010
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